Capítulo 5: La Casa de Cristal (Parte 2)

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"Dime que me conociste en tus vidas pasadas, mentiras pasadas. El pasado que quizás me está comiendo vivo, cariño. Mitad algoritmo, mitad deidad, fallas en el código o agujeros en un sueño extraño. Dime que adivinaste mi futuro y que lo formaste de acuerdo a tu fantasía. Conviérteme en tu maniquí y yo te convertiré en mi reina de los títeres." (Ascensionism – Sleep Token)

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Noah: POV – Día Tres, Semana Uno

De verdad no sé si Dios es real, y vino por mi culo con una sobredosis de alcohol. No sé si estaba muerto luego de ahogar mi depresión en el alcohol por años, y si estaba viendo el final del túnel. O si luego de tanto sufrir durante toda mi vida, este era mi premio.

Pero Ivy se veía como un maldito ángel montando mi pene.

Sentía el pecho apretado, no podía respirar bien al verla. Su boca abierta, sus ojos cerrados, sus tetas rebotando al saltar, sus tatuajes decorando su piel blanca como la nieve, el halo de luz que se formaba alrededor de su cabello. Mil escenarios cruzaron mi mente en un inicio, pero ahora todo lo que podía ver es a Ivy gimiendo mientras se movía rápidamente sobre mí. La fricción era demasiada, y sus gemidos me estaban matando.

Ella me estaba matando. Me deseaba tanto como yo a ella, y no estaba soñando. Estaba pasando, sus caderas en mis manos y su coño chupando mi pene como si el mundo se acabara al salir el sol, me recordaban que estaba pasando.

Estábamos teniendo sexo desenfrenado. Espabila, Noah.

La abracé, girándonos en mi cama. Mi cama, ella estaba en mi cama, no en la de Folio. Apoyé mis manos a los lados de su cabeza, mirándola a los ojos. Sus mejillas estaban sonrojadas, sus labios hinchados por besarme, y su cabello despeinado en mis sábanas.

Y entonces gimió viéndome a los ojos.

Si Dios existía, si de verdad lo hacía, quería agradecerle sólo por este momento. Por esta mujer debajo de mí. Mi vida no podía destruirse más de lo que ya había estado, pero algo es seguro. Estaba dispuesto a hacerle cara a toda la mierda de karma que posiblemente vendría por mí luego de hoy, por enterrarme en la vagina de Ivy a espaldas de uno de mis mejores amigos.

Me encargaría de eso luego, pero no hoy. No ahora.

Salí de su interior, arrancándole el aire, y me encorvé para besarla. La besé, una y otra vez, intentando recordar a qué sabían sus labios.

La lamí, para recordar a qué sabía su piel.

Apreté su pezón pequeño y rosa entre mis dedos, para intentar recordar su gemido erótico por el resto de mi vida. Para que me inspirara cada vez que hiciera música. Para que fuera mi musa desde hoy hasta el día que mi carrera musical muriera.

—Noah—jadeó en mi boca, mordiendo mi labio de nuevo. Gemí en sus labios, apretando las sábanas bajo mis puños.

—Ivy, por favor, dime si te lastimo—le rogué—. Por que la verdad es que me estoy conteniendo de follarte tan duro...

Soltó una risita, abriendo más las piernas.

—No tengas miedo, Sebastian. No soy una pequeña casita de cristal.

Y la follé.

Una, y otra, y otra vez. En mil posiciones, en todos los muebles de mi habitación, en la alfombra, en el piso, contra la pared del pasillo, besándola para que sus gritos y los míos fuesen uno solo.

Para que no la escucharan gemir mi nombre.

No tenían por qué. Tenían que creer que siempre diría el de Folio.

The Nightfall Chronicles (Noah Sebastian, Nick Folio) (EN PAUSA)Where stories live. Discover now