Capítulo XXII

45 7 2
                                    

Como era de esperar, el menos contento con la resurrección de Raditz era nada más y nada menos que Gohan.

Pasaron pocas semanas, había ido a ver a su padre y a Vegeta, pero no esperaba que la energía desconocida fuera de su tío.

Al entrar a la casa, siendo recibido por su padre, vio en la sala a quien menos esperaba ver luego de tantos años.

—Tú.

—Oh, si eres el mocoso llorón que me llevé esa vez, cuanto has crecido.

—Cállate, chiflado. ¿Qué se supone que haces aquí de nuevo?

Goku se sorprendió por su hostilidad al responder.

—Te lo dije, el menos contento sería el niño—Vegeta apareció desde el pasillo que llevaba a las habitaciones.

—Señor Vegeta, ¿Quién fue el tonto que lo revivió?

—El tonto... fue tu padre—Ve a su pareja, quien tenía una gota de sudor corriendo por su frente.

—¡¿Eh?! Papá, ¿por qué? De todas las personas que podías revivir, ¿revives a este cretino?—Apunta a Raditz, quien suelta una carcajada—Y tú no te rías.

—Es que eres tan pequeño, que aunque me insultes me hace gracia.

El híbrido gruñe.

—Waoh, tranquilo, Gohan. Me sorprende tu agresividad.

—Después de lo que hizo no merece mi respeto, siendo o no mi tío, no lo considero como tal.

—No hay problema. No hace falta que te relaciones con él, hijo.

—Bueno, sólo vine para verlos a ustedes dos—Camina hacia la mesa, dejando una bolsa que traía en las manos—Mi mamá me dijo que le diera esto—Le habla a Vegeta, quien se acerca al jovencito.

—¿Ah sí? ¿Y qué es?

—Es pescado asado y algunos postres que podrían gustarle.

Vegeta con curiosidad por los postres que mencionó Gohan, abre la bolsa, sacando un plato con una tarta de moras.

—¿Cómo supo... que me gusta esta fruta?—lo deja sobre la mesa, aún estaba un poco caliente.

—Bueno... alguien se lo dijo—Con sus ojos apunta a su padre, quien hablaba con Raditz.

—¿Le agradecerías por mí a tu mamá?—Mira al pequeño saiyan.

—Claro—Mira a su padre y luego a su tío, frunciendo un poco el ceño.

—Hey, está bien que no quieras aceptar a Raditz, marca tus límites—Camina hacia la alacena, sacando un cuchillo, un tenedor y un platillo.

—No pienso acercarme hasta que por lo menos se disculpe conmigo.

—Me parece perfecto eso—Vuelve a la mesa para cortar aquella tarta que le envió Milk.

Gohan tenía bien en claro que no lo perdonaría fácilmente.

Y Vegeta comprendía ese sentimiento.

.
.
.

Un llanto se oía en aquella casa.

—Eres un inútil.

Raditz cargaba a Goku en su hombro, este se había desmayado.

Lo sacó de la habitación y lo llevó a la sala, donde sin ninguna delicadeza lo dejó en el sofá para que no estorbara.

Vegeta por su parte estaba en la cama, cargando a su bebé.

Había entrado en labor de parto la noche anterior y estuvo en ello prácticamente todo el día, en sólo un par de horas el sol se ocultaría.

—Que suerte que reviviste al greñudo... porque desmayado no ibas a ayudarme...

Hablaba a la nada, puesto que estaba solo en la habitación.

Dio un suspiro y apartó un poco el mechoncito que cubría la frente de su pequeño hijo.

—Tú no eres Vegetto... no... tú serás... mmh...—Piensa un poco—Gogeta. Shh—Lo mece en sus brazos—No llores.

Luego de calmarlo pudo darle de comer.

Raditz mientras tanto volvió para limpiar la habitación y llevarse las cosas que utilizó.

Él había sido quien tomó las riendas del asunto para ayudar al príncipe y guiar a Goku, quien, como había predicho Vegeta, estaba casi paralizado por la presión que sentía.

No había pasado mucho tiempo desde que Gohan se enteró de que Raditz había vuelto a la vida.

Se cumplió el tiempo de gestación y el bebé no esperó más para ello.

Sabía perfectamente que no era Vegetto, pues Vegetto tenía ojos grandes como los de Goku y cabello castaño, a diferencia de Gogeta, quien tiene cabello negro y ojos un poquito rasgaditos, como los de Vegeta.

Logró hacerlo dormir justo cuando su apenas consciente pareja volvía.

—Vegeta... ¿Qué ocurrió?

—Lo que te dije... te desmayaste a lo último. Ven—Llama para que este se acercara—Quiero que lo veas.

Goku camina hacia él y al estar a su lado, se agacha un poco viendo al pequeño bebé que dormía en los brazos de Vegeta.

Acercó su mano y acarició su cabeza delicadamente, haciendo que el pequeño se acurrucara mejor.

Ambos sonrieron por eso. Se miraron mutuamente unos segundos, hasta que Goku acortó mucho más la distancia y dejó un beso sobre la frente de su amado.

—¿Decidiste su nombre?

—Sí. Será Gogeta.

—Mmh, lindo nombre.

—¿Puedes... darme un beso?—Pidió algo sonrojado.

—Por supuesto que sí—Vegeta levantó un poco su cabeza para que Goku lo pudiera besar como él deseaba.

—¿No te duele la cabeza?

—Un poco—Soba la parte trasera de su cabeza.

—Raditz no podía recibir al niño y amortiguar tu caída al mismo tiempo, querido—Le dice, sonriendo un poco burlón. Aunque carga al bebé con una sola mano para poder acariciar la cabeza de su querido—Fuiste muy valiente para quedarte aquí conmigo casi hasta lo último.

—Es que no quería dejarte solo, pero llegué a mi límite—Ríe un poco—Me desplomé y ya no recuerdo nada.

—Raditz hizo todo el procedimiento, ya luego te llevó afuera—baja su mano hasta una de sus mejillas, acariciándola con su pulgar con cuidado—Antes no podía verte sin... decir que no quería que te me acercaras, pero ahora... quiero que no te vayas de mi lado.

—Antes tampoco me agradabas. Pero míranos, tenemos un hijo—Se va arrodillando junto a la cama y coloca sus brazos sobre el colchón, viendo hacia Vegeta—Y seguramente tendremos más... y se hará más grande nuestra familia.

—Sí, pero por ahora, sólo seremos tres—Mira al pequeño Gogeta, el cual dormía plácidamente—Gogeta, tú y yo.

—Así es.

Vegeta volvió a acariciar su cabeza, haciendo que cierre sus ojos.

.
.
.

"Insecto" 《Goku x Vegeta》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora