35. El beso

8 0 0
                                    


En el auto, Jimena llama por teléfono a Catalina.

—Cata, o sea, me caso —dijo Jimena con una amplia sonrisa.

—¿Qué? ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde? ¿con quién?

—Me caso, en cuatro días, aún no sabemos dónde, y bueno con Jose Luis.

—Sabía, lo sabía, ¡lo sabía!

—¿Ya lo sabías? mi madre no pierde el tiempo —dijo Jimena volcando los ojos.

—Bueno lo suponía. Hay que festejar ese compromiso —dijo su amiga, se la escuchaba feliz. Aunque todo estaba sucediendo muy rápido, le estaba gustando ser la cupido en la relación.

—Si la verdad, me encantaría, pero tenemos muchas cosas por hacer, organizar, ya te voy a llamar para avisarte dónde va a ser. Cata ¿querés ser mi testigo?

—Dios mío, en serio me estas diciendo eso?

—Claro ¿a quién más se lo pediría? sos mi mejor amiga.

—¡Nena!, claro, cómo no.

—Bueno, hablamos después, que tengo cosas que organizar.

Jimena colgó y Jose Luis le agarró de la mano. Luego le besó la mano, esto mientras manejaba.

—Jimena, en éste momento estoy en lo más alto de mi vida, nunca antes había estado tan feliz, te lo juro. Pero tengo una pregunta para hacerte —Se parquea— una pregunta muy importante ¿vos aceptaste casarte conmigo por ayudarme con la herencia, o porque realmente querés casarte conmigo?

—Jose —Jimena se acerca a Jose Luis, le acaricia el rostro, ambos se perdieron en sus miradas— vos me demostraste con sos un excelente amigo, pero, la verdad me descolocó cuando me pusiste directo a la friend zone, además yo no acepté nada, vos aceptaste, yo te propuse matrimonio, que no se te olvide —dijo guiñándole el ojo derecho—... ahora que lo pienso, tengo que probar una cosa antes de... bueno quizás estoy a tiempo echarme para atrás y no cometer una...

—¿Qué cosa? —preguntó Jose Luis, impaciente.

—Necesito saber qué tal besas, porque imagínate sin no somos compatible, sería toda una...

Jose Luis la calla de un beso. Jimena sintió un chispa en los labios, en la piel, en el estómago, no fue un beso muy largo, pero sí apasionado.

—¿Y eso es todo? —pregunta Jimena, tratando de no demostrar que había sentido como todas sus hormonas explotaban por dentro.

—Te estas quejando, decís que no...

—¿En serio? Creo que vamos a tener serios problemas —dijo ella haciendo un puchero.

Jose Luis se baja del auto, lo rodea, la baja a ella, la empuja con suavidad contra el auto y le da un beso suave, jugando con los labios mientras va dejando que sus lenguas jugueteen un poco. La pasión está presente, más cuando empuja su cuerpo contra el de ella, un leve y sensual quejido salió involuntariamente de Jimena, quien por un instante se había olvidado que estaban en plena vía pública.

—¿Y? ¿ahora?

—Uf, mejor, mucho mejor —dijo Jimena sonriendo, dandole un pequeño y corto beso.

—¿Entonces? —preguntó Jose Luis.

—¿Entonces qué?

—¿Vos te querés casar conmigo, o solo lo haces por ayudarme con la herencia?

—Claro que sí, claro que quiero casarme con vos.

Jose Luis la toma en brazos. Ella lo rodea con sus brazos el cuello, y dirige su rostro para otro beso. Ambos estaban felices. Enormemente felices.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Cansada de besar saposWhere stories live. Discover now