El primer síntoma del Amor: Preocupación.

2 0 0
                                    

Mis deseos brotaban como pequeños dientes de león, solo bastaba con su aliento para hacerlos volar; volaban tan alto que el solo verlos alejarse me hacía temblar de miedo y desesperación, me estaba perdiendo y no habría ninguna forma de poder recuperarlos.

Así me sentí en el momento en que sus labios se alejaban de los míos, su mirada deseosa me hacía latir el corazón locamente y me incitaba a seguir sin detenerme "¿Podría hacerlo? De verdad... Yo...

—No puedo culparte por dudar de todos, hay gente mala en el mundo, pero también hay gente buena, sé que mi actitud puede confundirte, pero lo diré una vez más... —suspira y coloco su mano sobre mi mejilla, cuidadosamente levanta mi cara y me mira —Me gustas y me voy a esforzar para demostrar que soy confiable y que jamás, jamás voy a lastimarte.

"Quería creerle, de verdad quería hacerlo, pero yo mejor que nadie sabía que no podía confiar en los demás; que las personas son capaces de mentir solo para obtener lo que quieren... Sí es así, entonces le daría lo que quería, solo para demostrar que es así, que siempre es así".

"Le haré un trato que no podrá rechazar".

—Tengo una semana para regresar al club, si en esa semana no logras convencerme, te alejaras de nosotras y no me volverás a buscar ¿Estás de acuerdo? —extiendo la mano "Solo así podré protegerme, y de esa forma él se irá y no regresará" 

—¿No te parece que una semana es muy poco tiempo? —"Es el tiempo justo para agotarte y que te rindas" —¿Jugarás limpio? —"No puedo permitirme este capricho" —¿La oportunidad es verdadera o solo es una excusa para que me vaya? —"Ambos volveremos a nuestro lugar"

—Lo que hagas es decisión tuya, pero solo tienes una semana —salgo de la regadera y el agua que escurre de mi ropa hace eco por el baño "No te daré más tiempo del necesario".



*****************************



Cierro los ojos y el sonido de las aves me relaja, estiro mis piernas y pongo el brazo sobre mis ojos "Una siesta larga me espera"...

—Samantha, ven por favor —niego y sigo en mi posición "No hay poder alguno que haga levantarme de aquí" —Samantha, creo que Alek se perdió en el bosque —"¡¿Qué?!"

—¿Qué dijiste? Eso no es posible hay letreros por todo el camino —me siento y volteo a verla, sus ojos están húmedos y las manos le tiemblan "No está jugando"

—Lo sé, es que pensé que podríamos terminar de conocer el bosque y...

—¡¿Cómo fueron tan irresponsables?! ¡No pueden hacerlo solos y menos a esta hora! —me pongo las sandalias y avanzo al bosque

—Si entras así te dañarás los pies

—No tenemos tiempo que perder, en dos horas oscurecerá y será casi imposible que podamos encontrarlo —"Solo espero que no siga avanzando" 

—Es culpa mía, por favor no seas tan dura cuando lo encuentres —exasperada me giro y la enfrento 

—Por supuesto que fue tu culpa, pero también de él —le quito la linterna de las manos y me apresuro al camino.

Corro por el camino de arena y desesperada miro a todos lados.

—¿Qué desviación tomaste? —mira a su costado y temerosa señala "El solo camino me da pavor, no entiendo cómo se les ocurrió esta tontería" —Deberías volver y esperar, si es tan listo como parece, podrá regresar solo —camino entre los matorrales y enseguida mis pies se quejan

ROJO CARMESÍ © (Samantha).Where stories live. Discover now