<<—Sigue durmiendo de se lado de la cama Tohbías —habla con ironía mi voz interior.>>

Bufo hastiado de que mi mente solo piense en ella, salgo fuera envuelto en una toalla y mi pequeño ya está acotado pasando los canales del televisor.

—Este sí funciona bien papi —declara y rio.

Nuevamente la espectacular vista del trasero de su madre cuando se inclinó aquel día tras el televisor, viene a mi cerebro demasiado nítida para mi gusto. Mi polla se remueve con lo que se proyecta en mi cabeza, pero paso mi mano por mi pelo para centrarme en otra cosa.

—Dormirás hoy con papá Tohb —le digo y sus ojitos me fijan ahora.

Su ceño se frunce y hasta deja caer el mando.

—¿Y mamá? —pregunta casi al instante.

—Ella dormirá en otra habitación.

—Yo quiero que duerma aquí —pide.

Espero unos segundos en un silencio abrumador, mirando solo atentamente los ojitos que pone. Tuerzo los míos y cedo al fin.

—Está bien, ve a buscarla mientras pongo mi pijama. —Chilla con tanta euforia que sale corriendo al segundo fuera de la habitación.

Voy a por mi ropa de dormir y pongo el patalón pijama dejando mi pecho al descubierto. Escucho los murmullos fuera y justo mis ojos se fijan en la silueta que aparece en la puerta de esta habitación. Molly con su cabello suelto que llega a su cintura, está riendo con nuestro hijo. Sus preciosos ojos se iluminan al hablarle y luego me fijan a mí.

Su mirada se torna seria al instante y entra suavemente dentro. Nuestro pequeño la jala con sus manitas y ella ríe con sonoridad por su acción. Mi corazón se acelera al ver la escena.

¿Por qué nunca me sonríe así? Sus carnosos labios bordean todos sus dientes dejándome hipnotizado completamente.

¡Esta jodida mujer!

—Vamos a dormir juntos —expresa Tohb trepándose en la cama.

Ella entra cautelosa y con torpeza. Noto cómo se pone nerviosa con mi mirada sobre ella. Pienso en su vestido de dormir, debería quemarlo, no me hace bien verla con él. Sus pezones se marcan sobre la tela y casi se transparentan. No soporto que alguien mas pueda verla así.

Malcom fue quien trajo algunas cosas que ella mandó a preparar con la señora Maddison para poder pasar la noche y varios días más aquí.

Otra vez su imágen llega a mi mente, Molly completamente desnuda entre mis brazos y suspirando por lo que le hacía sentir.

La madre de mi hijo se sube a la cama y queda el espacio justo al lado de Tohb. Me recuesto en él. Nuestro hijo se sienta y nos mira a los ojos con tanta felicidad que algo dentro de mí se aprieta.

¿Cómo diablos le voy a decir que vamos a separarnos? A pesar de que estuve lejos de ellos... ¿Cómo le explico que tengo otra relación y lo fuerzo a entablar una relación con otra mujer que no es su madre? ¿Cómo mierda le hago sentarse en un tribunal para que decida con quién quiere estar? ¿Por qué tengo que ponerlo a él en esa situación?

Trago grueso porque su manita va a mi mejilla. Odio que toquen mi cara, en cambio su gesto me parece tan cálido que no la quito al contrario, le sonrío y lo jalo hasta abrazarlo. Beso su cabecita llena de pelo rojo y él también me devuelve el abrazo.

Su madre nos mira y en sus ojos veo tanto que tengo que apartar la mirada.

—Te amo Tohb —confieso a mi pequeño hijo.

AtándonosWhere stories live. Discover now