LA PEQUEÑA GEMA DEL INFINITO

MULTIVERSO

POV LILY.

Lily se encontraba en una habitación fría y desconocida, rodeada de otras quince niñas. La confusión y el miedo se apoderaron de ella mientras trataba de comprender cómo había llegado a ese lugar. Las otras niñas parecían igual de perdidas y asustadas que ella.

 Las paredes de la habitación estaban desnudas y grises, sin ninguna pista sobre la ubicación exacta.

La niña se tocó la cabeza, preguntándose si todo lo que había vivido en el último había sido solo un sueño, pero la sensación de realismo en el ambiente le decía lo contrario.

Lily intentó recordar los eventos recientes, pero todo parecía borroso, como si sus recuerdos estuvieran distorsionados.

De repente, la puerta de la habitación se abrió, revelando a una mujer con un uniforme desconocido. Su mirada era fría y calculadora mientras examinaba a las niñas.

-Bienvenidas, habéis sido seleccionadas al programa Viuda Negra. Aquí no hay lugar para debilidades ni miedos. Si queréis sobrevivir, tendréis que ser más fuertes de lo que jamás imaginasteis-

Las niñas al escuchar a la institutriz se miraron asustadas.

-No se trata solo de aprender técnicas de combate, aquí os enseñaremos a ser letales, a no sentir remordimientos y a dejar de lado cualquier atisbo de humanidad que podáis tener- Explicó la soldado mientras andaba entre las literas y miraba a las niñas recordándoles por qué y para qué estaban ahí.

-No es solo sobrevivir, es destacar, aquí solo los mejores sobreviven, y el resto.. ya os podéis hacer una idea... Si no estáis dispuestas a hacer lo que se requiere, te convertirás en un estorbo para nosotras y no dudaremos en eliminaros del programa. La competencia es feroz y no hay lugar para los titubeos.-

Para Lilian la confusión y el miedo seguían latentes en su interior. Sabía que no debía estar en ese lugar y que algo había salido terriblemente mal en el momento en el que sus poderes se descontrolaron y la escupieron aquí.

Las otras niñas, automáticamente se levantaron de la cama, y la pequeña lo imitó ya que parecían conocer la rutina de la Sala Roja. Mirando a su alrededor, observando las duras sesiones de entrenamiento y las estrictas instrucciones de los instructores, la pequeña se dio cuenta de que estaba en un lugar peligroso y que necesitaba ocultar sus habilidades para evitar ser detectada como una forastera.

Durante la mañana, se esforzó por pasar desapercibida y adaptarse a la vida en la Sala Roja. Aprendió a luchar cuerpo a cuerpo y a ocultar su verdadera naturaleza, temiendo las consecuencias de que descubrieran que no era como las demás niñas. Su principal objetivo seguía siendo encontrar una forma de regresar a su realidad y reunirse con los demás.

A medida que pasaban las horas, la niña comenzó a conocer a algunas de las otras chicas y a saber un poquito más sobre el sitio que le rodeaba.

Ella sabía que no podía confiar plenamente en nadie en ese lugar, pero también entendía que necesitaría la ayuda de las demás para tratar de trazar un plan de escape. La Sala Roja podía ser un lugar aterrador para cualquier persona, así que decidida a descubrir la verdad, y de por que había aparecido ahí, Lily se arriesgó y se acercó a una de las chicas que dormía encima de su litera.

-Hola- Saludó Lily de manera simpática.

-¿Eres nueva aquí, verdad?, No te preocupes, todas lo somos al principio. ¿Cuál es tu nombre?-

Lily asintió con cautela, aún sintiéndose desorientada por su situación.

-Sí, soy nueva, Lily encantada..-