The Nightfall Chronicles (Noah Sebastian, Nick Folio) (EN PAUSA)

Capítulo 1: No Esperes Por Mí

"Rompe el hechizo amargo que hay en mi, atrapado en los brazos del destino." (Apocalyptica - Bittersweet)

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Ivy: POV

El ardor de mis pies por estar de pie en la fila por dos horas, acumuladas a las horas en la que dormí poco por la ansiedad pre-concierto, me estaba pasando factura. Sin embargo, la adrenalina que sentía por ver a mi última obsesión en vivo, Bad Omens, podía más que el cansancio en mi cuerpo.

Tragué saliva al ver el escenario frente a mis ojos lleno de luces, el recinto comenzando a agitarse más y más a medida que la gente enloquecía con la música. A mis espaldas, veía los surfeadores del público venir en mi dirección. Y frente a mí, una fila entera de personas celosas por sus puestos en primera fila llenaban mi vista.

Maldije en voz baja. Era una mujer pequeña, poco más del metro cincuenta y seis, pero supuse que escucharles en vivo y no ver bien a los integrantes de la banda era lo mejor que podría esperar de la noche. Me abracé a mí misma, esperando sin saber qué hacer mientras veía a mi alrededor a la gente acompañada de otros.

—¡Griten más fuerte!—soltó Noah Sebastian, el vocalista, con voz gutural. Sentí escalofríos, los tapones de orejas dejando pasar solo el sonido necesario a mis oídos. Sonreí, levantando mis manos y gritando al unísono con todos—¡Más fuerte! ¡Quiero que todos en esta puta calle los escuchen y se pregunten qué mierda está pasando allí!

Me reí en voz alta, pero nadie me escuchó reír en realidad. La guitarra, el bajo y la batería llenaban mi cuerpo de energía mientras la banda estaba a punto de tocar la próxima canción.

Y entonces sentí una mano en mi culo.

Me giré, asustada, mirando atrás. Había tanta gente que sería imposible saber quién había sido. Tragué saliva, sintiendo una ligera capa de sudor frío en mi frente y mi espalda llena de escalofríos. Mis manos temblaban, mi cabeza se sintió ligera... Como si estuviera a punto de desmayarme en cualquier momento.

No ahora, Ivy. No aquí, estás en público. Intenté recordarme a mí misma.

Me di la vuelta, mirando la banda tocar por encima del hombro de la mujer frente a mí. Todo el público estaba en silencio, esperando las indicaciones de Noah para poder gritar a la par de todos luego que él nos lo dijera. Y entonces otra mano me apretó el pecho izquierdo.

Esta vez me giré lo suficientemente rápido para verlo. Era un hombre alto, barbudo, sonriente mientras apretaba mi pezón por la ropa. Grité horrorizada, golpeándole con mi poca fuerza corporal en el rostro.

—¡No me toques! ¡Déjame!—chillé.

—¡Maldita perra, que te pasa! ¡Estoy intentando disfrutar el concierto, zorra!

—¡Déjame!—de repente, un hombre que no conocía se lanzó encima de él. Cayeron al piso, peleando sucio y duro mientras todos en el área abrían el espacio gritando.

Comencé a temblar, esta vez el ataque de pánico tomó control absoluto de mí, y vomité en el suelo mi almuerzo. Aún sentía el toque fantasma de sus manos en mi cuerpo.

—¡Oigan, ahí!—escuché la voz de Noah por el micrófono—Alto, alto, paren todo por favor.

Levanté la cabeza luego de vomitar, de inmediato dos chicas me asistieron. Una me entregó un pañuelo negro que tenía en mano para limpiarme la boca.

—¿Estás bien, cariño?—gritaron por encima del bullicio de la gente.

—Necesito que me digan qué mierda pasa ahí ahora mismo—Noah habló de nuevo—. Veo dos cabrones peleando. La chica, ¿le pasa algo?