FINAL

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—No sé si podre tolerarlo—dijo Andrómeda a punto de dar a luz.

—Todo saldrá bien aun con muletas todo saldrá bien, estaré ahí para ti.

—Gracias amor, creo que estoy lista muy lista para entrar.

Andrómeda no podía negar que estaba totalmente nerviosa, aunque ya había pasado por esto, pero no estaría sola, estaba con Max, la escena era graciosa él estaba en muletas intentando sostenerla de su mano.

Mientras recibían a su hija a este mundo, ver a Max como temblaba y ese deseo de poder llorar, pero sabiendo que no lo iba hacer, quería mostrarse fuerte, ella lo conocía y sabía que por dentro lloraba de emoción ante el llanto de su hija.

Las lágrimas en Andrómeda no cesaron menos al tener el cuerpo tibio de su hija en su pecho desnudo y como ella busca calor en su madre.

La mirada de Max lo dice todo, está feliz, completamente feliz aun cuando hace horas estaba receptivo sobre el nacimiento de su hija, quería esperarse en hacer todas las decoraciones, se esmeró y sabe que Grecia seria la hija de su padre.

Nombre que para Max había decidido no iba a quitarle ese merito era perfecto ahora que ve el rostro de su pequeña.

—Es perfecta no lo crees, tan hermosa, mira sus ojos tendrá los de su padre—comentó Andrómeda.

—Es muy pronto, me da cosa cargarla, no lo sé siento que se me va resbalar.

—Nos pasaran al cuarto y podrás sostenerla en el sillón y verla, apreciarla, decirle que estas enamorado de tu hija y que a pesar de que no creímos que esto pasaría paso.

—Vimos la prueba.

—Si salió negativa, pero bueno creo que nunca son al cien efectivas—excuso Andrómeda, aunque la verdad se habían adelantado ante su impaciencia.

—La próxima tendremos más cuidado—comentó Max.

—¿Cómo que la próxima? Te refieres que tendremos mas bebes—Andrómeda no podía creerlo.

Pero para Max le había fallado el subconsciente, lo pensó, pero no quería decirlo, es más se avergonzó quedando completamente rojo.

—Max Bellis quiere más bebes, eso no puedo creerlo, apenas tengo a Héctor que no pasa más del año y me acabo de aliviar de tu hija y quieres mas bebes, Max enserio.

—No quise decir eso—dijo molesto.

—Tranquilo lo pensare, pero ahora gocemos a estos bebes, y solo el tiempo lo dirá.

Max se sintió incomodo ante el espacio reducido todos encima de él, su padre estaba encantados con el nuevo miembro de la familia, su madre estaba más que feliz porque tenía la pareja de nietos perfecta.

Esa niña alegría todo, para los padres seria el inicio de su familia y estaba seguros que eso pasaría.

Tan solo un par de semanas que la pequeña Grecia estaba en casa, la madre de Andrómeda no fue a verla mucho menos a conocer a su nieta, algo que no le preocupo Andrómeda.

Después de la última vez y de cómo enfatizo su preferencia a su hermana, mientras a ella la despreciaba de ser la hija del hombre que se casó y le dio el apellido a Venus sin ser su hija.

Duele saber que esa es su madre, engaño a su padre de una forma muy cruel, el jamás hizo distinciones sobre ellas, las amaba eran sus hijas.

Aunque siempre tuvo más conexión con Andrómeda y los celos de Venus que siempre decía que era su preferida, pero ella se ganó que su padre fuera más abierto con ella, que pudiera contarle tantas cosas como ese dia que lloro en su regazo disculpándose por ser mala hija y hermana.

Mentiras de SangreWhere stories live. Discover now