One Shots || Tokyo revengers

Baji Keisuke - Feliz CUMpleaños

—De rodillas— ¿Dignidad? Eso no existe con Baji Keisuke en el sexo.

Me arrodillé entre sus piernas, mis manos en sus rodillas, evitando verlo directamente a los ojos.

—Abre la boca— sus dedos se metieron a mi boca y comenzaron a penetrar simulando su miembro —¿Así es como piensas chupármela?— sus dedos fueron más adentro de mi garganta —sé que puedes hacerlo mejor, ¿no?— sus dedos salieron de mi boca y fueron a su polla, comenzó a tocarse el mismo mientras golpeaba mis mejillas con su miembro.

—Abre bien— abrí mi boca, se deslizó en mi garganta hasta el fondo —oh… mierda— sus dedos se clavaron en mi cabello, tomo el control y comenzó a embestir contra mi boca.

—Sé una buena chica y chúpala— mi boca apenas y podía tomarlo.

Sus manos sujetaban más fuerte mi cabello, hundiéndose tan adentro, mientras sus jadeos continuaban una y otra vez.

—¿Quieres un respiro?— asentí rápidamente, necesito aire, esa cosa me está ahogando.

Lo saco lentamente mientras peinaba mi cabello y me dejó respirar profundo un par de segundos antes de volver a meterlo.

—No es la primera vez que me haces una mamada, trágala bien, como se merece— sus dedos fueron a mi mandíbula y apretó fuerte mientras ponía mi rostro a su vista.
—¿Ya te he dicho lo linda que te ves desde esta posición?— metió la cabeza de su pene en mi boca —lámelo, sé que te encanta— mis manos sujetaron su miembro mientras mi lengua subía y bajaba por todo su pene, deteniéndome en la punta la cual comencé a succionar y lamer.

—Dios… Ngh... sigue así, nena— sus mejillas se sonrojaron aún más a medida que su polla palpitaba en mi boca.

Lo metí todo adentro, mi cabeza se movía en un vaivén de arriba a abajo.

—Yo… estoy tan cerca— sus dedos sujetaron mi cabello, presionando mi cabeza hacia su entrepierna —trágalo— dijo mientras liberaba toda su semilla dentro de mi boca y un par de gotas bajaban por las comisuras de mis labios.

Su pulgar limpio aquellas gotas y me hizo chupar su dedo lleno de su esencia.

—Realmente te gusta hacer esto, ¿No?— sus manos tomaron mis mejillas —Mira como te vestiste para mí— sus dedos juguetearon con el cascabel en mi cuello y las orejas de gato sobre mi cabeza —eres una gran y buena chica—

Sus ojos solo transmitían deseo, lujuria y anhelo por hacerlo.

—Ven con papi— golpeo suavemente su regazo —veamos como mueves esas caderas para mí— subí a su regazo, su polla ya erecta contra mi estómago.

—Me es tan difícil controlarme cuando haces esto— me tocó los muslos, sus grandes manos apretujaron mis piernas y jugaron con el borde de mis bragas, siguió tocando hasta llegar a mis tetas y comenzó a pellizcar mis pezones.

—Del tamaño perfecto— las tomo en sus palmas para estrujarlas sin piedad alguna.

Sus manos siguieron haciendo de las suyas y fueron a mi cuello, tocando aquel cascabel de la correa y se ampliaron para ahorcarme.

—Tenías todo esto planeado, una buena cena, una botella de vino, un vestido que marcaba aún más tu lindo cuerpo y abajo de todo eso, esta pequeña cosa— desabrocho aquel sostén de encaje e hizo aún lado mis bragas.

—Feliz cumpleaños, Keisuke— murmuré, besando su mejilla, un beso dulce antes que me reventara el culo.

—Gracias, princesa— sus manos fueron a mis glúteos para luego azotarlo y dejar la marca roja de sus manos.