- Capitulo 5 -

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–¡Dame una explicación!, ¿Que te está pasando Roberto?

–Vi una araña en la cuchara, me dio miedo, ahora vete Riki –Roberto empujó a Riki hacia la salida y puso el plato de galletas en sus brazos.–Ahora vete a de aquí, se acabó la hora de la visita –El cerró la puerta fuertemente en la cara de su hermano.

–Lo bueno de esto es que tengo galletas y un plato gratis… ¡GRACIAS HERMANO, YO IGUAL TE QUIERO!

Era de noche, Roberto se fue a dormir, Tito no lo había molestado en todo el día, tuvo un día relativamente normal.
Se despertó a las 4:39 A.M se dirigió al baño, estaba algo somnoliento, cuando estaba a punto de salir del baño se detuvo ya que alguien le había hablado.

–Roberto, ven acércate, soy yo, Tito.

–¿Que quieres?

–¡SOLO QUIERO QUE VENGAS VIEJO INÚTIL!

–Oye, a mí me respetas muchachito insolente –Roberto se puso enfrente del espejo.–¿Que quieres?

–Pon tu mano en el espejo.

–No lo haré, ¿Cómo se que esto no es alguna de tus cosas raras para hacer quien sabe que cosa?

–Mira, si tú pones tu mano yo dejaré de molestarte, estarás muy tranquilo y estarás descansando muy bien y yo me iré y tú ya no me verás, ¿Estás de acuerdo Roberto?

–Espera un momento –Roberto salió del baño un momento y después volvió a entrar.–Claro que estoy de acuerdo pequeño Tito.

Roberto puso su mano en el espejo, hubo un destello lo cego un poco, abrió los ojos y ya no estaba en el baño de su casa, estaba en el lugar que había soñado el mismo día que comenzó todo esto.

–¿¡TITO QUE HAS HECHO!?

En efecto, Tito estaba controlando por completo el cuerpo de Roberto, era el cuerpo de Roberto pero la personalidad y la voz de Tito.

–Te dije que ya nunca más te iba a molestar y que tú descansarias muy bien, Bueno, pero al final tuve razón, tu quedaste del otro lado del espejo, ahora a vivir la vida que perdi hace 14 años, me siento tan libre.–Tito cerro la puerta del baño y se dirigió a la cama –Esto es tan suave y tan… tan… –Tito se habia quedado dormido.

Eran las 7:00 A.M, Tito se despertó y se dirigió al clóset, lo abrió y empezó a buscar ropa.

–Debo encontrar algo para ponerme, algo que no sea tan formal, ¡No me jodas Musso!, aquí solo tienes camisas de colores obscuros… ni una playera con la imagen de un pollo, ¡nada!... Supongo que tendré que ponerme una camisa y todas esas cosas formales.

–¡Pero que guapo estoy! –Tito se miro en el espejo de la habitación y se peinaba.–Odio estos rizos… creo que me vería mejor si me corto el pelo, pero eso será más tarde.

Tito salió de la casa rápidamente, ni siquiera había comido algo.
Llego al estudio y encontró a Tavella afinando su bajo.

–Eh amigo Santiago, veo que has llegado muy temprano –Tito se acercaba a Tavella.

–Si, yo siempre llego temprano, supongo que ya sabes eso.

𝗔 𝗧𝗿𝗮𝘃𝗲𝘀 𝗗𝗲𝗹 𝗘𝘀𝗽𝗲𝗷𝗼Where stories live. Discover now