Determinación

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Después de haberle entregado las cajas al maestro y tras inspeccionar que no había daño alguno los despachó para que continuaran el entrenamiento espiritual en el jardín el resto de la tarde, la mañana siguiente después de los dos primeros entrenamientos procedieron a tener un momento libre el cual aprovechaban para sus actividades evangélicas ocultas a los demás, no era la única familia que lo hacía y lo sabían pero preferían no saber y que estos no supieran que ellos llevaban la doctrina a cabo ya que podría correr riesgo que más personas se enteraran incluyendo el clan Sakurai del Dāimyo Yokohama quien los podrían enviar sin dudar a Nagasaki para castigarlos. Por eso había mucho cuidado, oraciones silenciosas, sermones nocturnos, plegarias y escrituras bíblicas ocultas, ¿Quien sabe que catástrofe ocurriría si un libro tan peculiar para la época como lo era una biblia extranjera fuera descubierta?.
Enmedio del silencio del mediodía Shinobu se asomó en una de las puertas del salón principal, esbozó una sonrisa al ver a su maestro retirarse después de una corta enseñanza dejando a su hermano mayor solo quien estaba sentado en el suelo y escribía en un pergamino. Con curiosidad se acercó a él ladeando un poco la cabeza para ver los kanjis siendo escritos.

-¿Qué haces?-
Preguntó ella a lo que él la miró por un instante para después continuar escribiendo.

-Disfrutando del poco silencio que se nos ha permitido-
Le dijo con tranquilidad, ella lo miró con una mueca de ironía a lo que él sonrió un corto instante por su reacción.
-Y unas plegarias cortas-

Ella juntó sus manos con emoción, le encantaba la idea de poner en práctica su buena capacidad de lectura con escritos frescos, pues ya había leído los demás.

-¿Puedo verlas?-
Le pidió con emoción a lo que él asintió con tranquilidad.

-Claro-

Se hizo a un lado y ella se acercó para sentarse a su lado así los dos leyendo el escrito.

-Si, son cortas, pero acepto que el kanji lo hace ver bien-
Dijo ella analizando las letras.
-Lástima que solo unos pocos podamos verlas-
Expresó ella con desánimo.

-Aún así está palabras no dejan de llenar a cualquiera que las lea de esperanza-
Afirmó él a lo que ella asintió con una sonrisa.

-Y fe-

-Así es-
Le respondió dándole unas palmadas en la cabeza a lo que la adolescente hizo un puchero.
-Que bien huele ese incienso-

Los dos aspiraron el aromas que se empezaba a impregnar en el ambiente.

-Como en todas las tardes-
Respondió Shinobu.

El incienso se expandió por el aire dejando que su aroma se impregnara por toda la casa, quien era responsable de aquello era Soshin pues como todos los días se dedicaba a encender un poco de incienso en uno de los salones que dirigía directamente al jardín, siempre abría la puerta para que el olor viajara a todas partes recordándoles a sus hermanos cuando tenían que rezar de una forma discreta.
Fue en el salón donde ella se puso de rodillas y juntó sus manos para iniciar una oración en silencio.
Mientras tanto en el salón principal se encontraban los dos hermanos que estaban hablando.

-A tiempo terminé-
Shiro extendió el pergamino así contemplando lo que había escrito.

-Déjame repetirlas-
Pidió Shinobu a lo que él accedió.

Al tener el pergamino observó cada kanji que revelaba de forma ingeniosa una oración completando en orden una plegaria de diez líneas.
Carraspeó antes de leer poniéndose los de rodillas.

-Señor de la vida, Señor de la luz, el día de hoy no nos desampares y continua a nuestro lado, creador de la tierra, creador de las estrellas sigue llevando la paz a nuestras vidas-
Continúo leyendo.
-No nos abandones, seguiremos obedeciendo tus mandamientos y adorando diariamente para no alejarnos de ti y....-

El Clan De Los Mártires Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz