──Es una decisión difícil. ──Caesar rasca su barbilla──. Solo tengo una vida como para saber cuál me gustaría intentar primero.
Jung Leewon aprieta sus manos. Definitivamente era fácil sacarlo de sus casillas.
──Entonces te daré mi respuesta cuando elijas la tuya también...
Sin más que decir salió del lugar. Paulette tarareó una canción, jugando con los vidrios de la taza rota que había a sus pies.
──Yuri. ──llama Caesar al guardaespaldas.
Él llega de inmediato, parándose al lado del sillón en donde estaba Paulette.
──¿Me llamó, Zar?
──Vigila a Zdanov ahora mismo. ──responde el rubio soltando el humo por su boca.
El de cabello largo asiente, siguiendo los pasos del abogado para salir de la sala. Una vez que los dos adultos se quedan solos, Paulette se levanta de su asiento, caminando hasta Caesar.
──¿Quieres que busque información? ──pregunta ella sentándose sobre las piernas de Caesar, él la toma por la cintura.
──Yo me encargo de eso. ──responde con una sonrisa.
Paulette pasa sus brazos alrededor de los hombros del rubio. Juega de forma provocativa con el cabello rubio de su nuca, sonriendo inocente.
Junta sus labios. Muerde el labio inferior de Caesar, succionando y luego volviendo a morderlo. El varón no se queja, observando con unos ojos oscuros a Paulette.
Abrió levemente su boca haciendo el beso aún más encendido.
Deja su purito de lado. Coloca a Paulette de espaldas al sofá, poniéndose arriba de ella. Una corriente atravesó el cuerpo de la mujer, sonriendo en el beso al sentir como las manos de Caesar delineaban su figura, hasta llegar a su trasero.
Ninguno terminaría hasta que ese cigarro se consuma, lentamente y sin descanso.
[ . . . ]
Observaban desde el auto el lugar en dónde el abogado se hospedaba. Se podía ver la sombras de siluetas caminar de aquí para allá, probablemente acomodando todo para abrir mañana por la mañana.
Paulette tenía entre sus manos algo envuelto en tela, con un moño de decoración y una carta pegada. Pegaba con sus uñas el cuero del auto una y otra vez, impaciente de la respuesta de Caesar.
──¿Planeas entrar o no? ──pregunta al fin.
──¿Si no lo hago, tú lo harás? ──a veces se comportaba de una forma bastante infantil.
──Quiero entregar esto. ──señala el objeto envuelto──. Probablemente sí.
──¿Sin mí?
La pelinegra rueda los ojos, perdiendo la paciencia con la espera del rubio.
Decide tomar su propia decisión, bajando del auto. Había elegido un buen atuendo, estaba nevando y hacia mucho frío, un vestido y unos tacones no eran una buena idea.
En vez de eso, llevaba un pantalón de mezclilla junto con una camiseta de cuello de tortuga, un hermoso saco beige junto con una bufanda blanca y sus botas de cuero.
Su cabello iba suelto, y gracias al frío, su nariz comenzó a tornarse rojiza.
No tardó mucho en que Caesar caminara detrás de ella.
Paulette abrió la puerta sin mucho problema. Sonrió de una forma encantadora hacia las personas que estaban en el lugar. Caesar tuvo que agachar un poco la cabeza debido a su altura. Debajo de su brazo llevaba unos documentos.
──Cuanto tiempo, abogado. ──señala Caesar como si hubiera pasado una eternidad.
──¿Qué pasa?
──Venimos a entregar unas cosas que le pueden servir. ──responde Paulette. Su vista va a la mujer mayor que estaba a unos metros de ella. Sonríe encantada──. Usted debe ser la abuela de Jung Leewon.
Se acerca a la mujer, dejando a ambos hombres hablando entre ellos. Saca detrás de ella el objeto que traía con tela.
──Lamento mucho lo de su jarrón. ──responde ella extendiendo el objeto a su dirección──. Espero y esto logré compensarlo.
No tenían nada que ver con lo que pasó. Aún así, si a Paulette le rompían uno de sus juegos de ajedrez definitivamente estaría tanto triste como molesta ──probablemente más molesta que triste──.
Hubo una vez en que ella y Caesar estaban jugando un juego de ajedrez ──como era costumbre──. En una de las múltiples partidas que tuvieron, Caesar se negaba a perder que terminó lanzando el tablero hacia la pared.
Al ser de cristal, obviamente se rompió en mil pedazos.
El doctor tuvo que llegar corriendo a atender la mano del heredero de la mafia rusa, la cual tenía una pluma de escribir atravesada. Cortesía de la pelinegra, claro.
Aunque, eso había pasado cuando apenas tenían como 15 años.
──¡Oh! ──exclama la mujer mayor──. ¡Pero si es mi jarrón!
Leewon llevó su mirada hacia su abuela. Un jarrón idéntico al que le habían roto a la mujer estaba ahora entre sus manos, intacto, como si nada hubiera pasado.
Paulette sonrió orgullosa.
──¡Muchas gracias, mi niña! No sabes lo especial que este jarrón es para mí.
Mientras no se entere que es nuevo, todo estará bien.
Jung Leewon venía desde Corea, al igual que la mayoría de su familia. Por lo que en esos días Paulette viajó a Corea, a buscar aquel jarrón que Leewon le había descrito por mensaje.
Caesar sonrió desviando su vista hacía la madre de su hijo, quien platicaba animadamente con la señora. Cómo si se conocieran de toda la vida.
Nadie nunca pensaría que esa mujer amenazó a alguien con el filo de una taza.
Nadie nunca pensaría en ella si se trataba de culpables.
Ammmm, no se que hice pero lo hice 🤩🤙
Día de actualizaciones Uhhhhhhhh, solo falta Jinx y Big boys, ayuda mis dedos duelen
Siento que este capítulo fue literal muy corto para tanta espera... Pero que se le hacía, ni modo que Caesar le sea infiel a Paulette con Leewon... Ni modo que se den un beso bien potente como lo hacen en el capítulo 5
Nonono, Caesar será un mafioso pero es fiel, aparte padre de familia :')
Lloro, que bello
Todas mis historias con la misma pta estética, terrible. Que poca imaginación tienes Lizzie 😔💔
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Chess game ─── caesar a. sergeyve
Fanfiction" Cometiste el error de haber confiado en mí, ahora solo serás una pieza más de mi juego de ajedrez. " roses & champagne. © dearbybear_ 2023 cover...
𝒊𝒊𝒊. the broken vase
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