Minato se disculpó profundamente, pero también le pidió ayuda, no desde la posición superior de un Hokage, ni de un líder a su súbdito, sino que Minato apeló a su conocimiento y fuerza, se bajó de su posición de poder e inclinó su cabeza con tal de buscar lo mejor para Konoha y, a pesar de que su lealtad fue puesta a prueba con el descubrimiento de ser enmarcado así, Sakumo decidió escuchar.

Y entonces descubrió que Minato estaba apuntando a simplemente destruir todas las bases de Konoha y, básicamente, construir una Konoha más fuerte y prospera desde cero, crear nuevas leyes, nuevos estamentos, una nueva forma de dirigir la aldea, formas de repartir el poder y muchas cosas más.

Minato, a diferencia de los anteriores lideres, no apeló a concentrar el poder en un puñado de personas, sino que decidió dividir el trabajo en varias personas y obligar a todo el mundo a integrarse a Konoha y escucharse mutuamente en un proyecto a largo plazo que quizás llevaría años, sino décadas antes de completarse, pero una vez que este nuevo sistema estuviera listo, el rubio simplemente podría liberarse de la carga de todo, dejarle el trabajo a la siguiente persona y ver como florece una nueva Konoha sin la necesidad una oscuridad que obligue a niños a ser reclutados clandestinamente en una organización ilegal de asesinos.

Lo que más le impactó a Sakumo y sacudió sus creencias en Konoha, fue cuando Minato le contó sobe como estaba encontrando pruebas de cierta organización en las sombras que estaba secuestrando a niños de los orfanatos, lo cual fue propuesto como una preocupación por Fugaku Uchiha ante la inquietante desaparición de niños en los orfanatos -¿Cómo podría Fugaku ignorar a niños de la edad de su pequeño Itachi correr hacia él llorando y rogando por su ayuda porque sus amiguitos desaparecieron?-.

Sakumo podría perdonar que lo desecharan como una herramienta inútil, pero nadie tocaba a los niños.

Sobre todo, no cuando estaban apuntando a Kakashi.

—Hokage-sama ya conoce el idioma, pero es más apto para Fuinjutsu —intervino Orochimaru entrecerrando sus ojos hacia el rubio—. La fonética es demasiado compleja como para aprenderla, el solo aprender lo básico tomaría al menos más de ocho años y eso que no ha estado utilizando el avanzado.

Ciertamente, Jin no era discreta a la hora de insultar y el lenguaje que utilizaba era demasiado complejo como para que Orochimaru entendiera siquiera algo, por no decir de que era un habla muchísimo más rápido, no solo una o dos veces más rápido, era más bien como cinco a seis veces más rápida y la sucesión en la que Jin podía soltar insultos podría compararse a cuarenta a cincuenta insultos en un minuto si se relajaba.

—Y la vida shinobi no es tan larga como para desperdiciar el tiempo en aprender un idioma en más de ocho años para que luego te maten cuando por fin lograste decir una palabra decente —Orochimaru no se iba a andar con rodeos, si no eres fuerte, en el mundo shinobi ni siquiera alcanzarías los veinte años, si eres fuerte, alcanzarías con suerte los treinta, solo los más fuertes sobreviven más de cuarenta a cincuenta años en servicio activo, pero a los treinta la mayoría simplemente se retira y vive de otras cosas disfrutando de su pequeña vitoria de haber sobrevivido tanto.

—Entiendo —el Yamanaka asintió mientras hacía una ligera mueca—. Voy a iniciar —cambió de tema al sentir las miradas hostiles de dos de los tres Sannin legendarios y del colmillo blanco de Konoha.

Sus presencias eran demasiado abrumadoras como para no soltar el atractivo trozo de pastel que estaba frente a sus ojos, aun así, Inorio no prometía nada si accidentalmente aprendía el idioma de la niña una vez que entrara en su cerebro y trajera a la luz los recuerdos de ella.

—Prepárate, va a comenzar —habló suavemente Obito y abrazó a Catriel reconfortantemente.

—B-bien... —ella frunció el ceño y miró decididamente al rubio.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Kde žijí příběhy. Začni objevovat