Noviembre

505 52 94
                                    

Luego de unos minutos de nuestra conversación salimos de la habitación cuando yo ya estaba suficientemente calmada y sin rastros visibles de haber llorado de modo que la prensa no pudiera sacar algo de ahí.

Desactivé mis poderes una vez más para alcoholizarme porque estaba lidiando con tanto estrés que necesitaba esto, por otro lado, Jason sí bebió pero fue muy poco porque por extraño que parezca, él detestaba el alcohol como no tienen idea y más desde la vez que rompió conmigo en Gótica. 

Luego de unas horas, cuando ya estaba bastante entonada comencé a hacer bastantes bromas rancias o chistes sin sentido, parecía un ñoño de película cliché de secundaria que quitaba la gorra a alguien y se iba corriendo como estúpido. 

En algún momento de la noche (el cual no recuerdo con exactitud porque tomé vodka) aparecí junto a Jason, quien me cuidaba en uno de los sofás mientras acariciaba mi cabello y revisaba su teléfono. Esa fue mi señal para reactivar mis poderes y no tener más tentaciones de recaer.

— ¿Jay? — Pregunté con mucha pena actuando un dolor inexistente.

Él se incorporó listo para llevarme a cualquier lugar.— ¿Qué ocurre? ¿Quieres vomitar?

Negué fingiendo estar ebria. — Es algo peor.

Él frunció el ceño en respuesta con más preocupación que antes. — ¿Qué es?

— Me da miedo tu ropa. ¿Te la quitas?

En cuanto lo dije no pude evitar reírme al ver su expresión de molestia y como en los viejos tiempos, también rodó los ojos y me soltó bruscamente.

— Qué fastidiosa eres.

¿Pero te la vas a quitar o neh?

— No, Estelle.

— Amargado.

— Fastidiosa.

Le di un beso en la mejilla y me volví a acostar en sus piernas. Estuvimos así al menos una hora porque comenzábamos a aburrirnos.

Cuando ya consideraba decirle a Jason que quería irme apareció Eros un poco serio sentándose a lado mío mientras ponía mis piernas sobre su regazo para estar más cerca de ambos.

— No recordaba la soltería tan mierda.

Intercambié miradas confusas con Jason y luego lo vimos a él a la espera de una explicación.

— Pietro y yo ahora somos amigos. — Confirmó.

— Creí que estaban bien. — Comentó Jason.

— Y lo estábamos, pero hoy confirmamos que nos llevamos mejor como amigos. Es extraño en verdad... después de todo lo que pasamos. Creo que nunca entenderé de todo lo que es el amor.

— Pero eres el dios del amor. — Recordó Jason con el ceño fruncido.

— Irónico, ¿cierto? 

— ¿Y estás bien con eso? — Pregunté mientras me incorporaba para abrazarlo.

— ¡Por supuesto! Te recuerdo que también soy el dios de la atracción sexual. ¿Por quién me tomas?

Reí con su respuesta. Aunque lo que dijo no sonaba  muy bien, lo conocía demasiado como para saber que sí, estaba bien.

— Tengo toda una eternidad para conocer a alguien y si en 200 años eso no funciona, estás tú. — Comentó mientras me tomaba de la barbilla con una sonrisa dulce.

En cuanto lo escuchó, Jason se inclinó hacia adelante para verlo. — ¿Disculpa?

Literalmente Jason:

Tres vidas (Shifting)Onde histórias criam vida. Descubra agora