Solamente buscaba mi libertad. Quería ser libre. Pero gracias a ese estupida prueba que me obligaron a presentar, los encontre.
Volví a ser encarcelada.
Y ahora, con el triple de dolor.
Era como... una flor marchita.
.-.-.-
Espero y que la disfrut...
—Te dejamos claro que si te metías con los Meyer, te metías con nosotros. Especialmente con Samay. —trago saliva pesadamente, ante el comentario de Brais.
Sonreí más grande.
Me causaba una satisfacción tan enorme el que ella nos temiera. Y más porque intentó lastimar a Samay.
Hace aproximadamente tres semanas, llegó un informe de uno de los soldados que rastreaban los movimientos de Nina. Este decía que la pelinegra había tenido una cita con uno de los coroneles de la OM, donde su tema de conversación principal fueron los Meyer.
Nina lo seducio para que el coronel aceptara llevar a los Meyer a una trampa. Primero, no se como el coronel fue tan idiota como para hacerle caso a este vil intento de mujer. Segundo, Nina era tan idiota que no se percató que los que fueron a esa trampa, fueron sus padres.
Desde un momento hemos sospechado de ese resultado de compatibilidad.
Milos lleva dos semanas enteras intentando encontrar alguna falla en los resultados de las pruebas de esta loca. Hasta el momento no ha encontrado nada.
Pero de algo estamos seguros los quince: sea o no sea nuestra compatible, no la queremos aquí, en este mundo.
—Todos están locos. Absolutamente todos los rumores que corren en la OL son reales. —expreso aterrada. —Les dire a todos lo psicóticos que están absolutamente todos. —dijo, abriendo muchos sus ojos, asustada. —¡Samay se enterara de la loca obsesión que tienen hacia ella y huirá de todos ustedes! —pronunció, para proseguir a empujar a Bastian y Rayan, dejándola salir de la cocina.
Mi sonrisa se borró, ante su última frase.
Qué sabe ella sobre nuestra relación con Samay?
—Un equipo de soldados la espera afuera, lista para llevarla a las oficinas más refundidas y podridas de la OL. —solto Areu.
—Aún así deberíamos de ir y percatarnos que los militares hagan bien su trabajo. —solté fríamente. —No me gustaría que esa perra llegara a abrir su bocota y llegue algo a los oídos de ella.
Algunos asintieron y la mayoría estábamos dirigiéndonos a la salida de la cocina, cuando Milos llamó nuestra atención.
—¡Esperen! —exclamó, demasiado concentrado en su computadora. Yael, que estaba a su lado, tenía el ceño fruncido, pero sus ojos expresaban satisfacción. En cambio, el Morocho, sonrió. —Tienen que ver esto. —expresó con una leve sonrisa, muy extraña de él.
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Antes que todo: ¿les gusto el capítulo? ¿Qué les pareció?
¿ADIVINENEN QUIEN VOLVIÓ? Bueno, no es definitivo, existe una muy buena razón por la que no he actualizado y me disculpo realmente. Es mi responsabilidad como escritora subir capítulos.
Por ahí una personita me pregunto que en qué grado estaba de la escuela; siento que me han de imaginar de mínimo 18 años, pero no, tengo 15, apenas entre a la preparatoria. Todas aquí estamos de acuerdo que es un cambio radical de ambiente y de vida, apenas me estoy acoplando a la nueva rutina, así que les pido paciencia. Ya estoy viendo cómo está la onda, más o menos y ya tengo un par de horas libres para dedicarles a Samay y los Frensby Ajax.
Otra cosa, una personita por ahí en mi tablero me escribió que tenía ideas para continuar la historia; no es que no tenga ideas, es que no tengo tiempo 😪. Pero si ustedes gustan enviarme ideas, las recibo con mucho gusto y consideraré complementarla con mis ideas.
Gracias por su compresión, paciencia, por leer y votar. Tengan todos un bonito día.
