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—¡Buenos días, Yang!

—Buenos días... ¿Por qué me estás siguiendo?

—No te estoy siguiendo, no sé por qué lo dices, Innie.

El menor frunció el ceño por el apodo.— ¿Innie? ¿A qué viene eso?

—Ya sabes, Jeongin, las últimas letras, "Innie".

—Sí, sí, ya sé de dónde sacaste "Innie", ya me lo han dicho, pero, ¿quién te dijo que me gustaban los apodos, Seungmin?

—Es que... Ya somos amigos, no tiene nada de malo que quiera llamarte de una manera más cariñosa, Yang Innie, Jeonginnie.— metió su mano entre el brazo de chico, quien iba caminando con ambas manos en los bolsillos.

Jeongin sólo hizo un leve gesto de molestia, pero no dijo nada sobre eso.— ¿Amigos? ¿Cómo llegaste a esa conclusión?

—Pues ya hemos compartido demasiado tiempo, te conozco mejor y me caes muy bien. Hasta te quiero.

El peliblanco se giró a verlo con una expresión confundida, para luego soltarse del agarre que tenía Seungmin sobre su brazo.— Nos vemos después. Ya te he dicho que no me gusta que me acompañes a todos lados, menos a mi salón. Hay muchas chicas locas que me molestarían porque estoy contigo.

—¿Molestarte? ¿Por qué?

—Seungmin, eres popular. No quiero que me tengan envidia por una tontería como esta.

El castaño rodó los ojos.— No digas eso, ¿A quién le importa? Es decir, a mí me importas tú, no ellos, o de quien sea que estás hablando.

—Emh... No sigas. Te veo más tarde.

En cuanto Jeongin intentó adelantar el paso para irse, Seungmin lo tomó de la mano para detenerlo.—¿No quieres venir conmigo a la cafetería en el receso?

—No, Kim. Estoy bien.— se soltó nuevamente— Igual, gracias— musitó.

~

Se paseó por la cafetería, solo, porque sus amigos estaban con sus parejas y no parecían querer sentarse junto a él. Seungmin soltó un leve suspiro al girarse con su bandeja y notar que todas las mesas estaban ocupadas. Realmente, o más bien, obviamente; no tenía problemas para socializar o hacer amigos nuevos, pero en verdad tenía su mente en otro lado... Pensando en algo más, muy diferente a hablar con alguien nuevo.

Por suerte, lo único que tenía en su bandeja era una cajita de leche y una galleta, no parecía tener mucha hambre. Dejó la bandeja en el mismo lugar de donde la cogió y tomó ambas cosas con sus manos, para así poder irse caminando de allí.

~

De ida al baño, se había terminado de comer la galleta. Se supone que no debía entrar allí con comida, «¿y eso qué?» Sólo entraría a lavarse las manos. «Claro...»

Entró, normalmente. Caminó un poco hasta el lavabo, dejó la caja de leche para poder mojar sus manos. El único ruido que se escuchaba era el del agua que salía de la llave, hasta que esta se detuvo.

Tomó la leche y bebió un poco. ¿Podría ser que Jeongin no estuviera allí?

Cuando estaba a punto de salir, escuchó un leve sollozo salir de uno de los cubículos.
Se extrañó un poco. ¿Era posible que...?
Retrocedió unos pasos, asomándose levemente por el espacio bajo de la puerta.

—¿Jeongin?

No hubo respuesta, sólo otro sollozo que se le escapó.

—Jeongin, sé que estás ahí.

Lovers Rock | SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora