—¿Me has echado mucho de menos todos estos días que no nos vimos? —le preguntó.

—Bueno, ¿y por qué nos has citado aquí? —le preguntó Owen a Aegan, relajado en la silla—. Iba a cortarme el cabello y tuve que cancelarlo.

—Oh, no; no lo hagas —le dijo Laila, alarmada—. Así te queda perfecto. Owen la ignoró de forma extraña.

—¿Por eso me ofreciste traerme aquí? —Aegan maldice en voz baja.

—Pensé que no querrías participar de esto si te lo decía.

—Idiota —rueda los ojos y me ignora.

—Esta mañana la rectora ha anunciado que se adelantará la feria de los fundadores y que empezará este viernes.

A veces pienso que el mundo no me quiere y luego viene mi hermano para confirmarlo.

—También me han pedido que haga el discurso de apertura — reveló, feliz.

—¡El mismo que dio papá en su último año! —exclamó Aleixandre con alegría.

Owen alzó un vaso con agua que había sobre la mesa en señal de felicitación. Laila le dedicó un pequeño aplauso. Solo Artie y Jude no dieron nada. Adrik y yo, aplaudimos sin ganas. Aegan asintió a todo, orgulloso, pero luego se puso serio.

—También me he enterado de que él estará viendo el discurso en vivo y en directo —agregó—. Por esa razón necesito que todo salga perfecto, así que he decidido que ustedes sean el comité de organización de la feria. Ya casi todo el trabajo está adelantado, pero...

—¿Implica esfuerzo? —interrumpió Owen, pues él consideraba importante saber eso primero.

—Solo tendrán que vigilar que no falle nada —le contestó Aegan.

—Cuenta conmigo —aceptó Owen entonces.

Aegan siguió explicando:

—Los he organizado por parejas, Aleixandre y Laila, Owen y Adrik, y Jude y Artemis. También he redactado las instrucciones sobre las secciones que tienen que vigilar.

Toso falsamente y recuerda mi presencia.

—Ah, tú estás conmigo, Alessandra.

¿Por qué a mí? Creo que me hicieron brujería.

Entró en juego un sobre amarillo que reposaba sobre la mesa. Aegan lo tomó, lo abrió y sacó hojas para todos. Las fue entregando hasta que llegó a mí. Vi que el título era: «Decoración» y que bajo él había una lista de las cosas de las que debíamos asegurarnos.

—¿Es todo? —preguntó de repente Adrik.

—Sí —contestó Aegan.

—Bien —soltó, seco.

Escuché su silla deslizarse. No quise alzar la vista, pero cuando lo hice, lo único que vi de Adrik fue cómo nos daba la espalda y se alejaba de la zona de la piscina.

—¿Qué le pasa a Driki? —pregunté con extrañeza.

—Lo normal: desprecia a la humanidad y no aguanta pasar más de cinco minutos con nosotros —respondió Owen, encogiéndose de hombros.

—Ya hablaré con él —aseguró Aegan, como si a Adrik le esperara un sermón solo por comportarse como Adrik.

Los demás no parecieron notar nada raro y se pusieron a hablar sobre la feria y las cosas que tenían que hacer.

Aegan y Jude tenían una conversación en susurros y yo los miraba con curiosidad. Saben, hay una app para chismosos que te permite escuchar lo que están diciendo los demás, en este momento sería útil.

La melliza de Adrik Cashحيث تعيش القصص. اكتشف الآن