Capítulo 18👮

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Dios está contigo aunque tú no lo veas.

¿Alguna característica en especial que nos pueda describir?—. Me pregunta el oficial de policía sentado frente a mí con aura odiosa y levemente fortachón, en una sala amplia amueblada con una mesa y unas cuantas sillas.

Todos portaban ropas negras, armas largas y tatuajes nacientes del cuello de un animal alado con cuatro patas—. Explico con rapidez, mi lengua se enreda y tartamudeo un poco nerviosa, por mis sienes baja el sudor amenazando con irritar mis abiertos y ojerosos ojos, mi cabello está hecho un desastre y parte de mi cara inflamada con rastros magullados. La luz proyectada por las blancas bombillas del techo hace que mis párpados sientan dolor y peso.

No me enorgullece mi aspecto físico, pero en comparación con lo sucedido durante la ceremonia; es lo de menos.

—¿De qué color eran los tatuajes?—. Indaga suspicaz pasándose los dedos por la barbilla. El otro oficial que lo acompaña le observa con una nota de aburrimiento pasando su mirada a mí. Se rasca su cabello marrón y se distrae viendo sus cortas uñas para llevarlas a su nariz.

La oscuridad no me permitió detallar bien— batí mi cara, por el dolor punzante de cabeza. En verdad, duele mucho, me siento mal—, sólo la forma de los tatuajes cuando en los movimientos bruscos sus máscaras permitían ver o las de algunos eran más corta que otros.

—Dragones azules dice como si fuera obvio.

—¿Son dragones azules?—. Arrugué la cara, exhausta.

—Ciertamente, cada tatuaje simboliza el rango del criminal y en el clan Liú, los dragones azules son casi los más altos—. Expresa el oficial aún viendo sus uñas.

—No estoy segura de que sean dragones—. Expuse dudosa—, eran raros—. Alejo mi mirada y la pierdo en algún punto de la pared gris detrás del policía—Liu Tai, estaba ahí—. Termino diciendo como si fuera una gran revelación.

—¿Liu Tai?—. Pregunta confundido el oficial odioso, arruga el entrecejo mirándome fijamente. Su vista se cruza con la de su compañero y comparten miradas.

El hombre que les dictaba órdenes. El Lobo Feroz.

—¿Podría describirlo?.

—Claro. Su mandíbula maxilar es pronunciada, sus cejas fruncidas, ojos afilados, bigote relleno, nariz respingada, ojos negros, pestañas escasas, cuer...

—Espere un momento, no tan rápido—. Pide el policía.

Una mujer que fue llamada se posicionó a mi lado esperando instrucciones, pidió que las repitiera de manera lentas—: Su cuerpo es ancho arriba y delgado abajo, tiene agujeros de piercings en los labios y cejas y una cicatriz que baja de su frente hasta por un poco más arriba de su ojo. El labio superior es fino y el inferior es grueso. Su piel es muy blanca en la zona de la nariz, mejillas y se va oscureciendo en la frente y en el cuello. Tatuajes distintos nacían de su cuello formas puntiagudas y alargadas con espacios entre cada línea. Su cabello era negro liso, caía hacía la izquierda, con mayor población de pelo en la parte de arriba que a los costados de su cabeza. Sus orejas eran pequeñas y en la derecha tenía un agujero para un zarcillo.

—¿Cómo puede recordar todo eso?—. Pregunta con una mueca de incredulidad uno de los oficiales—. Qué gran atención al detalle. ¿No lo conoce de antes?.

—Fui observadora y además tengo un don especial—. Me quiero ir.

«No, tú no te quieres ir. Tú quieres ayudar».

Justicia De Dios(Sin Editar)Where stories live. Discover now