No están Invitados| Parte 2

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-Mi nombre es Reiko Kobayashi-

La mujer se había presentado ante ellas, ahora las tres se encontraban en el mismo lugar en dónde se habían encontrado, justo debajo de aquel puente, era un lugar apartado de aquella población femenina que paseaba por el jardín.

-Es un gusto-
Respondió Soshin sonriendo de forma cálida.

-Nos alegra saber su nombre-
Le dijo Shinobu con cierta cortesía a lo que la mujer sonrió un corto instante.

-No se preocupen, no necesitan presentarse, todos hablan de ustedes-
Les dijo algo apenada la señora Reiko.

-Deducimos eso-

-Parecen estar acostumbradas-
Se sorprendió al ver la naturalidad con la que se expresaba la menor de las hermanas al dirigirse a la situación familiar.
-Yo nunca lo estaría, no sé cómo lo logran-

-Puede creernos, es algo con lo que se vive diariamente-
Esta vez fue Soshin quien tomó esas palabras como lo más usual.

-Que terrible-
Expresó la señora sintiendo un poco de pena ajena.
-Soy esposa del señor Morimasa Kobayashi, creo que en algún momento habrán escuchado de él-

Las hermanas intercambiaron miradas sabiendo que tenían a alguien importante enfrente.
El señor Morimasa Kobayashi pertenecía a la clase de comerciante, casi un noble por el hecho de poseer una variedad de negocios dedicados a la carpintería, era todo un emprendedor y muy reconocido por lo prosperada que era su empresa, su casa de carpintería era la mas grande de la importante ciudad Naniwa e incluso muchos se atrevían a decir que era las mas importante de la zona Honsu, poseía una notable fortuna, una propiedad mas grande que la del señor Nakamura, todo tipo de servidumbre, tres esposas que provenían de familias importantes y dos propiedades más en las afueras de la ciudad.
Era un hombre que gozaba de buena fama y fortuna. ¿Porqué la esposa de este mismo recurriría a los mal afamados hermanos que apenas se podían sostener de su propia miseria?, nada tenía sentido.

-¿Se...Señora Kobayashi?-
Tartamudeo Shinobu a lo que la mujer asintió como respuesta.
-Lamentamos mucho no habernos dado cuenta antes-
Se disculpó haciendo una reverencia.

-Oh, no sé disculpen-
Les dijo de forma amena tratando de que no se sintieran incómodas.
-Es normal que no supieran de mi, no soy muy importante en la sociedad que maneja mi señor esposo-
Mostró un poco de desánimo.
-Yo debería disculparme, con los cuatro-
Les dijo mostrándose apenada a lo que las hermanas la vieron estando confundidas.
-Los atraje a un problema que pudo haberles costado la vida, esos hombres son muy peligrosos-

-Nada con lo que no pudieramos lidiar-
Dijo Shinobu estando un poco confiada por el enfrentamiento de aquella noche por lo que su hermana la miró un corto instante.

-Supongo que le dará gusto saber que los ladrones no cumplieron con su objetivo-
Notifico la joven a lo que Reiko sonrió con alivio.
-A propósito, ¿Cómo lo sabía usted? ¿Cómo sabía que ellos atacarían a la modista?-

La mujer dió un suspiro mientras cerraba sus ojos.

-Como sabrán mi señor esposo posee una importante corporación de carpintería, siempre a sido muy reconocido entre los mayores comerciantes, esto lo ha llevado a tener amistades importantes-
Explicó.
-Las reuniones de convivencia y de negocios con sus amigos y socios siempre se han dado en nuestra propiedad aunque han existido ocasiones en las que se reunían en salones y restaurantes especiales, les agrada mucho recurrir al servicio de las llamadas Geishas...-
Hizo notar un poco de incomodidad y luego de eso prosiguió.
-Un día recibí la visita discreta de una de ellas pues se había hecho pasar por una sirvienta que buscaba trabajo, me inquietó mucho su presencia pero ella me explicó que era la única persona que la podía ayudar ya que no sabía a quién recurrir-

El Clan De Los Mártires Where stories live. Discover now