30/11/2023

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Hace más dos años desde que cumplí los 20, cada día ha ido pesando más que el anterior y no por el manejo emocional ni mucho menos físico.

Siento que he nacido de nuevo, como si volviera a ver el mundo a través de mis diminutos ojos y comenzara a darme cuenta de la definición de lo que llamamos »vida», con sus incongruencias, errores, muchos errores... Pero también en el que se encuentran sus pericias, afecto y aspectos positivos.

Primero dejadme que me presente, obviamente no daré datos personales ni mucho menos, todo quedará en una simple alegoría.

Me llamo Noelia, tengo 22 años (este aspecto al menos, sí es cierto), hace poco que acabé los estudios y me he adentrado de lleno en lo que es la rutina sin ningún quehacer de por medio. He probado más lecciones, diferentes aspectos e incluso trabajos mediocres, llegando aquí a la conclusión de que, me encuentro más perdida que nunca, siento ser una barca en medio de un naufragio sin faro alentador.

¿Cómo es esto posible? ¿Acaso la adultez no era el prime de la juventud? Pues no queridos, así al menos es como lo siento desde mi primera visita hacia esta realidad tan,,, desesperanzadora, o mejor denominada; mediocre.

Pero qué sabré yo sobre lo que es vivir realmente si sólo soy una chica experimentando todos estos cambios por primera vez, ¿verdad?

Diarios de una veinteañeraWhere stories live. Discover now