La madurez ante tus ojos

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El sonido de los tablones de madera chirriando se escuchaba cada vez que Aura pisaba con los pies el suelo. No le molestaba en lo absoluto hacer ese pequeño ruido porque ella sabía que su padre no se iba a despertar. Una niña de 8 años que escapaba de casa mientras el señor duerme en un hogar hecho un desastre no es muy normal que digamos, pero en este caso no pasa nada malo...
Si describimos ese lugar lo podríamos describir como: casa antigua con olor un tanto peculiar a pestilencia, combinado con un señor que solo pega a su hija si no le hace caso, y más cosas horribles que no hace falta comentar...

Aura, que se había escapado varias veces, había conocido a un chico del barrio, un chico que tenía alrededor de 16 o 17 años, al que ella había adoptado como su hermano mayor. Cristell, que así se llamaba, paseaba con ella las veces que Aura estaba en casa de su padre (los padres están separados). Esto les hizo forjar una amistad en poco tiempo. Él enseñaba a Aura todo lo que sabía sobre la vida y lo complicado que era, también le enseñaba lo mal que lo estaba pasando y el bullying que estaba recibiendo todos los días.
Él no era muy famoso en el barrio y aparte tampoco es que fuera muy importante para la gente. Eso, incluido al acoso que recibía, hacía que siempre llevase una mascarilla para cubrir lo más que podía su rostro.

Pronto estos quedarían para hacer una escapada como de costumbre. Lo solían hacer por la tarde para que a la noche ella llegara a casa y nadie sospechara. (Bueno, tampoco nadie iba a sospechar porque el padre de Aura no es que se preocupara mucho por ella)

Cristell, como siempre, hablaría con Aura de su día, también de videojuegos, música, la vida, y la montaña.
En San Manuel, aparte de estar cerca de cierta playa, si ibas por la parte de arriba te podrías encontrar monte, uno de los mejores lugares para charlar, también el aire que se podría respirar por esos alrededores es muy puro... Te entra por las entrañas del olfato y lo expulsas tranquilamente por la boca. Cualquier aparato respiratorio agradecería un oxígeno de tipo montaña.

Pisando las piedras junto a las ramas, Aura y Cristell seguirían charlando. Poco a poco se puede ver como el tímido sol se va escondiendo para poder pasar a la belleza de la luna y las estrellas. Un cielo con una iluminación algo tenue hacía que el momento para ellos dos sea mágico. Casi se podía ver el polvo de hada que desprendían sus ojos.
Cada vez que ellos dos se despedían, él decía: "Recuérdame ahora para que no me olvides siempre"
Un bonito adiós daba el comienzo de la despedida hasta el día siguiente.

La ventana del cuarto de la niña desprendía los rayos del sol que iluminaba toda la habitación. Dado que ese destello le daba en los párpados de los ojos, se tenía que levantar o darse la vuelta para seguir procesando el sueño.
Se ve que eligió lo segundo. Es normal dado que el pobre desayuno que tenía era simplemente unas monedas que le daba el padre para que vaya y se coma algo en un bar. Eso no es vida para una pequeña cría.

Después del desayuno, Aura se iba al colegio como es normal para alguien de su edad. Esos momentos eran sus favoritos porque no tenía que estar en casa con su papá.

Ella siempre jugaba a sus consolas portátiles para pasar el tiempo en casa, y gracias a eso se evadía del mundo real por unos ciertos momentos.

Pero pasado unas horas, por fin, llega lo que ella tanto anhelaba. Quedar con Cristell.

La chica, que de vuelta salía a escondidas, iba caminando directa a un lugar donde para ellos era un punto de encuentro.
La luminiscencia del sol hacía que el calor se notara hasta en los poros más profundos de la piel.

El tiempo seguía su flujo y Cristell no aparecía. Ya había pasado más de 30 minutos, pero Aura, que no era impaciente, seguía esperando.

