XII

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En la lejanía se observaban pequeños charcos de agua, pero estaba seguro de que era solo su imaginación por el tremendo sol que hacía a esa hora del mediodía. Recordó perfectamente el cielo oscurecido en su totalidad sin una pizca de luz que hacía lucir ese reino como algo encantador y tenebroso a la vez, quizá debió permanecer en ese lugar. Su fuerza de voluntad le llevó a huir del frío y continuar con su plan.

Caminó por un corto tiempo, pero lo sintió una eternidad y se detuvieron a descansar al rato en la sombra de los árboles de bambú.

"Me duelen los pies" Se quejó un Shang Qinghua cansado.

Shen Qingqiu se abanicaba con bastante fuerza para aminorar el calor que sentía, jalaba de vez en cuando el cuello de su túnica para secar con el viento que circulaba el sudor que le recorrió por el cuello. Shang Qinghua no se encontraba bien tampoco, su pies dolían bastante y el cansancio acumulado finalmente le pasaba factura por las mismas ojeras que cargaba. Por suerte, su hermano Pepino era muy considerado, de vez en cuando le tendía el abanico o simplemente lo abanicaba para refrescarse.

Finalmente ingresaron a la casita de bambú, donde inmediatamente Shen Qingqiu ordenó a Ming Fan una jarra de agua fresca. No había nada mejor que sentir la brisa que se colaba por la ventana, se dieron el lujo de relajarse un poco para pensar cómo continuar con su labor, claramente hacerse notar en la casita de bambú era parte de una de las estrategias de Shen Qingqiu. Su discípulo Ming Fan seguramente iría a comentarle su regreso después irse unas horas a Liu Qingge, parecía ser que era su informante, le sacaría provecho a eso para permitirse descansar un rato sin tener que caminar con ese fuerte sol hacia la cumbre Bai Zhan.

Estuvieron por varios minutos sin decir una palabra, los dos intentando recobrar la energía perdida comiendo un poco de fruta picada. Como se esperaba, al cabo de un rato se escucharon fuertes pisadas y luego el sonido de la puerta abriéndose. Liu Qingge al enterarse que Shen Qingqiu estaba con Shang Qinghua supuso inmediatamente que debía ir. Ese escuálido jefe de cumbre probablemente los pueda ayudar, lo había pensado desde hace un tiempo.

...

Un Luo Binghe bastante feliz por la información tan valiosa que le sacó a Sha Hualing se encontraba buscando a su Shizun.

"¿A dónde crees que hayan ido?" Mobei-jun a pesar de tener un carácter inquebrantable se encontraba un poco preocupado, de algún modo eso le recordó cuando Shang Qinghua dijo que no volvería, esperaba que no rompiera su promesa de no volver a irse.

"Puede que estén en la casita de bambú" Dijo Luo Binghe saliendo de la habitación de Shang Qinghua con Mobei-jun siguiéndolo. "Por cierto, el libro que me diste de la cumbre Bai Zhan ¿Sabes quién lo escribió?"

"Oh... Ese lo encontré un día que entré a la habitación de Shang Qinghua" Era una situación bastante cuestionable, pero admitía que ese día ansiaba ver a Shang Qinghua ya que había pasado horas sin verlo por el trabajo. Tampoco desaprovechó la oportunidad de leer acerca de los humanos, ya que él también leyó un poco del libro.

Mobei-jun estaba bastante decidido con su tarea de estar con Shang Qinghua, no como su superior sino como su cónyuge. Eso sonaba ¿Lindo? No lo sabía exactamente, pero solo pensar en sus melodiosa voz y sus preciosos ojos lo hacían sentir una sensación extraña en su pecho que no podría describir. Luo Binghe ha sido su fiel consejero, el mundo de los humanos y sus virtudes era algo un tanto desconocido para el.

"Shang Qinghua parece haberlo escrito" Mencionó casualmente haciendo que Mobei-jun asintiera un poco.

"Él dijo que no sabía quién lo escribió, pero estaba muy nervioso por lo que no le creí del todo" De algún modo se lo esperaba "Igual supongo que no está obligado a contarme todo?" Dijo un poco dudoso, a lo de Luo Binghe sonrió feliz de ver como sus consejos daban frutos cada vez más rápido.

"Él dijo que no sabía quién lo escribió, pero estaba muy nervioso por lo que no le creí del todo" De algún modo se lo esperaba "Igual supongo que no está obligado a contarme todo?" Dijo un poco dudoso, a lo de Luo Binghe sonrió feliz de ver como s...

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El Maestro Y Su Discípulo, El Escritor Y Su ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora