Capítulo 8

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Indara.

Mí cabeza da mil vueltas.

—Ethan se irá de tu vida —susurro.

Miro mí reflejo en el espejo y los ojos se vuelven a llenar de lágrimas, lavo nuevamente mí cara, respiro profundo y trato de no llorar.
No sé cuanto tiempo me pase aquí adentro, ya es hora de salir.

—Cálmate, respira, no pasa nada —me digo.

Al abrir la puerta solo escucho las voces de Ethan y su madre, camino lentamente por el pasillo, pero me detengo para hacer tiempo. Empiezo a ver las fotografías que están colgadas en la pared para distraerme.
Sonrió al ver la foto de Ethan de bebé tiene una gran sonrisa mostrando sus cuatro dientes, se ve tan tierno, en otra foto está con sus padres cuando se estaba egresando del jardín de niños, varias fotos graciosas le siguen, como: Ethan con todo su rostro manchado de salsa, en otra está llorando con un diente en la mano, una donde está al lado de un payaso con cara de asustado.
Cuando termino de ver todas las fotos,  una puerta celeste capta mí atención, en el centro tiene una E, así que intuyo que es su habitación, verificó que no venga nadie e ingreso sigilosamente a su cuarto. Hecho un vistazo rápido antes de empezar a husmear bien, su cama está prolija con todas las mantas y almohadas bien acomodadas, miro hacia el escritorio que también está ordenado, excepto la silla que tiene ropa encima, las paredes de la habitación son color azul sin ningún póster o algún adorno, en cambio mí habitación tiene unos posters de CNCO y otros cantantes, fotos y cuadros con frases motivadoras. Veo el librero y me acerco, los primeros tres estantes tiene libros sobre abogacía, el cuarto tiene libros de terror.

Me acerco a la mesita de luz y me sorprendo al ver qué tiene un libro de romance encima, lo tomo y leo el título si tu signo no es cáncer, busco la página donde está el señalador.

Mi corazón comenzó a latir a mil por hora y me parecía que todos se daban cuenta.

Frunzo el ceño al leer el fragmento que está marcado. Una parte de mí quiere creer que esa cita es para mí, ya que tiene la fecha de cuando nos conocimos, pero alejo el pensamiento, no me quiero hacer ilusiones tontas si al final se irá de mí vida.
Dejo el libro en su lugar y miro alrededor, mí pie patea algo, bajo la mirada y hay un pequeño cuadro abajo de la mesita, me siento en la cama para tomarlo y observo la foto.

—¿Quieres saber algo curioso? —la voz de Ethan me hace dar un brinco del susto, pero aún así no volteo a verlo, solo dejo que hable. —Ese soy yo cuando tenía diez años —se sienta junto a mí y apoya su mentón en mí hombro. Ethan en la foto tiene puesto un shorts de flores, está en la playa, al lado suyo hay un castillo de arena de la misma altura que el. —Ella —señala a una niña que sale al costado del castillo —esa niña es un ángel —la observo y sonrió, lleva puesto un traje de baño rosado con corazones. —Solo la vi ese día, jugando con unos caracoles de mar, los días siguientes iba casi todo el día a la playa para ver si la volvía a ver, pero ese fue el primer y único día que la vi. Cuando armaba ese castillo no podía dejar de verla, se veía preciosa y había quedado encantado. 

Dejo el cuadro arriba de la mesita, mis manos están temblorosas, carraspeo y le dijo:

—Vamos, tu madre nos espera.

Cuando empiezo a ir hacia la puerta, Ethan se para frente a mí.

—¿Estás celosa? —me sorprendo ante tal pregunta y no puedo evitar reír.

—¿De una niña que viste cuando tenías diez años? Que estupidez —trato de pasar por su lado, pero lo evita.

—Dime la verdad —susurra muy cerca de mí boca.

—No... no lo estoy —tartamudeo. Los nervios se apoderan de mí, por dentro estoy gritando que me bese, pero por fuera me muestro indiferente, me da un beso en la comisura de la boca y se aleja.

—Vamos, chismosa —bromea, mientras yo sigo embobada.

Volvemos a la cocina y almorzamos, el resto de la tarde me sentía un poco incómoda, Ethan no me dejó de nuevo a solas con su madre, aunque no le haya mencionado nada al respecto creo que sospecha que algo paso y apesar de que ese casi beso me haya distraído un rato, vuelve ese dolorcito del pecho que me recuerda que Ethan se irá de mí vida.

🦋

Libro: Si tu signo no es cáncer.
Autora: Graciela Bialet.

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