Capítulo 1.

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Damos inicio al primer capítulo de esta maravillosa historia, la cual de verdad espero les guste.

Les recuerdo también que todo aquí es ficción, hay algunas cosas que decidí cambiar para generar que la historia fluya mejor, pero hay otras que no son tan diferentes a la vida real.

Un médico NO puede negarle la vida a un paciente, sea delincuente o no.

Disfruten:)

***

Londres, Inglaterra.

Los cálidos rayos del sol, la brisa fresca, el canto de las aves, el olor a café recién hecho, cosas tan simples pero al mismo tiempo tan hermosas de admirar, cosas que me hacían pensar en lo maravilloso de recibir el día con una sonrisa, sabiendo que lo que hago para vivir me llena de felicidad y orgullo; por supuesto, no todos piensan como yo, mi mejor amiga por lo general odia despertar temprano y tener que asumir la responsabilidad de tener que vivir un día más sin caer en la locura, pero eso era lo que más me agradaba de ella.

Ambas éramos tan diferentes pero al mismo tiempo tan iguales, al punto de sorprenderme lo bien que nos llevábamos.

Claro que, también tengo mis días malos, algunas veces no disfruto del sol, no disfruto del canto de las aves, ni siquiera del café, pero todo cambia cuando empiezo a trabajar, una pasión que desencadena dentro de mí cientos de emociones; amo mi trabajo, ver la sonrisa de las personas al ser atendidas, saber qué puedo hacer algo para ayudarlos, el pensar en que están colocando toda su confianza en mí.

No sabía lo mucho que disfrutaba este trabajo hasta que comencé a ver como mis padres lo ejercían, y con el paso del tiempo, se volvió parte de mí; aunque no siempre mi vida ha sido color rosa, amo saber que tengo un lugar seguro en la profesión que ejerzo.

Me encanta aprender nuevas cosas, conocer nuevas áreas y especialidades, adoro todo lo que conlleva la salud, y saber que muchos están dispuestos a enseñarme, me alegra mucho más, porque era una nueva oportunidad para mí, porque era algo más para tachar de mi lista de cosas por aprender.

Y aunque no siempre todo es tranquilo y pacífico, amo esos momentos de adrenalina que me hacen tener energía para querer recorrer el mundo entero en menos de un día.

Las emergencias no eran mis favoritas, pero las disfrutaba.

Las enfermedades jamás serán algo para amar, pero lo disfrutaba.

Ejercer en el área de salud era lo que me encantaba.

Y aunque sentía mucha indiferencia con varias personas en el hospital donde trabajaba, poco me importaba; mamá siempre me ha dicho que no debo vivir por las demás personas, y siempre la he escuchado, es una mujer muy inteligente y sabia, pero si de mí dependiera, le haría la vida imposible a cualquiera que no aprobara mis métodos.

Sin embargo, eso conlleva ser reprendida por ella, y no quería eso.

Sabía lo que hacía, y hasta los momentos jamás me había metido en algún problema... extremo.

Camino por el largo pasillo de aquel hermoso hospital, el más respetado y admirado por las personas de Inglaterra, las paredes blancas y azul celeste resaltan ante las luces blancas, las puertas de metal, la pulcritud en cada piso, el buen olor de cada habitación, y por supuesto, la atención del personal. Dirigían el hospital a la perfección, manteniendo el orden en cada área y dando el respeto necesario a cada persona, desde el conserje hasta el más respetado cirujano, todos tratados como un igual.

Me aprovecho un poco de ese tipo de trato, pero dejando eso de lado, el hospital es excelente en su totalidad.

Al llegar a mi destino, sonrió enormemente al ver a la mujer que buscaba, su uniforme azul claro, con diseños de animales, la hace ver juvenil, como aquellos pasantes que están iniciando en la universidad y algunas veces los traen para mostrarles el lugar; la enfermera* al verme, me sonríe de vuelta, saludándome con un cálido y fuerte abrazo.

Butterfly. (FreenBecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora