4: C'est l'histoire de nos passions juvéniles

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Taehyung

Luchaba con uñas y dientes para apartar su mirada de Suzume, quien bailaba con su hermano en medio del jardín. Pero era imposible, en realidad nadie podía quitar la mirada de ellos. Ella lucía un vestido blanco, parecía ser el centro de todo. Las cosas giraban alrededor de ella, tenía que ser así.

—Escuché que se casarán después de año nuevo.

—No sabía que su prometida era japonesa.

Las personas hablaban sobre la pareja más importante del momento, y casi se giraba para aclarar la realidad. "Ella es amiga de su infancia. Llegó hoy de París. Su prometida es coreana". Pero sabía que Suzume estaría complacida de escuchar que alguien la emparejaba con Jungkook.

Vio de reojo como su hermano se marchaba con prisa, dejando a Suzume sola en la pista. No pensó dos veces en ir a su rescate. Seguro aún no escuchaba la peor noticia que tenía para darle.

—Sigo esperando mi calendario de gatos, Suzume Hino —disfrutó de verla confundida cuando escuchó su voz. Era linda cuando actuaba no conocerlo lo suficiente como para bajar la guardia—. Jungkook tardará, seré su relevo mientras vuelve.

La tomó suave por la cintura, casi temiendo que ella huyera al primero intento de tocarla, pero no fue así. Ella dejó sus brazos sobre sus hombros en un gesto cercano.

—Siempre estás para rescatarme de momentos así, ¿cómo definiríamos nuestra relación, Taehyung?

Sintió una chispa de pies a cabeza solo por escuchar su nombre saliendo de sus labios. ¿Así había sido siempre con ella alrededor? Sí, siempre había estado tan a la deriva con Suzume cerca de él. Y aún Suzume estando lejos, seguía ejerciendo una fuerza que lo mantenía atado a ella.

—¿Cómo va tu plan de confesión? ¿Ya te rechazó?

Sintió un leve empujón, lo hizo reír lento.

—No planeo hacerlo hoy, para tu información. Ni siquiera estaba pensando en eso —dijo con la mirada filosa. «Ahí estás de nuevo»—. Estaba disfrutando alegremente de la fiesta sin meditar en nada.

—¿Sorprendiste a tu padre como querías? —seguía insistiendo, no tenía botón para callarse.

—Lo hice, se llevó una buena sorpresa. Le di todas las boinas francesas que me había pedido con tanto anhelo, seguramente dejó su bigote a propósito.

—Seguro que se alegró mucho al verte. Cada día me hablaba de tus aventuras parisinas —la miró de reojo como lo venía haciendo toda la noche, suspiró para sus adentros—. Supongo que conseguiste dominar el francés después de todo.

—Fue difícil al principio, pero me acoplé más rápido de lo que creí.

—Háblame en francés —pidió con la voz baja, celoso de que alguien le escuchara.

—Je ne me souvenais pas à quel point vous étiez curieux, je ne comprends pas votre insistance. Avez-vous toujours été comme ça?

No supo la fuente de energía que lo mantuvo de pie. Se derritió de manera inexplicable, y de pronto una violenta necesidad de besarla lo invadió. Era imposible. Alejó todos sus pensamientos enemigos, tratando de luchar hasta el final.

nunca me dejes ir »Taehyung, Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora