Misión

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Tras unos días en los que Toni y Carlo habían decidido dejar algunos días de vida normal, iba a comenzar a levantar sospechas que una tienda nueva en la ciudad este mas tiempo cerrada que abierta.

Los hermanos recibieron una llamada de Cheng, les informó que tenían una misión importante que requería su participación.

-Carlo, Toni. Tengo una tarea crucial para ustedes -anunció Cheng con seriedad.

-¿Qué sucede, Cheng? ¿En qué podemos ayudarte? -respondió Carlo, preparándose para escuchar los detalles.

-Venid, reunámonos y hablaremos de los detalles, os mandare una ubicación.

Una vez Carlo y Toni llegaron al lugar indicado por Cheng para llevar a cabo la misión, decidieron aprovechar la oportunidad para encontrarse con Hai y entregarle su parte correspondiente de las pirulas vendidas. Sabían que era importante mantener una relación de confianza con él y asegurarse de que todo estuviera en orden.

Se reunieron con Hai en un lugar discreto, lejos de miradas indiscretas. Carlo sacó un pequeño paquete envuelto en papel de periódico y se lo entregó a Hai.

-Aquí tienes, Hai. Esto es tu parte de las ventas de las pirulas -dijo Carlo, ofreciendo el paquete.

-Gracias, chicos. Aprecio que cumplan con su parte. Estamos trabajando en algo grande y necesitamos asegurarnos de que todos estemos alineados en nuestros negocios -respondió Hai con una sonrisa.

-Cuenta con ello, Hai. Somos un equipo, y estamos comprometidos a alcanzar nuestros objetivos juntos -añadió Toni, expresando su determinación.

Hai les explicó detalladamente el plan.

Chicos, esta noche debemos recuperar un USB, contiene información crucial para nuestros negocios. Necesitamos obtenerlo sin levantar sospechas ni ser detectados por los guardias de un puerto clandestino -comenzó explicando Hai en tono serio.

-Carlo asintió, mostrando su determinación. -Entendido, Hai. Pero, ¿Cómo nos aseguraremos de que no nos atrapen? ¿Qué medidas de seguridad tenemos?

Hai sonrió, mostrando una mezcla de confianza y astucia. -No se preocupen, tengo un contacto dentro del puerto. Él nos ha informado de las rutinas de los guardias y sabemos a que hora hay que actuar. Además, les he traído algo para protegerse -dijo mientras sacaba una pistola y la colocaba sobre la mesa.

Toni, quien había estado escuchando atentamente, frunció el ceño ante la vista del arma. -Hai, no estamos tan acostumbrados a usar armas. ¿Es realmente necesario?

Hai asintió con seriedad. -Lamentablemente, en este tipo de operaciones, es mejor estar preparados. Solo quiero que lo tomen como una medida de seguridad adicional. Espero que no tengan que usarla, pero es mejor tenerla a mano por si acaso, esos guardias no van a dudar en disparar a matar si es necesario.

Carlo miró la pistola con cautela antes de tomarla y examinarla cuidadosamente. -Está bien, Hai. Lo entendemos. Si es necesario para protegernos y completar la misión, lo haremos.

Hai asintió satisfecho. -Eso es lo que quería escuchar. Confío en que harán un trabajo excepcional. Os he asignado a uno de mis hombres de confianza para llevarlos en una pequeña lancha hasta el puerto. Él los guiará y les proporcionará cualquier apoyo adicional que puedan necesitar.

Hai miró a Carlo y Toni con una sonrisa confiada. -Chicos, sé que esta misión es complicada, pero confío plenamente en vosotros. Para compensar los riesgos involucrados, os pagaré 10.000 euros una vez que completen el trabajo y me entreguéis el USB. Es una cantidad generosa, pero también refleja la importancia y la sensibilidad de la información que contiene el USB.

Carlo y Toni intercambiaron una mirada, apreciando la generosidad de la oferta. Sabían que Hai valoraba su lealtad y habilidades, y el pago ofrecido demostraba su compromiso mutuo.

-Recordad, la discreción y el sigilo son fundamentales. Cuanto menos atención atraigamos, mejor. No duden en usar la pistola si es necesario, pero traten de evitarlo en la medida de lo posible. El objetivo principal es obtener el USB sin ser detectados.

Carlo y Toni asintieron en acuerdo una vez más, mostrando su comprensión de las instrucciones.

-Buena suerte, chicos. Estoy seguro de que lograrán lo que se les ha encomendado. Os esperaré pacientemente hasta que regresen con el USB -concluyó Hai, deseándoles lo mejor.

Los hermanos se prepararon para la misión que les esperaba. Sabían que había mucho en juego, tanto en términos de recompensa financiera como de la confianza y la lealtad que habían establecido con Hai. Se dirigieron hacia la salida, listos para encontrarse con el hombre de Hai y embarcarse en la siguiente fase de su aventura.

Carlo y Toni subieron a la lancha que uno de los hombres de Hai había preparado para llevarlos al pequeño puerto, allí les dio unos pasamontañas antes de iniciar la marcha. El motor ronroneó mientras la embarcación se deslizaba por el agua, acercándose sigilosamente a su destino.

El puerto era un lugar tranquilo y apartado, con pocas luces y actividad en esa hora de la noche. A medida que se acercaban, podían ver a los guardias patrullando el área, protegiendo la entrada al lugar donde se encontraba el objeto que debían robar: un USB que contenía información valiosa para Hai y su organización.

 A medida que se acercaban, podían ver a los guardias patrullando el área, protegiendo la entrada al lugar donde se encontraba el objeto que debían robar: un USB que contenía información valiosa para Hai y su organización

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Carlo y Toni se movían con sigilo y agilidad, aprovechando cada esquina y sombra para ocultarse de los ojos vigilantes de los guardias. Se deslizaban entre los contenedores apilados y las lanchas amarradas en el puerto, utilizando su conocimiento del entorno para mantenerse fuera de la vista.

Mientras se deslizaban entre las cajas y lanchas del puerto, Carlo y Toni se comunicaban en susurros, apenas audibles en el silencio de la noche.

-Mantén los ojos bien abiertos. hay tener clara la posición de los guardias. -Susurro Carlo

-No te preocupes, estoy alerta, cuando el guardia pase hacia la izquierda, nos movemos detrás de esas cajas. -Dijo Tony dando haciendo una seña para que se deslicen sigilosamente, agachados y ocultos entre las sombras.

Carlo permanece oculto mientras Toni avanza hacia la lancha. Avanza con agilidad, manteniéndose oculto y evitando contacto con los guardias.

Toni entro en una pequeña sala en la que únicamente había un escritorio y un viejo ordenador en el que había conectado un USB. Sacó el USB con cuidado y salió con cuidado para no hacer ruido en ningún momento y vuele con Carlo.

-Bien hecho, Toni. Ahora, retrocedamos por el mismo camino sin ser vistos. -Susurra Carlo

-Estoy de acuerdo. Sigamos siendo invisibles.

Continúan avanzando en silencio, evitando a los guardias en su camino de regreso.

-Estamos casi fuera del peligro. Solo un poco más -Toni dice estando a pocos metros de la lancha.

Llegaron a la lancha donde les espera el hombre de confianza de Hai, la misión había sido un éxito. Se iban alejando poco a poco del puerto.

-Lo logramos, hermano. Ahora, solo queda entregar el USB y cobrar nuestra recompensa. -Dice emocionado Carlos quitándose el pasamontañas.

-Así es... Esto podría haber salido fatal, hemos tenido mucha suerte. -Toni también se quita el pasamontañas y mira a Carlo. -Pero recuerda, esto es solo el comienzo. Nuestra aventura apenas está empezando.




Marbella: Porque los problemas nunca son suficientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora