Capítulo 5: Respuesta del corazón

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El sol se asoma para dar inicio a un nuevo idea, sus rayos cubren toda Kagayaki.

Vemos como sus rayos llegan a Floraria y se adentran en el cuarto de la princesa Kanao.

Vemos a Kanao entreabriendo los ojos por el sol, levantándose y tallandose los ojos.

—Buenos días mi lady—dijo la ojiazul.

—Buenos días Aoi—dijo bostezando la ojilila.

Kanao se levanta y Aoi le pone su bata.

Sale de su cuarto y se dirige al comedor real.

—Buenos días—dijo la princesa ojilila.

—Buenos días Kanao—le dijo el amable rey.

—Buenos días mi lady—dijo el mensajero que pasó la noche ahí.

Kanao se sienta y el chef junto con el asistente sirven el desayuno.

—Esta muy bueno—dijo la princesa ojilila.

—Concuerdo contigo—dijo el amable rey.

Después de desayunar, Kanao le pidió que esperara un poco porque iba a escribir la respuesta al principe pelirrojo.

Kanao vuelve a su cuarto.

—Por favor que nadie me interrumpa en este tiempo—le dio la orden asu fiel dama.

—Si me lady—dijo la ojiazul.

Kanao entra a su cuarto, va su escritorio toma una hoja y una pluma, y comienza a escribir.

Después de 1 hora termina la carta.

Pero faltaba algo, el lazo.

—Estoy segura de que tenía uno por acá—dijo la ojilia.

Después de tanto buscar encuentra un lazo carmesí.

—Como sus ojos—dijo la ojilia antes de amarrar la carta con el lazo.

Después de eso la princesa salió del cuarto en busca del mensajero.

—Aquí está—el dió su carta al mensajero.

—La protegeré muy bien mi lady, me asegurare de que llegue a las manos de mi lord—dijo el mensajero.

—Confió en usted—dijo la ojilia.

—Bueno ya debo irme para no llegar tan tarde, gracias por sus buenas atenciones, mi lord, mi lady, con permiso—el mensajero hace reverencia y se va.

En cuanto se fue Kanao se dió la vuelta fue a su cuarto a ponerse su armadura comenzó a montar guardia.

Estando fuera comenzó a vigilar todos los rincones, pero algo le dificulto su vigilancia.

Kanao se detuvo a ver el cielo.

—Mi lord, no se si pueda resistir todo un año—dijo mirando al cielo.

—¿Se encuentra bien mi lady?—pregunto unos de los caballeros que estaba por ahí.

—Si, estoy bien, vuelva a su posición—le contesto la ojilila.

—Si mi lady—el caballero hizo reverencia y se fue.

La ojilia se quedó viendo el cielo.

Solaria

Vemos al pelirrojo levantarse de su cama, su sirviente le pone su bata y baja a desayunar.

—Buenos días a todos—dijo el principe pelirrojo.

—Buenos días Tanjiro—dijeron el rey y la reina al unisono.

—Buenos días hermano—dijo la princesa ojirosa.

Mi Lady (Tanjikana)Where stories live. Discover now