C U A R E N T A Y S E I S

Comenzar desde el principio
                                    

- Yo... No sé qué decir... -Susurra. Toma mis manos entre las suyas, le miro, acaricia despacio sin palabras.

Me abraza de vuelta, y yo correspondo.

¿Qué podía decir? Nada podía cambiar la dolorosa verdad.

¿Tetsuhiro ha sido de fiar desde el principio, o toda su atención tenía algún otro trasfondo?

Por favor no seas culpable, no soportaría que seas complice...

- No puedes desconfiar de él, Souichi... Piensa en todo lo que han vivido, todo lo que te ha dicho, como te ha cuidado, si tuviese otras intenciones ya estuvieses muerto –Dice mi primo en un intento de borrar cualquier duda de mi mente sobre Tetsuhiro, y así aliviar parte de este malestar, más no puedo, no puedo no pensar en que todo esto es demasiado sospechoso, justamente él, el hijo de mi abusador, se acerca a mí con otra forma de conseguir tenerme entre sus brazos, y yo, como estúpido, caí.

¿Debería confiar en él?

- ¿Entonces? ¿En que pienso? ¿No te parece extraño? –Dejo de abrazarlo para encontrarme con su rostro. –Justamente él, Tadokoro, de tanta gente... Supo cómo hablarme, como irse metiendo, como si me hubiese estudiado, no lo sé, estoy muy confundido, aturdido y ebrio. Yo solo quiero desaparecer... Ya fue suficiente, no puedo aguantar algo más, Tadokoro, ya no puedo más. ¿Sabes el shock que significa enterarte que la persona que marcó un antes y un después en tu vida de esa forma, ha sido alguien tan... Cercano? En el sentido de que, papá lo conoce desde siempre, él básicamente me ha visto crecer, Tadokoro, yo... N-no lo entiendo, no puedo siquiera pensarlo y que parezca la historia de otra persona.

- Escúchame, Souichi. Tetsuhiro te adora, se nota a lenguas que él muere por ti ¿Bien? No pienses mal de él cuando él estaba muriendo al verte portando ese anillo... Mira, entiendo que estés confundido y... Y siento mucho por lo que pasaste, joder, no lo sabía –Acaricia un poco mi hombro. –Pero desde que llegue al pueblo, he visto lo fuerte que eres, y esta vez no vas a derrumbarte cuando puedes levantarte e intentar hacer algo para hacerte justicia. Créeme que también se me hace tan... Tan fantasioso pensarlo, pero eso no significa que Tetsuhiro sea igual.

Me adora...

- ¿Bromeas, ¿No? ¿Justicia? No tengo pruebas, no tengo nada, no puedo contra él... No van a creerle a alguien que ya estuvo en el hoyo, no van a creerme porque ya estoy señalado como homosexual, Tadokoro, no van a creerme... -Susurro lo último, muerdo mi labio inferior, el llanto quiere salir de nuevo y apaciguo esa necesidad con dolor. –No van a creernos... -Digo colocándome las gafas. –Debemos regresar a la fiesta –Me pongo de pie, camino al lavamanos y me echo agua en el rostro. Respiro hondo, sintiéndome tan fuera de mí que me provocan más nauseas, aunque un poco renovado luego de poder dejar ir el estrés. –Siempre voy a agradecer que hayas estado ahí... Aquí, desde el principio, y espero que al final, sea cual sea, también estes –Hablo cerrando el grifo, mi primo no contesta, tan solo le oigo dejar ir aire de sus pulmones. Sin voltearlo a ver, salgo del baño en dirección a mi esposa quien habla con algunos invitados. La fiesta se celebra en el jardín de la casa paterna de Miharu, es un jardín muy grande con variedad en vegetación. En otras circunstancias, me hubiese detenido a admirar cada rincón de este sitio, más ahora solo quería resbalar con algo, caer, y golpearme la cabeza con una roca.

Ayuda, por favor.

Mi esposa, algo más que suena tan irreal ¿Cómo un día estoy dando clases en un salón para luego llegar a casa a leer, para pasar a portar un anillo y tener que llegar a casa con una completa desconocida? Mi vida estaba llena de situaciones tan descabelladas que podría escribir un libro, y aun así, siendo tomado como ficción, se leería muy tonto e irónico.

R E B O R N • Koisuru BoukunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora