10

454 40 2
                                    

―Bu-buenos días... Mi-mi no-nombre es Kang Se-SeulGi, por fa-favor, ¡cu-cuiden de mí!  

Seguido de sus palabras hubo un silencio tenso en el salón de clases mientras las mejillas de la pobre chiquilla se tornaban coloradas por la vergüenza. Entonces, comenzaron las risas. 

SeulGi tuvo que contener las lágrimas de sus ojos, en tanto la profesora les decía que se callaran. Después, la mandó a sentarse en el único puesto vacío, al lado de una chica de cabello negro y aspecto dormilón, seria, casi aburrida allí. 

Mordió su labio inferior, caminando por el salón forzándose a ignorar las risas burlonas, y se sentó al lado de la chica, que apenas le dirigió una mirada. 

―Ho-Hola... ―saludó con tono ahogado.  

Bae JooHyun la observó sin cambiar su expresión, enarcando una ceja en silencio antes de mirar al frente otra vez, ignorando a la muchacha con frenillos y mejillas regordetas a su lado.  

SeulGi sabía que ese sería un difícil año escolar.  

¿Por qué estás tratando de alejarme? 

Dime, 

No estás siendo sincera, puedo notarlo. 

¿Por qué sigues alejándome? Puedo sentirlo todo. 

¿Por qué no me dices nada? 

Las burlas no se detuvieron ese día, claro. 

Al principio sólo fueron palabras riéndose de sus frenillos, de sus mejillas, de sus orejas que se asomaban en los gorros que se ponía y su mamá le tejía con cariño, de sus dientes, de sus ojos, de todo. Le dolía, por supuesto, pero podía manejarlo, podía fingir que no era para tanto y creer que tarde o temprano se aburrirían. Tres semanas después, comenzaron los empujones. Cuando debía ir a buscar algún examen, cuando debía pasar al pizarrón, cuando salían de clases...Fuertes empujones que lo desequilibraban, seguido de risas maliciosas

Un día, la empujaron tan fuerte que cayó al suelo, las palmas de sus manos raspándose, sus cuadernos desparramándose, y sabía que le iban apegar, sabía que ahora comenzarían los golpes. 

―Eh, idiotas, ¿Qué mierda están haciendo?  

Unas pálidas manos la tomaron de los hombros y la pusieron de pie, encontrándose con el enojado rostro de Bae JooHyun. 

―¿Te gusta la nuevita, Bae? ―se burló uno delos agresores, aunque se notaba enojada.  

―O lo dejan en paz, o les cortaré el cuello con mi navaja, idiotas.  

Por supuesto, eso provocó que todos salieran corriendo.  

SeulGi tembló cuando JooHyun volvió a mirarla.  

―Tus cuadernos ―gruñó JooHyun, soltándola.  

SeulGi se sobresaltó.  

―¿De... de ve-verdad ti-tienes una navaja...? ―balbuceó a punto de llorar.  

¿Por qué allí estaban todos locos?  

JooHyun parpadeó.  

―Por supuesto que no, idiota.  

Entonces, SeulGi comenzó a reír con timidez. Bae JooHyun la miró con extrañeza, soltando sus hombros.  

―Um... ―SeulGi se removió, queriendo seguir hablando con ese chica que era su compañera depuesto ―. Gra-gracias... JooHyun...  

apego | seulreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora