Casino

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 Después de algunos días de normalidad trabajando en la tienda, Toni decidió probar suerte en el casino local. Era la primera vez que entraba a un lugar así, y estaba ansioso por experimentar la emoción del juego.

El casino se erguía imponente en el corazón de la ciudad, con luces brillantes y una fachada elegante que invitaba a los visitantes a adentrarse en su mundo de apuestas y entretenimiento. Al entrar, Toni quedó impresionado por la opulencia del lugar: brillantes tragamonedas parpadeando en todos los rincones, mesas de póker repletas de jugadores concentrados y el zumbido constante de conversaciones animadas y risas.

Se adentró en el bullicio, sintiéndose emocionado por la atmósfera electrificante que lo rodeaba. Miraba con curiosidad algunas mesas de blackjack y ruleta, disfrutando de la adrenalina de cada apuesta y el suspense de cada giro de la ruleta.

Así que decidió intentar jugar a la ruleta, no hubo suerte y poco a poco Toni fue perdiendo dinero, después de perder unos 300€ llamo a Jose para contarle lo que había sucedido.

-¡Joséee, me cago en la puta! ¡He perdido un montón de pasta en el casino! -exclamó Toni, evidenciando su molestia por la situación.

-¿Y para qué apostaba' dinero? -preguntó José, intentando comprender la situación.

-No sé, me he emocionado y me he dejado llevar. Creo que he perdido unos 300 euros. -respondió Toni, con tono desanimado.

-¡¿Qué dice', loco?! -exclamó José, sorprendido por la cantidad perdida.

Toni, tratando de tomárselo con humor, bromeó. -Estás despedido, no puedo pagarte. -dijo Toni riendo, tratando de tomárselo con humor.

José se unió a la risa, reconociendo la broma de Toni y aliviando un poco la tensión del momento.

Mientras hablaba con José por teléfono, Toni se topó con una figura conocida entre la multitud, era Hai, quien lo observaba desde un rincón con una sonrisa en el rostro.

Toni se sorprendió al ver a Hai en un lugar como ese, pero decidió acercarse para saludarlo.

-Hola, Toni. ¿Qué te parece el casino? -preguntó Hai con una sonrisa mientras se acercaba.

Toni devolvió la sonrisa, sorprendido por el encuentro inesperado. -Es impresionante, Hai. Nunca había estado en un lugar así antes. ¿Qué te trae por aquí?

Hai se encogió de hombros con una expresión enigmática. -Solo disfrutando un poco del ambiente, ya sabes cómo es. ¿Has tenido suerte en tus apuestas?

Toni le conto cómo había perdido dinero. -Bueno, ya sabes cómo es esto -dijo Toni, encogiéndose de hombros con una sonrisa irónica.

Hai asintió con comprensión. -Sí, el casino puede ser así de impredecible. Pero mira, si quieres recuperar un poco de lo perdido, ¿qué te parece una partida de billar contra mí? Te daré 1000 euros si me ganas. - propuso Hai, con una sonrisa desafiante.

Toni, intrigado por la idea y deseoso por el dinero, aceptó rápidamente la oferta. -¡Por supuesto! -respondió con entusiasmo.

Toni llamó de nuevo a José y le explicó la situación. -José, voy a echar una partida de billar contra Hai. Si le gano, me dará 1000 euros.

Ante la propuesta, José respondió con una sugerencia: ¿Quiere' que juegue yo por ti? Soy campeón de Andalucía de billar.

Toni, sorprendido por la revelación -¿De verdad? ¿Eres campeón de Andalucía?

José confirmó con orgullo: -Sí, gané dos o tres campeonato' de esos de comunidade'.

Toni, emocionado por la idea, le propuso a José: -Ven y juega otra partida tú también. Y ya que estás, me aconsejas un poco.

Marbella: Porque los problemas nunca son suficientesWhere stories live. Discover now