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Los caballeros no dijeron nada y simplemente pasaron por el templó, debido a que era bastante tarde y les faltaba para llegar a sus respectivas casas.

—¿Sera que esa parejita solo va a dormir?—preguntó el escorpión, provocando que todos dejarán de caminar al darse cuenta de lo que su compañero estaba insinuando.

—Eso no es de nuestra incumbencia, Milo—respondió Shaka, mientras retomaba su caminar tomado de la mano del pelilia, estaba haciendo todo lo posible por caminar sin caer.

—Okey, pero no te enojes, era solo una  pregunta por curiosidad—confesó con una pequeña sonrisa la cuál no tardó en desaparecer tras notar como Camus se ponía un poco rígido, quizás no le gusto que estuviera hablando con Shaka.

Mu noto como su pareja estaba teniendo dificultades para caminar de manera correcta por lo que tomó el brazo derecho del rubio y lo puso sobre su nuca para que pudiera apoyarse en él y lo tomo por la cintura para que no cayera al suelo.

—No tienes tolerancia al alcohol, Shaka—comentó Mu con una pequeña sonrisa, le parecía divertido que el caballaro que es considerado la reencarnacion de Buda no tuviera resistencia al alcohol.

—Tú me debes una explicación, borrego—respondió Shaka. Mu solo se limitó a sonreír.

—Bueno, es nuestro turno de decir adiós. Milo y yo tenemos que hablar así que pueden pasar libremente por el templo de Acuario—informó Camus, los caballeros simplemente asintieron y pasaron para dejar que la pareja pudiera hablar a solas.

Milo bajo de la espalda de Camus y lo miro fijamente en silencio.

El de cabello aguamarina no dijo nada y simplemente entró a su templo, esperando que el escorpiano lo siguiera, y Milo así lo hizo.

Una vez dentro de la casa de Acuario, Milo se dispuso a hablar: —¿Qué deseas hablar, Camus?—Preguntó esperando la respuesta del mencionado.

—¿Te gusta Shaka?—interrogó sin más después de sentarse en el sofá.

—¿Qué?—dijo confundió por la pregunta de su pareja.

—Te pregunté qué si te gusta Shaka, ahora responde, Milo—habló con seriedad mientras lo miraba fijamente.

—¿Por qué lo preguntas? No lo entiendo—expresó mientras permanecía de pie a tan solo unos pasos de Camus.

El de acuario soltó un suspiro profundo antes de volver a hablar: —Simple, tengo entendido que anduvieron muy juntitos mientras estuvieron de compras, incluso le compraste un regaló como si fueran pareja y no se me olvida cuando lo defendiste en aquella batalla— Se levanto del sofá y se acercó hasta Milo.

Los ojos azules miraron directamente a los azul verdoso.

—Estuvimos juntos porque el patriarca nos asignó ir en parejas, le compré un regalo porque somos amigos, lo defendí porque es nuestro compañero de armas y un amigo, así que bajale a tus celos porque si sigues yo también te saco en cara la repentina visita de Surt y tú cercanía con él—respondió regresandole la mirada seria.

—Pero yo no traigo puesta la ropa de él, ¿o sí, Milo?—habló para después darse la vuelta e ir a la cocina, al llegar lleno un vaso con agua y lo bebió poco a poco.

Milo lo siguió mientras le decía: —Tengo su ropa puesta porque yo no tenía de la mía y tampoco digamos que tenía tiempo para ir hasta mi templo y cambiarme, por ello le pedí prestada está ropa— hizo una pausa antes de volver a hablar —Shaka solamente es un amigo, mi pareja eres tú, aunque a veces pienso que ya no me amas—dijo ésto último con una notable tristeza en sus ojos, suspiro y salió de la cocina.

Camus dejo sobre la mesa el vaso y fue tras Milo. Antes de que el escorpión cruzará la puerta del templo, el de ojos azules le tomo del brazo e hizo que se girara, sellando sus labios en un cálido beso.

