Primero Lo Primero

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La atmósfera era tranquila y extrañamente sileniciosa en el interior de aquella propiedad, esa paz era la que tranquilizaba el alma del maestro la cual había tenido la oportunidad de experimentar aún después de los sucesos del pasado, reflexionando sobre el curso de la vida miró a su joven discípula, la segunda heredera quien le servía un poco de té en una taza de porcelana la cual estaba sobre el Kotatsu del maestro en dónde habían otros pergaminos que él se encontraba revisando.
Él continúo leyendo un pergamino y ella había terminado de servir su mejor especialidad de té.

-¿Eso es todo lo que necesita maestro?-
Le preguntó con amabilidad.

-Es todo, muchas gracias-

Ella asintió al momento que miraba con más atención el como Okamoto escribía sobre otro pergamino.

-¿Se me permite preguntar?-
Dijo ella un tanto nerviosa a lo que el maestro asintió.
-¿Porqué necesita todos esos pergaminos?-

-Son escritos viejos, recetas, escrituras y algunos escritos de sus padres-
Le respondió sin dejar de hacer lo que hacía.

-Creí que solo nos había quedado esta propiedad y el campo-
Supuso ella sosteniendo la tetera de mejor manera mirando hacia abajo.

-¿Porque mencionas eso?-
Cuestionó él mirándola ese instante.

-Porque usted mencionó las escrituras-

-Me refería a la del campo y la de esta casa-

-Ah entiendo-
Dijo ella sintiéndose una intrusa.
-¿Puedo ver las recetas?-
De pronto sintió interés al recordar dichas recetas pues le entusiasmaba la idea de variar en la comida que preparaba.

-Claro, puedes quedartelas-
Accedió muy calmado.
-Pero te advierto que el papel está algo obsoleto-
Dicho eso extendió seis de los rollos de papel para que ella los tomara.

-Tendré cuidado, no sé preocupe-

Al momento de tomar los rollos de papel uno de estos había caído sobre la mesa baja en donde se encontraban otros pergaminos y papeles, por lo que la caída provocó que muchos de estos salieran volando.

-Lo siento mucho-
La joven dejó las recetas a un lado para agacharse rápidamente y buscar las hojas las cuales yacían en el suelo.
Recogió cada una pero se detuvo al ver un escrito en Kanji muy elegante y algo gastado.

-Fue un accidente-
Dijo el maestro tomando un par de hojas del suelo y se detuvo al verla agachada, dirigiendo su atención a una hoja en específico.
-¿Qué estás haciendo?-

La muchacha no respondió aún mirando la hoja, se incorporó al momento que tomaba esta y se la daba al maestro estando ella muy pensativa.

-Esto fue escrito en el año que... Que nos movimos de Edo-
Dijo ella.
-¿Quién es Bandai?-

Al escucharla el hombre no expresó nada en específico, apretó los labios en un instante detalle que Soshin notó.

-Bandai es una alegoría del pasado, olvidada por los años-
Puso las hojas sobre la mesa expresando su seriedad en el proceso la cual fue muy intrigante para Takeuchi.

-Pero maestro... ¿Tiene que ver con nosotros?-
Insistió ella con temor de no entrometerse demasiado pero la curiosidad ganaba.

-No, no lo creo-

Ella comprendió y se inclinó un poco.

-Lamento si fui muy indiscreta con algo que no debía-
Se disculpó.
-Es solo que me llamó la atención la fecha-

-Solo es una de las muchas cartas, no importa-
Okamoto siguió escribiendo.

Ella asintió para después hacer una reverencia y luego retirarse.
Al salir de la habitación y cerrarla se fue por su camino en el pasillo extenso que dirigía al salón principal pero no se percató que alguien estaba detrás de las sombras del pasillo y por lo tanto la había visto irse.

El Clan De Los Mártires Où les histoires vivent. Découvrez maintenant