Capitulo especial pt. 3🧩

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oras después de que Daniela haya sido golpeada por su padre.

Víspera del cumpleaños 17 de Daniela.

Cuando el corazón llora es porque no puede volar.

Hay lágrimas secas en mis mejillas, mis párpados están hinchados, mi rostro enrojecido, todo mi cuerpo magullado, me hallo sumergida en un profunda malestar interno que corroe mi corazón, ¿pesar?, ¿tristeza?, ¿depresión?. No lo sé y no me preocupo por pensar en eso.

Lo llamo "modo apagado".

Sin pensar nada, sin decir nada, sólo viendo un punto vacío de mi habitación.

Mi habitación la que alguna vez, compartí con Gabriela.

Aún se nota la diferencia, un lado del cuarto vivo y el otro muerto, un lado de la habitación pintoresco y fresco y el otro fúnebre y acabado, antes que pregunten que lado es de quién, el lado muerto es el mío.

El ventilador golpea mi piel y levanta mis hilos de cabello, así como los de Blancanieves, ella se encuentra acostada en mis piernas luciendo esos hermosos arremolinados rulos blancos pegados a su cuerpecito, mueve su lengua jadeante así como sus orejitas que perciben ruido. Acariciar su hocico me hace sentir levemente mejor, ella si me quiere incondicionalmente.

Al entrar a mi habitación, la encontré cojeando de una pata, eso quiere decir, que papá la pateó y la encerró aquí, es tan cruel de distintas formas, que nunca se lo perdonaré.

Nadie debe poner una mano encima a mi Blancanieves, a menos que sea para acariciarla y con mi debido permiso, no me gusta que cualquiera persona la toque, ella es muy preciada para mí. Apreté su pancita y ella giró su hocico para reacomodarse de mejor manera para que siga rascando esa zona rosada y falta de pelo.

Blancanieves, es una cachorra poodle adiestrada, que el doctor sugirió que era necesaria en mi vida. Él dice que es terapia para mí, ya que promueve la empatía en mi ser, por lo que soy carezco de ella.

Ella me hace sonreír, es como si activará algo dormido dentro de mí.

De un momento a otro, se mueve rápidamente escuchando un sonido proveniente de la puerta, se sienta frente a ella, alerta, son pasos que se aproximan y ni siquiera tengo ánimos para levantarme a ver.

Un chirrido me avisa que la puerta fue abierta y me hago la dormida.

-¿Te dormiste con el uniforme puesto Danielita?-. Pregunta mi madre desde la puerta.

Tiene su cabello recogido en un moño de cola alta. Luce un maquillaje recatado y porta un uniforme que indica que es personal administrativo de la gobernación del estado.

-No, estoy despierta-. La observó sin expresión alguna en el rostro, esperando su orden.

-Anda a bañarte pues, para que comas.

-¿Sabía que mi papá vendría a pegarme a base de calumnias?-, está vez me senté sobre la cama para encararla.

-No eran calumnias eran sospechas, no podemos confiar en ti, después de lo que hicistes-, la conozco demasiado bien como para saber que ya está a la defensiva.

-¿Y que hice según usted?.

-Lo sabes Daniela.

-Es cierto, lo olvide, me fui con un marido y te hice abuela porque mi nombre no es Daniela sino Gabriela-, proferí con desdén, no me agrada saber que mamá desconfía de mí, siendo inocente del crimen por el que me acusan y por el cual mi vida es una prisión.

Justicia De Dios(Sin Editar)Where stories live. Discover now