V E I N T I U N O

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POV SOUICHI

¡No, no, no!

Oí gritar a alguien a la lejanía. Estaba parado en medio de la oscuridad sintiéndome pequeño.

¡No, no, no!

Una y otra vez.

¡No, no, no!

Cada vez más cerca.

¡No, no, no!

Gritó en mi oído, y me hizo despertar.

Mis ojos se abrieron de par en par. De golpe me senté en la cama donde había estado recostado, observé alrededor queriendo familiarizarme con mi entorno y me di cuenta que estaba en mi habitación de niño.

Estaba en casa de mis padres.

Saque las piernas de la cama ¿Había sido un sueño? No, claro que no, aún podía sentir mi cuerpo temblar y mis brazos arder. Aún tenía el dolor de cabeza y todo lo sucedido muy fresco en mi mente como para haber sido un simple sueño.

Le habían cortado el dedo, lo habían hecho y todo por mi culpa.

Recordar como grito y pidió que no lo hicieran me causo nauseas, una fuerte punzada en mi estómago me hizo levantarme de la cama y correr al baño de aquella infantil habitación. Abrí la tapa del retrete, me arrodille frente a este y descargue ácido estomacal, no había comido nada desde ayer. Al estar vacío, me quede ahí inmóvil recobrando el aliento.

¡No, no, no!

De nuevo regresó a mi mente, él, sus gritos, su cara de miedo. La textura liquida en mis dedos, el filo del cuchillo en uno de ellos y las risas de aquellos hombres.

Recordé también que no había podido con todo eso, así que me desplomé en brazos de mi padre y él "amablemente" me trajo acá.

No quería estar aquí, sentía que, si abría aquella puerta, estarían esos hombres ahí esperando a que yo saliera para llevarme de nuevo.

Y entonces a mi mente vino él.

¿Cómo estará? ¿Lo habrán curado? ¿Lo habrá visto un médico? ¿Le habrán dado algo para el dolor, se desmayó como yo? Demasiadas preguntas sin ser respondidas, demasiada culpabilidad sin ser perdonada.

Me levante del suelo como pude, cerré la tapa del váter y jale la cadena. El agua se llevó lo poco que yo había dejado. Frente al lavamanos, abrí el grifo y tomé agua entre mis manos para luego echármela en la cara. Me mire al espejo, mis ojos parecían más opacos.

Todo había sido demasiado fuerte para mí.

Y yo tenía una lista de desgracias que me habían sucedido, y creí que no podía ocurrirme algo peor, pero la vida me demostró que aún podía hundirme el dedo en la llaga.

Salí del baño, regresé a la cama y me senté en el borde. Amarré mi cabello suelto en una coleta, de forma lenta lo hice. Mi mirada se perdió en un punto fijo en el suelo.

Mi necesidad de verlo iba en aumento.

Tenía que hacerlo, tenía que verlo y tenía que disculparme por haber provocado todo esto. Tenía que hacerlo o no podría conseguir paz nuevamente. Pero me sentí tan aterrado de tan solo pensar en que nos vean juntos, que la idea de irlo a buscar a escondidas se me hacía un suicidio.

Entonces tuve claro que no podría disculparme, tal vez jamás.

Aún me costaba entender como había pasado todo esto, como algo del tamaño de una hormiga termino convirtiéndose en un problema colosal. Y me di cuenta cuan podrida estaba esta sociedad, esas personas y sus ideales.

R E B O R N • Koisuru BoukunTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon