➸ Club.

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—Yang, deberías unirte a uno de los grupos... No puedes estar perdiendo el tiempo cuando puedes aprovecharlo en algo que te gusta.

El chico soltó un suspiro.— No lo sé, Han. No tengo ánimos como para eso... Sabes que en eso de los clubs hay que hablar con mucha gente.

—¿Y qué? Ni que fueras antisocial.

—Un poco. Prefiero pasar el receso encerrado en el baño e irme a mi casa temprano, allá nadie me puede molestar por llorar.

—Ay... Innie.— tomó su cabeza con una de sus manos y la empujó hacia su pecho, rodeándolo con sus brazos— Piénsalo, distraerte un poco puede ayudarte a que no estés así de triste la mayor parte del tiempo... –Hazte un favor, ¿si?– imploró alejándose para verlo a los ojos.

—Sí... Claro... Tengo que hacerme un favor... –¿Siquiera me lo merezco?– susurró en busca de que sólo él pudiera escucharse, pero igual su amigo estaba lo suficientemente cerca como para oírlo.

—Sí que lo mereces. Eres increíble, recuérdalo— comentó por última vez antes de acercarse de nuevo para darle otro abrazo. Retrocedió un poco y le hizo un pequeño gesto.

El timbre había sonado, podía irse a casa, o ir a buscar un club para unirse y... «"Hacerme un favor"».

—"¿Qué opciones tengo?"...— pensaba mientras se paseaba por los pasillos de su universidad. Ahí todo parecía estar solo, pero no era así, había un grupo de gente en cada salón, todos con diferentes gustos...

Gustos que tienen en común. ¿Ah? »

Podría ir con Han... Pero odio el fútbol.
No me gusta ningún tipo de deporte, las cosas que impliquen movimientos bruscos o mucha adrenalina, no me parece divertido.

Ah, pero Han sí es tan genial... Se ve muy atractivo jugando bien a ese jueguito. Es entendible, él es guapo, atlético, talentoso e inteligente...

Yo sólo soy un imbécil sin aficiones ni pasatiempos.

¿Por qué no existe un club de llorones? »

Jeongin se devolvió. No quedó satisfecho con nada de lo que vió, así que supuso que sólo sería otra vez que no le hacía caso a su amigo.

Pasó caminando de nuevo todas las puertas junto a los carteles que indicaban el nombre del club. Esta vez, dirigiéndose a las escaleras para irse de allí de una vez.

Arte, ciencia, baile, canto, informática, rock...-

Espera, ¿rock?

Frenó en seco. Dicho cartel mediocre de papel hecho a mano y lápiz realmente decía eso.

Comenzó a retroceder un poco para poder ver un segundo por la ventana...
Sólo era un chico de pelo oscuro que estaba probando las cuerdas de su guitarra eléctrica.

Se veía muy concentrado, tanto, que ni siquiera notó a quien lo observaba por tanto tiempo trás dicho vidrio.

Realmente no había nadie más allí... Todo era tranquilo y silencioso, libre de personas hablando a cada rato. ¿No era eso una buena oportunidad? Era fanático del rock, al igual que de la soledad y el silencio.

Sólo está él... ¿Qué tan malo puede ser? »

Jeongin abrió la puerta lentamente con intenciones de no hacer tanto escándalo. Error, dicha puerta rechinaba más fuerte de lo que podía haber pensado.

La atención de dicho chico que estaba sentado tocando su guitarra se dirigió rápidamente a él, entre una mirada sorprendida y una sonrisa que comenzaba a aparecer.

—Mmh... ¿Hola?

—¡Hola!- Espera, por favor, dime que no te equivocaste de lugar. Ya han venido muchas personas que terminan devolviéndose por esa estúpida excusa.

—No, ahí dice rock, ¿no es así?

—¡Sí, por fin!— exclamó poniéndose de pie para después girarse y dejar la guitarra sobre su lugar.
Caminó hacia él, emocionado. No quería asustarlo con su felicidad, así que intentó contenerse un poco.
—¿Cuál es tu nombre? Déjame anota- Mierda, ¿dónde dejé esa libreta-? Ni siquiera he anotado a nadie, ¿cómo pude olvidarla?— se detuvo a medio camino y se giró para buscar dicha libreta.

Jeongin se quedó mirándolo en silencio mientras él revolcaba casi todo el lugar para buscar eso. Comenzaba a replantearse su decisión.

—¡La encontré!— subió su mano, mostrando lo que sostenía junto a un bolígrafo— Ahora sí, ¿me puedes decir tu nombre?— caminó de nuevo hacia él, llegando justo en frente. Jeongin no se había movido un centímetro desde que llegó ahí.

—Yo... Me llamo Yang Jeongin.

—Lindo nombre— opinó, escribiéndolo.

—Gracias.

—Yo soy Kim Seungmin, el líder de este club.— retrocedió para dejar ambas cosas sobre un mostrador que tenía cerca.

—¿No hay nadie más aquí?

La sonrisa de Seungmin se desvaneció un poco, pero no del todo.
—Por el momento, no. Puede que vengan más personas después... No lo sé. Tranquilo, yo he tenido paciencia hasta ahora, y mira.

—En verdad no me molesta mucho que no haya gente, es más, está bien.

—¿En serio? Vaya, entonces no hay problema.— le dió una sonrisa y mostró un pequeño gesto, indicándole que entrara.


Seungmin tenía una gran cantidad de guitarras guardadas en un rincón. Pareciera que no supiera que todo estaría tan solo.

Había una que otra foto colgada en las paredes, entre ellas, una donde estaba él, y otra de él con sus amigos.

¿Qué tanto tienes que amarte a tí mismo para que quieras ver tu rostro cada que entres a un lugar? »

—Siéntate, toma la guitarra que quieras.

Lovers Rock | SEUNGINWhere stories live. Discover now