CAPÍTULO 3

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(Javern)

La orden de Leah marcó el principio de la batalla.

Galopeé a mi caballo negro. Sus piernas fuertes se movían con rapidez, lo que lo impulsaba a ser cada vez más veloz.

A mi alrededor permanecían el resto de los guerreros. Todos iban serios, algunos furiosos, e incitaban la guerra contra nuestros enemigos.

Entramos al bosque. Los árboles altos y de gran follaje eran un obstáculo, para entonces, la luz del sol comenzaba a ocultarse y la copa hojosa impedía el paso de su luminosidad. Fue en ese momento cuando la preocupación y la cobardía me dominó por completo.

Considerando lo anterior, la imagen de Wendigo se me vino a la mente, pues esta criatura vive en el bosque y solo aparece de noche; al menos eso dice la leyenda. Y entonces recordé aquella conversación con Jomanne:

Jomanne: ¿Existe algo que en verdad te provoque miedo?

Javern: Wendigo.

Jomanne: ¡Pff! Esa criatura es una farsa.

Javern: ¡Claro que no! Wendigo es real y está entre nosotros.

No le tengo miedo a los guerreros del Valle Contver, pero Wendigo... Wendigo era diferente.

Cuando era pequeño, mi abuelo siempre me contaba acerca de la maldición de Wendigo, la criatura del bosque; así lo llamaba él.

La leyenda dice que cualquier humano puede transformarse en un Wendigo. Su transformación se debe a cuando una persona recurre al canibalismo.
En contexto, cuando un Wendigo pone su mirada sobre un individuo para corromperlo, lo maldice, haciéndolo pasar hambre sin cesar y solo el sabor de la carne humana podrá saciarlo.
Si el individuo come la carne humana, la maldición se apropia de él convirtiéndolo en en Wendigo para siempre. Se volverán más altos y demacrados, su cráneo cambiará y les crecerán astas, de sus manos brotarán garras largas y sus dientes serás más filosos. Además, su olor penetrante a descomposición se puede oler a metros de distancia.
Las personas convertidas en Wendigo comienzan a buscar su propio territorio en el bosque y corren el riesgo de ser asesinados por el Wendigo reinante, quien sale a la noche para cazarlos.
Los sobrevivientes a la maldición de Wendigo perdurarán el resto de su vida con las visiones aterradoras de la criatura. Muchos de ellos terminan recurriendo al suicidio, poniendoles un fin a la maldición y a sus vidas.

De un momento a otro, la noche se hizo presente y el bosque parecía no tener un fin. Todavía faltaban alrededor de 24,5 kilómetros para llegar al castillo del Valle Contver.

Leah nos hizo parar, pues ya no teníamos buena vista en la oscuridad. Decidimos detenernos en medio del bosque, esperando a que Wendigo no aparezca.

(...)

Sobrevivimos.
En la noche, escuchamos a lo lejos varios ruidos extraños. Estuvimos alerta durante toda la jornada y, gracias a eso, nada nos pasó.

Aprovechamos el amanecer para continuar con nuestra misión.
Por otra parte, cuando llegamos al lugar en donde se realizaría la guerra, algo nos tomó de imprevisto...
Al planear nuestro ataque, creímos que seríamos la sorpresa para nuestros enemigos pero, en realidad, fue al revés.

Un centenar de guerreros del Valle Contver estaban formados en filas sobre el campo delantero. Detrás de ellos se ubicaban unos altos muros hechos de piedra y revestidos por el musgo causante a la acumulación de humedad. Estos protegían al gran castillo que se ocultaba tras él.

Ocultos en el Bosque Where stories live. Discover now