Una oración y un corazón

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Aquella noche no fue algo normal, para la familia Comuna. Fue una noche angustiosa para todos.

Theo avanzaba apoyado por Yahora, el joven recolector.

En la entrada del edificio vecinal, el joven a cada paso que daba, sentía que se desmayaba.

—¡Cielos!, tío... Disculpa la molestia.

Dijo Theo caminando suavemente hacia las escaleras.

—Descuida, no te preocupes.

Theo se mordía la lengua por el dolor, y una expresión de cansancio y fatiga hacían que los vecinos se quedarán atónitos y preocupados.

El anciano que vivía cerca de la casa de Theo, se quedó estupefacto al verlo así.

Yahora, camino sosteniéndose el brazo y el cuerpo.

Subieron las escaleras, y aquello fue un tormento para Theo.

El joven caminante estaba en muy mal estado por los golpes.

A veces sentía que se iba a desmayar de nuevo, el ojo derecho sangraba mucho y necesitaba ayuda médica.

Apenas, cuando llegó a su departamento, la hermana de Theo Shaira, corrió desesperada hacia él y lloró al verlo en ese estado.

—¡Oh Dios que te ha sucedido!¡Qué ha pasado!

—Fue un pequeño altercado, no es para tanto.

Theo al pronunciar la última palabra, tosió fuertemente, y escupió sangre.

—¡Esto es serio!¡Que hago!...oh cielos.

Sin pensarlo más, Shaira apresurada, pensó llevarlo al hospital.

—Te llevaré al hospital. ¿¡Pueden decirme que ha sucedido!?

—No es para tanto Shaira, un baño y se acabó.

Theo se sentó en el sofá y se retorció de dolor.

Yahora miró a Theo, él estaba un poco ido, así que se acercó a Shaira y dijo.

—Mi nombre es Yahora, yo soy un recolector de plásticos, y lo halle a el de dentro de un costal.

Lo encontré casi moribundo. Le ayudé un poco y pudo reanimarse.

—¡Gracias joven por ayudar a mi hermano!, ¡Que Dios se lo pague! Necesito su ayuda, por favor espérame aquí para bajarlo.

Dijo su hermana, velozmente yendo a sacar algunas cosas.

—Otra vez tengo que bajar al submundo, no es posible,¡No es cierto!.

El joven recolector se quedó un rato, esperando a Shaira. Yahora miraba a Theo muy atolondrado, y el en el dolor y la queja, empezaba a decir cosas sin sentido.

Yahora y Shaira ayudaron a Theo a bajar de nuevo, este ya no podía caminar por sí solo.

Por un gran dolor que tenía bajo el estómago.

Otro calvario fue la bajada hacia el primer piso.

Shaira, puesta en la calle, busco un taxi, Yahora mantenía a Theo parado, pero este se aferraba del joven.

Un taxi se detuvo, la hermana de Theo se dirigió al taxista y dijo.

—Al hospital Central.

—De acuerdo —dijo el señor piloto.

Shaira ingresó al taxi, mientras Yahora, se despedía de ella y de Theo, pero Theo estaba inconsciente de esto.

Yahora, se quedó en la vereda al frente del edificio vecinal, viendo cómo se iba el taxi.

La Guardia SeráficaWhere stories live. Discover now