Mirandy One Shots

La chica se queda en la foto - Parte Final

ANDY.

Más vale que esta fiesta no sea una mierda, pensó Andy. Nigel me debe una.

No es que tuviera nada mejor que hacer. El trabajo era su vida hoy en día. Aunque en teoría podría haber pasado la noche del viernes trabajando, intentó no hacerlo la mayoría de los fines de semana. Llevaba un tiempo en The Mirror y le iba bien. Conseguía buenos encargos, le pagaban cada dos semanas y escribía sobre cosas que eran importantes para ella.

Ella no escribió sobre moda. A ella no le importaba la moda.

Y, sobre todo, no le importaba Miranda Priestly.

Perra.

Andy realmente no esperaba que Miranda la tratara bien después de que ella renunció en París. Esperaba ser incluida en la lista negra o sufrir abusos dentro de la industria. Pero el hecho de que Miranda se negara siquiera a reconocer su existencia fue una bofetada. Y el hecho de que la sustituta de Andy ya estuviera tan visiblemente en el bolsillo de Miranda lo hacía mil veces peor. ¡Ya había visto su foto en el periódico dos veces y apenas habían pasado seis semanas! Andy no había podido ir a ningún lado con Miranda durante al menos tres meses cuando ella comenzó a trabajar.

A Miranda le importaba una mierda ella. Por lo tanto a Andy tampoco le importaba un comino. Por lo que a ella le importaba, Miranda podría caer muerta.

Perra.

Pero Miranda no estaba en su mente esta noche, en realidad. Esta fiesta iba a consistir en que ella y Nigel se pusieran al día, y tal vez vieran a algunos de los otros asistentes con los que se había hecho amiga durante los últimos diez meses aproximadamente. Con suerte, ninguno de ellos mencionaría a Miranda.

Sin embargo, Andy tuvo que admitir que todo este montaje era un poco extraño. ¿Una preciosa suite en el St. Regis y estaba completamente vacía? Quizás todos estaban abajo en el bar y estaban subiendo. Nigel había insistido en que llegarían en breve, pero aun así se sentía un poco extraño.

Parecía nervioso. Tal vez estaba enamorado de alguien que iba a estar en la fiesta.

La vista era preciosa desde la habitación y Andy pasó unos minutos contemplando la calle. La tranquilizó ver los autos avanzar lentamente por la Quinta entre las brillantes luces navideñas y la nieve que caía.

Cuando Andy escuchó el sonido de la puerta abriéndose, se dio la vuelta y escuchó a Nigel decir: "Vuelvo enseguida".

Y entonces Andy contuvo la respiración, porque Miranda estaba en la habitación y Nigel desapareció detrás de la puerta.

Miranda, que se veía hermosa con ese color, y esta noche usó el collar Fred Leighton favorito de Andy, por suerte. Su cabello blanco caía tentadoramente sobre su frente.

Miranda parecía tan atónita como se sentía Andy en ese momento.

"¿Qué haces aquí?" dijo Miranda.