𝟷.𝟶𝟿 ،،̲Deja Vú،،̲

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— ˗ˋ ୨୧ˊ˗ —

Dumbledore miró al grupo sentado al final de una de las mesas del comedor. Tenía días observándolos de cerca, él sabía mejor que nadie que no se podía confiar ni de los amigos en tiempos de guerra, él sabía que Hermione estaba siendo demasiado inocente para su propio bien. Tom Riddle sonaba como un buen aliado, pero no podía evitar dudar. Hermione era demasiado ingenua y un paso en falso no solo la perjudicaria a ella, si no a todos.

El mismo había decidido que no quería saber más sobre el futuro que les aguardaba, ya era demasiado riesgoso tener a alguien del pasado ahí cómo para tener que cuidar aún más cada paso que daba por la información que su alumna podría darle.

El únicamente sabía lo necesario:

La guerra estaba en su punto decisivo, o ganaban ellos o ganaba Grindelwald, ya no tenían tiempo para estrategias o impulsos.

Necesitaban tanta información como Hermione pudiera recolectar, no importaba si no se iba con un nombre, pero los secretos que ella pudiera escuchar, los planes, todo lo que aún no había sucedido y aún se estaba planeando podrían ser de gran ayuda.

Y algo en su interior le decía, no, él sabía que a como estaban las cosas, probablemente no estaban en la mejor posición.

Por supuesto no esperaba nada menos de Grindelwald. Tan loco de poder y tan brillante cómo era, de seguro que había sabido cómo endulzar muchos oídos creyendo que el camino de la la mejora social estaba a su lado. Pero claro, no todos eran como él. Dumbledore había aprendido a la mala que Grindelwald no solo era bueno endulzando oídos, era un gran mago, y estratega. Por lo mismo el departamento de aurores aún no había dado con él.

—Profesor Dumbledore. —El director Dippet sonrió sin apartar la mirada de sus alumnos. —¿No es maravilloso? Aquí podríamos tener al próximo ministro, y nosotros aun no lo sabemos. Ver tantas caras inocentes solo hace que mis ganas por ver en lo que se convierten aumenten.

—No puedo decir lo mismo, director. —Dumbludore tomó de su copa sin apartar la mirada del grupo al final de la mesa. —Se vienen tiempos difíciles, director. Prefiero disfrutar de este momento, ver a todos juntos, conviviendo en armonía, felices.

—No conocía su lado pesimista, profesor.

—No es pesimismo, director.

— ˗ˋ ୨୧ˊ˗ —

—No tiene sentido. —Abraxas de tallo los ojos con la manos repetidas veces antes de volver su atención al pergamino frente a él.

—Por supuesto que no. —Tom cerró su libro con cuidado, él lo había encontrado en la sección oscura, una pequeña biografía que en realidad no tenía nada de peligroso, pero contenía un montón de recorder de periodico y notas sobre las ultima guerra mágica, por supuesto no estaba actualizado, pero contenía, just al final, una pequeña sección donde se hablaba sobre los logros de Grindelwald y las familias que estuvieron aliadas antes de que tuviera que esconderse nuevamente.

El libro cerraba esa sección con un comentario sarcástico sobre cómo Grindelwald había deseado ser más de lo que en realidad era y cómo su pequeña rebelión en realidad era un puñado de seguidores sin visión que se presumía estaban bajo la maldición imperius.

—¿Cómo encontraremos a alguien que no tiene cara ni nombre? –Abraxas soltó su pluma haciendo que la tinta manchara todo lo que se encontraba en la mesa, Tom le dedicó una una mirada retadora, cómo si fuera un maestro regañando el desastre de su alumno y suspiro.

—Muchas gracias por la motivación, Malfoy. –Tom se estiró en su silla.

—Sé que no tiene sentido. —Hermione cruzó los brazos sobre el escritorio. –Pero necesito tanta información cómo sea posible.

—Tal vez si nos dijeras un poco más sobre lo que tu sabes, o de dónde vienes, podría ayudar. —La voz de Orion hizo que Hermione saltara en su lugar, dejó caer una pila de libros en el escritorio y tomó su lugar junto a Abraxas.

Hermione se removió incómoda en su lugar. No quería, más bien no podía, confiar tanta información. De hecho ellos ni siquiera deberían de estar involucrados, sin embargo su ayuda de verdad era apreciada. Hermione agradeció que había cuatro cerebros en lugar de uno procesando tanta información, sin embargo era riesgoso dar más allá de lo que el profesor y ella ya habían hecho.

—Sabemos que es complicado, Hermione, aún más con la naturalidad de nuestras familias. –Abraxas le sonrió, sus ojos denotaban tristeza y eso no fue pasado por alto por ninguno de los que estaban ahí. —No te pedimos detalles, pero si sabes algo, cómo luce, qué edad tiene, lo que sea, nos ayudará a cerrar un poco más nuestros perfiles.

—Ya les dije lo que sé. Sé que debe de tener alrededor de nuestra edad, debe de estar en sus últimos años aquí en Hogwarts. Se qué hay una alta probabilidad de que sea de Slytherin. —Hermione se removió incómoda con la mención de la casa. —Es todo lo que sé.

—¡Ha regresado! —Un estudiante de último grado gritó desde el corredor. —¡Lo han hecho de nuevo!

— ˗ˋ ୨୧ˊ˗ —

Hermione caminó entre el mar de gente que gritaba y lloraba, algunos se abrazaban unos a otros, otros –al contrario de ella– peleaban contra la multitud para alejarse lo más que pudieran del pasillo.

—¿Qué está sucediendo? –Tom comenzó a empujar al alumnado, usando la tarjeta de "Soy El Prefecto", detrás de él, Hermione y Abraxas luchaban por abrirse paso y seguirlo.

—¡Lo hicieron de nuevo! —Un alumno de último año gritó, con los ojos llorosos, Hermione apenas podía verlo entre el mar de gente, sin embargo esta justo de frente, casi llegando al patio principal, cerca del comedor, los alumnos hicieron una especie de semicírculo en una de las paredes.

Hermione sintió el vacío en su estómago, esto era un Deja Vú.

En grandes letras rojas se leía: El heredero no se ha marchado. 

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𝑻𝒉𝒆 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒆𝒓 |𝑻𝑶𝑴𝑰𝑶𝑵𝑬|Where stories live. Discover now