Milo quedó sorprendido, pero correspondió el beso del hombre que tanto amaba, estuvieron así por un par de segundos, hasta que la falta de aire hizo que ambos se separarán.

—No te atrevas a decir una vez más que no te amo, porque yo realmente te amo, Milo— Dio un dulce beso en la frente del mencionado.

—Yo también te amo, Camus—Esta vez fue Milo quién inicio el beso, poco a poco la intensidad fué subiendo, Camus tomo a Milo por los muslos e hizo que estos rodearán sus caderas, entre besos y provocando que algunas caigan al suelo, lograron llegar hasta su habitación para después entrar en ella.

Camus dejo a Milo sobre la cama, en ningún momento dejaron de besarse con intensidad mientras poco a poco se quitaban la ropa.

El de cabello aguamarina tomo el miembro erecto del escorpión y comenzó a estimularlo, Milo soltó pequeños gemidos de placer, hasta que de pronto sintió como Camus introducía uno de sus dedos dentro de su interior, no pudo evitar sentirse extraño pues está sería su primera vez, estaba acostumbrado a ser él quién daba y no quién recibía, con sorpresa alejó a Camus de él, provocando que este último frunciera el ceño ante la reacción deo escorpión.

—¿Sucede algo Milo?—preguntó el acuariano.

Con un notorio sonrojo respondió: —E-eh, s-solo que y-yo, e-esta será mí p-primera vez...—confesó—L-lo siento, no estoy listo—se disculpó mientras miraba a los ojos a Camus.

El guardián del onceavo templo soltó un suspiro hondo, se alejó de Milo y tomo se vistió antes de decir: —Dices amarme pero eres incapaz de entregarte a mi, no me tienes la confianza necesaria para hacerlo, vístete y lárgate— Sin más salió de la habitación, dejando a un sorprendido Milo por lo dicho.

Escorpió tardo unos segundos en salir de su sorpresa, tenía ganas de llorar por lo dicho por la persona que se supone era su pareja, se levantó de la cama y se vistió para luego salir corriendo de ese templo, mientras algunas lágrimas se escurrían por sus mejillas.

Le tomo un poco de tiempo llegar hasta su templo, ni siquiera puso atención a los ruidos extraños en el templo de Capricornio y al ruido de llanto en Libra.

Cuando llegó a su templo, se dirigió directamente a su habitación y se hecho a llorar, no comprendía el porque del comportamiento de Camus, en Tokio había pasado lo mismo pero se habían arreglado, ahora Camus había vuelto a ser así, llegó a pensar que quizás si él no se hubiera negado, Camus no lo habría tratado de es forma.

Mañana intentaría hablar las cosas con Camus, quería arreglar las cosas con él y demostrarle que si le tenía la confianza para entregarse a él, por lo que dejó de llorar y se dió una ducha antes de ir a dormir, necesitaba descansar.




Acuario

—Creí que si tendrían sexo—dijo escondido entre las sombras observando al ojiazul con el cabello mojado y teniendo una bata de seda cubriendo su cuerpo.

—Yo también lo pensé, Surt—hizo una breve pausa mientras llenaba dos copas de vino y se acercaba hasta el mencionado. —Pero no fue capaz ni de eso— Le extendió una de las copas al pelirojo, el cuál con mucho gusto la acepto y dio un sorbo de ella.

—Pues es una lastima por él— Colocó la copa de vino en la mesa —Pero yo no soy Milo y si que puedo complacerte, Camus— se acercó lo suficiente como para que sus respiraciones chocarán.

—¿Ah, sí? Habrá que probarlo— Sin más, sus labios se unieron en un apasionado beso y sus cuerpos sedientos de placer buscaron el camino hasta la cama del acuario, dónde ambos calmarían su lujuria.

Saint Seiya: Entre La Luz y La OscuridadWhere stories live. Discover now