➹ Práctica.

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③①

—... Tú también me gustas mucho.

En vez de responder de inmediato, el chico comenzó a reír.

—Oh, Jeongin. ¿De verdad creíste que tú me gustabas?

—... ¿Qué? Pero tú dijiste que-

—Sí, lo sé. Sólo estaba jugando.

No pudo sentirse más estúpido junto a ese ramo de flores que sostenía, lo dejó caer al suelo. No podía ser real...

—¿De qué me estás hablando? Estás bromeando, ¿verdad?— intentó forzar una sonrisa en su rostro— No pudiste estar fingiendo un año entero.

—¿Eso crees? Eres muy iluso.

—... No...

—¿Qué? ¿Ya vas a llorar?

Ni siquiera pudo ver su rostro, o quién era, sólo supo que alguien se paró a su lado y dejó caer una bandeja con comida sobre él. Era asqueroso, su suéter blanco había quedado empapado de salsas , puré, y toda la mierda que nadie se come. Risas y murmullos comenzaron a hacerse presentes por toda la cafetería, sentía las miradas clavadas en su nuca.

Claro que tenía ganas de llorar.

—Esto te pasa por estar haciéndote el cerebrito y querer estar paseándote por encima de la gente, Jeongin... Eres un tonto, recuérdalo, para que lo hagas mejor la próxima vez.

—Yo no pasé encima de nadie... Ni de tí, p-porque estaba enamorado.

—Eres cruel, egoísta y antipático. Nadie con sentido común se acercaría a tí si no es para beneficiarse con algo.

Jeongin negó con la cabeza.— ¿Por qué?... ¿Por qué yo?

—¡Porque eres un idiota!— exclamó antes de lanzarle una caja de leche vacía, que impactó contra su cabello de mechas oscuras.
—Deja de pensar que eres más inteligente que otros, y vete de aquí. No quiero que me vuelvas a hablar en tu vida. ¡Esto es de lo mucho que mereces!

No pudo seguir escuchando más, salió corriendo lo más rápido que pudo, y terminó metiéndose al baño de hombres.

Los primeros dos cubículos estaban ocupados, por lo que se metió al tercero y se encerró allí. En completo silencio, sus lágrimas comenzaron a derramar por sus mejillas... Ahora le daba vergüenza hacer mucho ruido.

«Él tiene razón» ¿Por qué le gustaría a alguien?... «¿Por qué alguien me amaría?»

—Fácil, porque me haces muy feliz— habló en un tono dulce, acariciando sus mechas blancas con sus dedos.

—Es que tú ya eres feliz, Seungmin.

—Yo era feliz, y ahora soy súper feliz.

—Y yo estoy súper asqueado— soltó el otro chico parado frente al enchufe más cercano, sosteniendo su guitarra de pie— ¿Me uní al club de rock o al club de amor y besos?

—¿Ya vas a comenzar, Felix? Pareces antiromántico.

El mayor soltó una risa.— Es que en vez de tocar guitarras, ustedes están ahí, tocándose otras cosas. ¿Podemos practicar para la presentación, por favor?

—No estoy seguro de querer participar... ¿Puedo retirarme?

La mirada de Seungmin se suavizó al escuchar eso, su primera reacción fue tomar sus manos y dejar leves caricias.
—No, no. ¿Por qué?

Lovers Rock | SEUNGINWhere stories live. Discover now