Quince

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Decir que todo está bien, era solo mentir, porque claramente no lo estaba, intento seguir como si nada, pero como le hacían esas personas que podían fingir, incluso su hermana que le salía tan bien.

Se tragó la sensación amarga, un dia que debía ser bonito para su hijo se volvió un caos, una verdad que no esperaba que llegar llego y ahora pagaba las consecuencias, de sus actos.

Me emborrache de puro coraje, no quería saber nada, y con la poca cordura, Alfonso se quedó para cuidarme, no sé cómo sucedió todo, pero el de pronto estaba igual como yo, ebrios hasta el tope.

Un beso fue lo que causo todo esto, no sé si fui yo o el, no importa, solo nos incendió más y temíamos teniendo relaciones, despertar y ver al marido de tu hermano no debe sentirse nada bien, yo no lo estaba.

Remordiendo, arrepentimiento, Alfonso era el hombre que espere entregarme, pero no así.

Tengo un hijo de Alfonso y ahora todos lo saben y solo siento vergüenza, las personas se van y eso hace que mis ojos piquen cada dia.

Miro a Max y bajo el rostro decepcionada.

—No te avergüences, lo hecho esta —sus palabras debieran darme consuelo, pero siento hundirme cada dia mas —Estas embarazada no debes ponerte de esa manera.

—Se siente mal Max, como veré a tu madre ahora.

—Como siempre lo has hecho —me abraza, pero quiero rechazarlo —No lo hagas, no seas terca, me costó trabajo llegar hasta aquí, admito que quise aprovecharme de ti, pero si quería desquitarme porque eras muy tonta al no verme a mí—alzo el rostro sus ojos cafés me miran fijamente —El no vale la pena, y te aferraste a ello durante mucho, viste la vida que le dio a tu hermana, y tu cargaste con su hijo, no lo merece, será parte de la vida de Héctor, mas no de la tuya y debes saber diferenciar eso.

—Como haces para decirme todo esto.

—Un don —me sonríe aun a pesar de todo esto.

La madre de Max se acerca y mis mejillas arden, dejo a mi hijo con Alfonso y con mi suegro que estaba hablando.

—Lo que hayan hecho o su acuerdo, no importa me han alegrado la vida y las ganas de vivir con ese niño, no cambia las cosas, pero debieron decirme y estar preparada, conozco a tu madre Andrómeda, y es algo bueno ya vieron, no te sientas mal, eres parte de mi familia y bueno supone lo que dijo Max estas...Embarazada.

—Queríamos dar la noticia —comenta Max.

—Como se diga, lo importante es que la familia crece, sirvió convencerte de que se fueran de luna de miel, le dije a tu padre que regresarían para hacerme abuelos de nuevo.

Debería reírme, de eso, pero no paso así, tuvimos mala suerte, Max me mira y sabe la odisea que tuvimos, luego la prueba negativa y luego que si lo estoy.

—Una niña seria hermosa con tus ojos Andrómeda y el cabello de Max, dios que divina seria.

—Madre, no. —frunzo el ceño, Max no quiere que sea niña, me lo hizo saber, y esa forma de contestarle a su madre será un padre muy celoso.

No deseo hablar del nuevo bebe, menos hoy, me duele la cabeza, estoy cansada y no disfrute el cumpleaños de mi hijo.

Alfonso se me acerca y más besa mi mejilla dándome espacio, sus ojos no dejan de verme y ver a Max retirase de mí.

Lo que diga cambiara mi vida y la de mi hijo.

—Empezare los tramites de registro lo mas pronto posible, espero nuestra convivencia sea amena Andrómeda, por el niño, por nuestro hijo.

—Solo quiero que esto no sea un circo Alfonso menos Venus interfiera y no deseo que ella conviva con Héctor. —Alfonso hace una mueca.

—Descuida, me diste motivos para que esto termine ya —noto la desilusión en sus palabras —No amo a Venus, estoy con ella por la culpa solamente, pero no sería sano para el niño llévamelo cuando tu hermana sabe la verdad, y tu madre, tomare mis cosas y regresare Porblake, está a una hora, mis padres se pondrán contentos con saber de Héctor.

Afirmo, Alfonso no habla de su familia, no después de que se casó con Venus y ella mostro su molestia de que no eran gratos en su casa, en cambio conmigo siempre fueron buenos.

Sé que con Héctor lo trataran bien, pero en una hora de camino, Alfonso nota mi preocupación.

—Debes entenderlo, es mi hijo y no voy reclamarte, pero las mentiras no son buenas Andrómeda, independiente de todo, merecía saberlo ¿No lo crees? Fuimos amigos al final de cuentas Andrómeda, y si por imbécil perdí todo.

—Solo tenemos en común un hijo Alfonso, solo eso, yo no puedo y no quiero hablar de lo que pudo pasar, no es juntos para Max, él ha sido un gran hombre conmigo, sé que tenemos pocas cosas en común diría pocas porque él es diferente a mí, y yo soy un desastre—intento sonreí.

—¿Estas bien con él?

—Alfonso, estoy bien con él, creo que empiezo a sentir algo por él, las cosas se están dando, y es Max, yo nunca... Nunca pensé que terminaría casada con él, y tendremos un bebe.

—Claro que lo sé, nunca te agrado menos como te miraba—noto la incomodidad de el—Pero veo que logro lo que yo no pude, ver cómo eres en verdad.

Max se acerca y me toma de la cintura, tensión es lo que noto en ambos, relajo a mi esposo entrelazado nuestras manos que posa en mi vientre y eso para Alfonso nuestra conversación a llegado a su fin.

—Alfonso, solo quiero decirte que quiere al niño, como un hijo, pero comprendo que ahora tienes todo el derecho de ser parte de su vida, puedes verlo no tengo problema si crees que me molesta, lo que dije lo mantengo, debiste luchar, pero ahora no sirve lamentarse por lo que pudo ser, comprendes, pero te seré honesto si las cosas no hubieran surgido entre Andrómeda da y yo la dejaría ir, pero no puedo hacerlo ahora, lo siento.

—Por supuesto, al final te quedaste con la chica dirá ¿No? —Max no responde —Andrómeda.

Suelto el aire, pego mi rostro en el pecho de Max, siento su calidez como me abraza, y tengo muchas ganas de llorar, demasiadas.

—Llora, debes hacerlo, llora porque no es bueno que te lo quedes, ¿De acuerdo? —asiento desmoronándome—Eso te ahora sentir bien—besa mi cabeza—Te amo—susurra erizándome y me aferro más a sus brazos.

Mentiras de SangreWhere stories live. Discover now