𝟷.𝟶𝟽 ،،̲Honestidad،،̲

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Hermione se sentía al borde en todo momento, no tenía a nadie con quién hablar, no tenía a Harry, Ron o Ginny para desahogarse, sus únicos amigos en el momento eran Tom y el resto de Slytherins, pero era una obviedad que no podía hablar con ellos, al menos no de todo lo que la atormentaba en ese momento.

Hermione había pasado la semana regalando sonrisas a todas las personas con las que se cruzaba, había actuado normal, tan normal como se podía, frente a sus "amigos". Y estos parecían haber notado el cambio de ánimo en ella pero no lo habían mencionado. A pesar de que los Mulciber y los Malfoy habían sido iniciados recientemente ninguno la había tratado diferente, incluso en las clases avanzadas de pociones habían sucedido con normalidad.

Pero ella de verdad necesitaba desahogar se, necesitaba hablar con alguien que no fuera Dumbledore, alguien que le dijera que todo iba a estar bien y que ella lograría su cometido.

Los últimos días había tenido este sabor amargo respecto a sus amigos. Quería confiar en ellos, de verdad, quería poder contarles todo lo que ella sabía, pero el futuro era claro. No importaba que, ella no podía confiarles nada, pondría en peligro todo, no solo Harry, sino todo el futuro de la guerra. El futuro en sí, si ella se atrevía a confesar algo a alguien que no fuera el profesor Dumbledore, corría el peligro de arruinarlo todo.

Aunque ninguno de ellos había demostrado coincidir con los ideales pura sangre, y habían sido lo más cercano que tenía desde que había llegado, su corazón deseaba pero su cerebro se negaba a decir cualquier cosa.

Hermione se dirigió al Gran Comedor, casi era la hora de la cena, y la verdad tenía ganas de desaparecer lo antes posible para irse a rondar por el castillo antes de comenzar con sus rondas nocturnas. Hermione miró a su alrededor, para su sorpresa el comedor estaba casi lleno y el bullicio en cuanto puso un pie dentro, ni siquiera se molestó en mirar a la mesa de slytherin, se sentó sola en una esquina y abrió su libro. Después de un buen rato se dió cuenta que había leído el mismo párrafo y seguía sin entender, para ese punto ya ni siquiera recordaba qué es lo que estaba leyendo, suspirando cerró el libro y decidió mejor fijar su mirada en la mesa. Sus pensamientos no eran algo que pudiera controlar en ese preciso momento, así que los dejo fluir.

—Granger. —Malfoy se sentó frente a ella, sin importarle que esa no era su mesa designada. –¿Lista para la fiesta?

—¿Perdón? — Hermione lo miró con el ceño fruncido. —¿Qué fiesta?

—Te dije que no lo recordaría. –Black la recorre con un pequeño empujón haciendo que esta quedara en medio de él y Mulciber cuando este por fin se sentó. —En serio, Granger, ¿te encuentras bien? Pareces perdida.

—Por suerte. —Tom sonrió mientras se sentaba junto a Malfoy. —Nos tienes a nosotros y confirmamos tu participación en El Club De Las Eminencias de Slughorn, tengo la impresión de que quiere hacerlo oficial.

—¿El club qué?

—De verdad, mujer, ni siquiera leiste la carta. –Malfoy la miró dejando de cenar, en algún punto de la conversación la comida había aparecido y ella ni siquiera se había dado cuenta.

Hermione no pudo evitar sentirse como una niña regañada, por lo que tomó sus utensilios y comenzó a comer en silenció mientras los demás comenzaban a platicar de diferentes cosas. Había olvidado por completo la fiesta del profesor Horace, y no estaba segura de que ella tuviera algo que ponerse para la ocasión. Ni siquiera estaba segura de querer ir.

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La fiesta de Slughorn estaba en pleno apogeo. Unos cuantos alumnos de diferentes casas habían sido invitados, incluso los mejores profesores activos de Hogwarts se encontraban ahí, Dumbledore entre ellos quien mantenía una divertida conversación con el profesor Horace.

𝑻𝒉𝒆 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒆𝒓 |𝑻𝑶𝑴𝑰𝑶𝑵𝑬|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora