Capitulo 2: Cafetería Mágica

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Flavia Vital: Grego, mira que esto es un tropiezo, de todas maneras piensa en cuanto tiempo me estuve quejando de ese trabajo espantoso. ¿recuerdas que te decía que ni las sillas eran cómodas?, o ¿recuerdas aquella mañana en el desayuno que el jefe me hablo como si se tratara de un desquiciado?, vamos era cuestión de tiempo para que algo así pasará, mis días en ese lugar estaban contados, así que por favor se comprensiva con mi situación en estos momentos. Dijo la chica mientras hablaba por celular con su hermana.

La chica llevaba cargando todas sus cosas por la avenida principal lo cual llamó mucho la atención de los transeúntes, ya que todos la miraban como una chica queriendo llamar la atención y que parecía desprevenida, pues no traía una bolsa de tela donde pudiera guardas sus cosas. Melody le dio los artículos personales de su oficina en una caja de cartón mal pintada, es como si su hijo la hubiese usado en el jardín de infantes, esto hizo que varias personas alrededor de Flavia se burlaran de su estado.

Flavia Vital: Mira que no quiero que me des sermones así Gregoria, yo soy la mayor de las dos y no debes de olvidar eso, yo te quiero mucho y se que debo de hacer algo lo antes posible, dame oportunidad para el siguiente plan que voy a ejecutar, te aseguro que será tan grandioso que cuando todo funcione nuevamente estarás muy alegre y solo tendrás una enorme sonrisa en ese rostro rosado regordete. Dijo mientras cruzaba la calle con varias personas girando la cabeza hacia ella para ver de manera extrañada.

Flavia Vital: Esta bien, debes calmarte, debí seguir mi intuición y esperar hasta llegar a casa y cenar juntas para decirte esto, pero ya que, solo quería que me escucharas. Necesitaba algo de amabilidad de tu parte, es obvio que no lo encontré. Tengo que colgar, suerte con tus clientes, Bye.- Respondió despidiéndose de la llamada con su hermana.

Flavia camino unas calles mas mientras los pensamientos en su mente hacían tanta bulla que ni las bocinas de los automóviles le parecían molestas y eso que ella odiaba el ruido. Ella daba unos pasos algo lentos y la lluvia parece que se acercaba de nuevo, ya que el sonido de unos truenos a la lejanía le avisaron que debía de darse prisa para no mojarse. 

La chica acelero el paso todo lo que pudo, pero era inevitable empezaron a caer unas cuantas gotas en su cabeza y ella empezó a voltear a los lados a ver si podía refugiarse y por suerte encontró una cafetería donde decidió entrar sin pensarlo demasiado, por desgracia había algo de clientes, pero se podía sentar en una de las mesas a tomar un café con un postre mientras la lluvia pasaba.

Se sentó en una de las mesas junto a la ventana mientras llamo a la camarera pidiendo un café sencillo y un postre de chocolate. En su rostro se miraba la decepción y algo de enojo y tristeza invadieron su mente, aunque estaba en esos momentos en un lugar público y no quería darse a notar por ser una dramática llorona que no puede afrontar sus problemas en silencio como todas las demás personas.

Después de unos minutos meditando y dándole vueltas a las palabras de su jefe en la mente, se tranquilizo y puso la caja con sus partencias a sus pies, era obvio que la habían despedido y todas las personas a su alrededor la miraron por milésimas de segundo, querían pasar desapercibidas, pero como todas unas buenas chismosas, volteaban de reojo constantemente a ver a Flavia, mientras la chica esperaba su pedido en la mesa de esa cálida cafetería.

Por unos minutos se dio cuenta del lugar y logró notar que era algo nuevo, ese lugar estaba teniendo bastante éxito y nunca había caminado por esas calles anteriormente, ya que ella salía mas tarde de su trabajo y siempre tomaba el carro de la empresa para regresar a casa, claro que esta vez fue muy diferente y se dio cuenta de que este lugar era hermoso, con mesas y sillas bastante cómodas, ambiente confortable y aroma delicioso, además de que la decoración del lugar era muy llamativa, era un concepto realmente fuera de contexto. 

Las paredes del lugar eran color purpura y en la mesa se podía ver que había varios diseños extravagantes como tipo garabatos de colores, pero si te acerabas lo suficiente podías ver que eran como personajes diminutos muy graciosos, como si el lugar fuera de concepto o temática divertida y bromista. 

Camarera Rosy: Señorita, aquí tiene su orden, es un café sencillo y el mini pastel de chocolate con relleno de avellana, si desea algo más puede pedírmelo con gusto, estaré atendiendo otras mesas.- Dijo la chica muy amable y sonriente.

Flavia Vital: Gracias. Dijo asintiendo con una sonrisa amigable mientras observaba su orden en la mesa y a la vez miraba hacia los lados a los demás clientes que estaban disfrutando del lugar como si fuera un sitio por excelencia de reuniones con amistades. Ella tomo el café en sus manos, y su aroma era fantástico nada que ver con el café amargo y negro de su trabajo, o lo que fue su trabajo.

Flavia Vital: ¡QUE DELICIA!, esto sabe muy rico.- Exclamo de forma enérgica y una pareja de la mesa de a lado giro la mirada hacia ella.

La chica de inmediato pidió disculpas por el escandalo, y volvió a mirar su orden detenidamente.

"Esto es maravilloso, es como una dulce caricia al paladar, en mis dos años de haber trabajado en esa mega oficina de personas exigentes, habían comprado granos de café decentes, y así el jefe pensaba que yo podría trabajar y sacar las mejores ideas. Esto me recuerda".

 Flavia pensó mientras de entre sus cosas sacaba su laptop, la prendía y abría un documento nuevo para escribir.

Flavia empezó a llenarse inspiración, parece que ella tuvo mucha energía y empezó a escribir muchas ideas de una historia bastante extraña, pero con una excelente trama y redactando la biografía de un par de personajes muy carismáticos y llamativos, es como si la chica de la nada hubiese puesto a trabajar a pasos agigantados su imaginación. Pero justo cuando ella empezó a pensar que esa historia que había iniciado en esa tarde noche en la cafetería extravagante estaba tornándose la mejor idea del mundo, se le acabo el café  y el pastel de chocolate, ella miro el reloj y casi eran cerraría la cafetería. 

Flavia Vital: ¡Que rayos!, tengo que irme, ¿En que momento todas esas personas se fueron y yo quede en este lugar sola?, es una de las preguntas que no tendrán respuesta, esto solo pasa cuando te concentras tanto que no sabes ni que ha pasado. Dijo mientras guardaba rápidamente sus cosas de vuelta a la caja mal pintada, pagaba en la caja por la orden que pidió y salió del lugar, la lluvia había cesado desde hacía ya un buen rato.

Flavia Vital: Grego ha de estar preocupada, pues no le he hablado desde que salí de la oficina y ella ya esta a punto de llegar a casa, ha de estar también muy hambrienta y no tengo tiempo de preparar la cena.- Dijo mientras corría 

La chica se detuvo un momento y regreso a la cafetería, porque pensó que era una gran idea llevarle la misma orden que ella pidió para su hermana, así que el asunto de la cena se había solucionado, solo había que llegar a casa y todo estaría bien, o eso pensó ella.



Mi Hilo Rojo se ha RotoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