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Las garras de alguien sobre mi hombro me hacen sobresaltar de la silla y darme cuenta de la incomoda posición en la que me he quedado dormida.

Las cortinas de la ventana están cerradas y la única luz que hay en toda esta habitación es la luz que emana de mi lámpara. Bajo mis piernas de la silla y un dolor indescriptible me atraviesa todo el cuerpo así que me quejo en silencio acostumbrando mi vista a la penumbra de la habitación.

Espero varios segundos para levantarme e ir hacia la ventana, abro una cortina y noto que el sol  recién esta de salida ¿Qué tiempo me quedé dormida?

Si siento que fueron largas horas las que pase en esa silla pero tal parece que solo han pasado apenas algunos minutos.

¿Qué podría ser?

Creo que estas perdiendo la cabeza.

Si comienzo a hablar contigo por supuesto que la perderé.

Oh no, sabes que no estoy mintiendo. Algo me huele mal.

Y como si no fuera suficiente ahora tengo que pelear con esa voz. Exhalo cansada de los pensamientos contradictorios que siempre se añaden a mi larga lista de espera de "pensamientos que deben ser analizados u olvidados" que existe en mi cabeza.

—Pollet, buenos días.

Mi cuerpo tiembla al escuchar la voz de la doctora Ormon, no la escuché entrar y si me dio un susto. Llevo mi mano derecha hacia mi pecho discretamente.

—Hola —susurro apenada.

—¿Como te sientes? Ayer pasé por aquí en la mañana pero estabas dormida y como tomaste tu desayuno y tus pastillas no quise despertaste. Me contaron que tu apetito esta regresando y... —se detuvo de seguro al notar mi expresión. Me encuentro perdida.

¿De que carajos se supone que esta hablando?

Ayer amanecí lista para ir a la quimioterapia, asistí. ¿Cómo es eso de que me quede dormida?

—No sé de que habla —mi voz salió temblorosa, no sé que esta pasando pero me esta aterrando la idea de cargar con algo más. Aclaro mi garganta —Ayer no me quede dormida, he asistido a la quimioterapia y...

—Espera —me detiene levantado una de sus manos. —La sesión de la quimioterapia ha sido hace dos días ¿De que estas hablando Pollet?

Sus cejas se juntan y muestra el desconcierto. Dos días.

No es verdad. No es posible.

—¿Qué día es? —pregunto en un hilo de voz. La doctora me mira extrañada y manda por algo a una de las enfermeras que la acompaña. —¿Qué días es? —vuelvo a preguntar.

—Miércoles. ¿No recuerdas el día anterior? ¿La visita de Aidan y su salida al parque del centro? ¿Tú papá?

Cierro los ojos una vez con lentitud y cuando los vuelvo a abrir ya no estoy en mi habitación, ha cambiado todo el panorama y ya no estoy con la doctora. Estoy en la azotea sentada en la orilla de la baranda.

¿Que esta ocurriendo?

Me doy la vuelta y bajo con rapidez, ignoro todo y corro por las escaleras hasta llegar a la que es mi habitación... Esta vacía.

No hay nada más que la cama, no están los relojes o las lámparas que con mucho esfuerzo consiguieron para mi. Solo hay una cama vacía con las sábanas que son del hospital.

—Disculpa, ¿quién eres? ¿Tú nombre?—una enfermera que nunca he visto esta en la puerta mirándome despectivamente.

—Pollet, esta es mi unidad —aseguro tratando de lucir tranquila. —¿Qué esta pasando aquí? ¿Por que se han llevado todo?

Destinados a serWhere stories live. Discover now