One Shots || Tokyo revengers

Sanzu Haruchiyo - Stalker

Sanzu Haruchiyo, un maldito enfermo de mierda obsesivo.

No sé desde cuando empezó, fue una linda tarjeta de presentación que me llevo un camarero.

"Si te regalará cigarrillos según tu número de teléfono, ¿cuántos cigarrillos serían?

P.D. Soy Sanzu Haruchiyo, linda"

Simplemente, fue algo gracioso y estúpido, era tan obvio la razón de la tarjeta, sin embargo, jamás llegué a verlo en persona, ya que me fui del restaurante unos minutos después de que el camarero trajera aquel papel.

A decir verdad no me interesaba saber quién era.

Cuando iba a esa cafetería, a veces dejaban flores para mí, con la típica tarjeta "Atentamente, Sanzu Haruchiyo, llámame ♡ +10*******"

En otras veces me dejaba dulces o tarjetas, era un tonto tratando de conquistarme desde el anónimo, pero eso se convirtió en un infierno.

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"Te ves linda con esa pijama, aunque te verías muchísimo mejor sin ella"

Estaba en mi casa, en mi habitación a punto de dormir, no era la primera vez que recibía mensajes de él, me está espiando.

Pero por más que he tratado de denunciarlo, nunca lo encuentra la policía, no pueden hacer nada, trate de mudarme, pero es como si el idiota conociera exactamente en qué lugar voy a estar.

Me he quedado en hoteles, pero siempre envía fotos mías en esos lugares, ¿qué mierda quiere?

Debo aceptar que me aterra todo lo que me dice, pero si no puedo hacer nada, ni siquiera huir, porque luchar más, aunque había noches en que tomaba fotos mías que parecían tomadas justo a lado de mi cama.

"Te veías tan vulnerable, dormida que me dieron ganas de follarte"

Sus comentarios me daban asco e incomodidad.

"Maldito enfermo"

"No me trates así, linda, soy muy sensible"

"Por qué mejor no te mueres maldito imbécil"

"Podré morir el día en que haya probado tus labios y haberte follado"

"Muérete"

"¿Eso es una invitación para tener sexo, linda? Qué atrevida"

"Porque no te metes un palo en el culo y me dejas en paz de una vez"

"Te dejaré en paz hasta que seas mía, porque seguir haciendo más largo este juego, cariño"

"Juego... claro, para ti esto es un maldito juego, deberías de conseguirte otro juego y andarte a la mierda"

"Me gusta cuando eres caprichosa, princesa"

El coraje y desesperación que tenía me volvía loca, maldito enfermo, imbécil.

Aunque luchará por no dormir y evitar que él apareciera, eso era imposible, no dormí por semanas en muchas veces.

"Ciertamente, no apareceré si estás despierta, pero parece que estás tan débil, no te haré nada malo, solo cosas que te satisfagan"

Él observaba como dormía, se tomaba el tiempo de taparme con las sábanas si no estaba con sabanas, a veces limpiaba el desastre de mi cocina y cuarto.

Incluso a veces robaba mi ropa interior, era tan morboso, me enviaba fotos de mis bragas en sus cajones de ropa o fotos de mis bragas llenas de su semen.

"Es complicado no poder quitártelas yo mismo"

"Quisiera poder llenarte a ti de mi semilla"

Caí rendida en el sueño y no tardó mucho en aparecer.

No sabía si tenía llaves de mi casa, o si forzaba la entrada, pero casi todas las noches aparecía.

Un par de horas después se largó.

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Regrese del trabajo, tuve un evento muy importante y los tacones me estaban matando, pero cuando abrí la puerta me quedé helada.

Un chico peli rosa de que solía ver siempre en una cafetería, siempre con un tapabocas, un par de veces lo había visto en camino al trabajo, pero solo supuse que vivía en la zona, pero estaba en mi casa.

—¡Bienvenida a casa, cariño ~!— estaba sentado en el sofá de mi sala, con una gran sonrisa resaltando unas grandes cicatrices que tenía, mientras tenía una botella de vino o licor, eso era lo de menos.

Trate de sacar mi teléfono o encontrar algo con que defenderme.

—No creas que te lastimaré, princesa, si quisiera lastimarte ya lo hubiera hecho mientras dormías— se levantó del sofá y se dirigió a mí, quedo a centímetros de mí, mirándome con deseo.

—¿Debería de presentarme de nuevo? No lo creo, ya me conoces, de hecho, vine porque quería cenar contigo, hoy se cumple un año desde que te di aquella tarjeta ¿Es una ocasión especial, verdad?—

En muchas ocasiones había encontrado a aquel chico en la cafetería donde a veces desayunaba, amable, guapo y tan generoso que me hacía sonreír.

¿En serio?

—Aunque te veía ocasionalmente en la cafetería, no podía esperar más por ti, linda ¿Vienes? Prepare tu comida favorita—

Todos los mensajes de mierda que me enviaba y las fotos obscenas aparecían en mi mente, incluso pensé que iba a llorar.

Al verme tan pálida se acercó a mí.

—No llores, linda, no te haré daño— una de sus manos fue a mi cintura y con su otra mano, con su pulgar, limpió las lágrimas que caían de mis ojos.

—Tú... tú...— mi voz temblaba, mi cuerpo también, aún más al sentir como sus sucias manos me abrazaban.

—Te amo, princesa—

Un maldito enfermo, enfermo de mierda, eso es lo que es.

Ni siquiera yo sentí en qué momento mi mano ya había golpeado su mejilla, dejándola totalmente roja.

Él solo sonrió y se rio.

—Tus manos son tan suaves, linda, tócame más—

Retrocedí torpemente.

—Me gustas, quiero conocerte, quiero hacerte mía—

—¿Te gusto? Maldito enfermo, eres un enfermo de mierda, un estúpido acosador, un asqueroso hombre, me das asco, ¿te gusto? Que mierda es eso, eres un enfermo—

—Trate de llamar tu atención, pero creo que no fue de la mejor manera— me abrazo y beso suavemente mi cuello.

—¡No me toques!— me safe de su agarre y me alejé.

—Está bien, si no quieres, no te forzaré, podemos tomar nuestro tiempo—

—Vete a la mierda—

—¡Esa es la chica que conozco! Siempre diciéndome que me joda, tan agresiva, pero nunca me pediste decir "cógeme"—

—¿Qué mierda quieres de mí? Déjame en paz de una vez, yo... yo... hazlo... por favor—

—Te quiero a ti—

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Bue pensaba meterle sexo, pero al verdad no sé si es algo que se pueda sentir incómodo, so, no hay sepso aquí 🐌 a menos que quieran