Dos horas después, el chico seguía sin venir. La niña ya preocupada fue a ver qué pasaba.

El calor hacía que el caminar de sus pasos fuera cada vez más lento, pero al menos seguía su camino. Cada vez más cerca de su casa, Aura se preguntaba qué podría haber pasado para que Cristell no fuera ese día a quedar con ella. Desde los dos o quizá ya tres meses que llevaban quedando cada semana que estaba con el padre, él nunca había faltado. Pero casualmente hoy sí.

La casa de Cristell ya estaba ante sus ojos, solo era cuestión de tiempo para que Aura abriera la puerta que ya estaba entreabierta...
Paso... Tras paso...
Parecía que solo se podía oír como la suela
Del tenis chocaba el suelo...

Que es lo que se encontrará Aura al abrir la puerta de su casa...

Abre la puerta...


No hay nada... Solo estaban las noticias de la televisión oyéndose de fondo dentro del hogar...
Aura, que estaba curiosa, estaba cuidando cada paso que daba para que no la descubrieran...
Paso... Tras paso...
El sonido de la televisión cada vez se
incrementaba a medida que su persona se
acercaba a la caja audiovisual...

Asoma su cabeza... Los padres de Cristell se habrían dejado la televisión encendida, es normal... Así que Aura no le da mucha importancia...

Pero si no hay nadie en casa, el hogar daría más miedo de lo que ya da...

La niña que piensa lo más obvio, se dirige al cuarto de Cristell, ya sin cuidar sus pasos porque sabía que no había nadie en casa, o eso pensaba...

Cada vez que pisaba un escalón para llegar a su habitación, la alegría de Aura se hacía cada vez más grande, porque en su mente infantil ella creía que Cristell estaría ahí..., Él siempre pensó que Aura sería muy lista en el futuro, y que es el único que de verdad la entendía.

Pone la mano en el manillar de la puerta. Se siente frío, muy frío... Es como si de repente la temperatura de la casa hubiese bajado diez grados de golpe...

La leve fuerza de las manos abre la puerta de la habitación...

- ¡...! - El hilo de suspiro de terror de una chiquilla de 8 años estaba entrando en escena...

- ¡¿QUÉ...QUÉ...QUÉ...QUÉ...QUÉ...QUÉ...QUÉ...QUÉ?! - La verdad dolorosa que estaba viendo dejaba a Aura petrificada...

En su visión, su mejor amigo de ese momento llamado Cristell, fallecía colgado en su habitación. Tan pronto como Aura había visto eso ante sus ojos, intentó salir de la casa...

Bajando las escaleras, su pie tropieza con el otro... Y se cae. Eso igualmente le permite seguir... pero los pies le estaba dejando de funcionar... Para colmo eso era normal en ella, a veces sus piernas no les funcionaban y se caía cuando hacían un ejercicio fuerte... Es algo que era irreparable.

Por suerte o por desgracia, antes de que se cayera se paró, el vómito que contenía su interior le estaba pidiendo salir, así que se paró por eso y continuó su camino hacia su casa... Entró haciendo ruido, pero su padre aun así no se despertaba del sillón dormido en su salón.

Ya en su cuarto... Empieza a llorar descontroladamente. Los llantos eran tan grandes que parecía que iba a llenar la habitación con ellas.

Aura: - Y bueno, esa es la historia de mi vida... Por eso antes te había dicho que "Hacía tiempo que nadie me llenaba"

Yarek: - Oh eh... bueno no sé qué decir, lo siento...

Aura: - No, no te preocupes, no era tu intención, si está bien ^^... Igualmente, me sentí en confianza contigo para contártelo, es algo que me marcó en mi vida

Yarek: - No te preocupes, aparte te pienso ayudar a conquistar a Sara si eso te anima :3

Aura: - Claro que sí, por cierto tengo sueño me voy a dormir :3

Yarek: - Buenas noches :3 bye.

Aura: - Bye^^

El camino del Corazón Where stories live. Discover now