- Capitulo 6 -

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𝚅𝚒𝚎𝚛𝚗𝚎𝚜
𝟷:𝟶𝟶 𝚙𝚖

Tito caminaba por las calles de Montevideo, se distraía con cualquier cosa que veía, se había asombrado por ver a un perro persiguiendo un gato, había escuchado algo, asustado, volteo a ver a todos lados.

–¿Quién está ahí?, o acaso me estoy volviendo loco... ¡ESCUCHÓ VOCES!

– ¡EL BOLSILLO DEL PANTALÓN! –. Le respondieron a Tito.

– ¿Uh? –. Tito saco el pequeño espejo de la bolsa de su pantalón y estaba Roberto, se veía demasiado molesto.

– ¿Sabes Tito?, ¿Sabes?, Tengo ganas de agarrarte el cuello, apretarlo fuertemente, atarte con cadenas, meterte a una piscina llena de tiburones, sacarte de ahí y meterte en una habitación llena de zorros y después arrojarte a las vías del tren bala, después te reviviria para después hacer lo mismo una y otra vez hasta cansarme, ¡DEVUÉLVEME EL CONTROL DE MI CUERPO!

–Bueno, lo haré, siento que todavía no estoy preparado para esto.

–Espera... ¿Lo dices enserio?… ¿Por qué?

–Cause un gran problema en la banda y como prácticamente somos el mismo, mis problemas son tus problemas.

– ERES UN APROVECHADO TITO –. Roberto puso su mano del otro lado del espejo –Yo resolveré esto, tu no hagas nada.

Tito puso su dedo en el espejo, haciendo que otra vez Roberto tuviera control de su cuerpo.
El siguió caminando, hasta que un papel llegó a su pies, levantó el papel, parecía que era un anuncio.

¿Tiene algún problema en su vida que no puede resolver?
Hay algo en su vida que le estorba y por más que trata, ¿No sale de ahí?
¿Ya no sabe que hacer consigo mismo?

– Felicidades a encontrado a las personas correctas –

Contáctenos y nosotros le diremos que hacer con todo eso que le estorba y le molesta

Confíe en nosotros, ¡no somos estafadores!

– ¡Ja!, como si esas cosas pasarán –Roberto dobló el papel y lo guardo en el bolsillo de su pantalón –Pero por si las dudas.

Roberto llegó a su casa, se sentó frente al espejo y le hablo a Tito.

–¿Tito que paso?

–Me… pelee con los demás de la banda, me sentía el jefe –Tito estaba sentado en la otra parte del espejo.–Me sentía bien dando órdenes… perdón –Aquella última palabra la dijo en un tono de voz muy bajo.

– ¿Que dijiste?

–Perdón.

–Te perdono, solo eres un jovencito inmaduro que se deja llevar por el poder de dirigir una banda.

Era un momento emotivo, Roberto tenía contacto directo con una parte de su yo interno.
Tratando de comprenderlo y conectar con el.
Todo era tranquilidad, hasta que tocaron la puerta, Roberto se dirigió a la puerta y ahí estaban todos los de la banda.

–¿Estás mejor Roberto? –Pregunto Topo, abalanzandose para abrazárlo.

–Si, discutimos muy feo en el estudio, después de que te fuiste pensamos en la posibilidad de que estuvieras pasando alguna situación difícil y por eso venimos aquí para apoyarte –Agrego Tavella.

𝗔 𝗧𝗿𝗮𝘃𝗲𝘀 𝗗𝗲𝗹 𝗘𝘀𝗽𝗲𝗷𝗼Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin