Eclipse

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Era un tonto.

Se le hizo tarde y todo por andar nervioso. Debió de elegir que vestir desde dos horas antes para poder evitarse esos desastres, ahora estaba llegando tarde a la cita que el mismo “planeo”. Solo esperaba que Quackity no se enojara.

Estaba caminando con rapidez para llegar a tiempo o mínimo para ahorrarse unos minutos de tardanza.

Cuando se trataba de Quackity siempre procuraba dar la mejor imagen, es que... no era cualquier persona, era el chico que le gustaba, quería ser el mejor para darle seguridad y confianza. También hacía lo posible para que notara que sus sentimientos hacia él eran sinceros y reales.

En el pasado quizá se habría reído por estás cosas ya que eran innecesarias y hasta ridículas.

Su yo del pasado se estaría riendo de su yo del presente, pero no le importaba, Quackity lo valía.

Suspiró de alivio cuando lo vio de pie en la entrada de la feria.

Sonrió cuando vio a Quackity saludarle desde la lejanía.

Se acercó hasta el. No podía describir como sentía el momento en esos instantes, parecía ir todo en cámara lenta. Él era aquel objeto enfocando a Quackity, mientras más se acercaba podía admirarlo con más detalle. Cada rasgo que tenía era hermoso, no existían imperfecciones.

—Quacks, disculpa por llegar tarde — realmente se sentía culpable por la tardanza.

—No te preocupes por algo como eso Luzu, solo han sido veinte minutos —restó importancia —. No estoy enojado, comprendo si existió algún contratiempo, que feo de mi parte sería reclamarte algo así, además yo sabía que ibas a venir.

—Por eso me gustas —susurró.

—No te escuché muy bien, dilo más fuerte cabrón.

Luzu no pudo evitar reír, le gustaba esa confianza que existía entre ambos.

—Nada Quacks, gracias por esperarme.

—Bien —dijo entre cerrando los ojos —. Te lo dejaré pasar si entramos de una vez porque me muero de ganas por ganarme un premio.

Extendió su mano para ver si Quackity lo sostenía, este no lo dudo y lo hizo. Lo que le gustaba de hacer eso es que sentía una bonita calidez, como si ambos estuvieran destinados a mantenerse de esa manera, sus manos encajaban a la perfección. Era una acción simple, pero que para él significaba mucho ya que estaban uniéndose en uno solo.

Quizá era muy cursi, pero no le importaba, le gustaba sentirse de esa forma gracias a Quackity.

—Andas en las nubes —escuchó —. ¿En qué piensas?

Volteó a mirarlo y vio su expresión de curiosidad.

No era su culpa, estar a su lado le hacía pensar en demasiadas cosas, claro, en cosas lindas sobre él.

En lo lindo que eres” quiso decir.

—En lo mucho que me gusta pasar el tiempo contigo.

—No te creo.

—Es verdad, me creas o no.

—Dices tantas cosas positivas sobre mi, no soy perfecto Luzu.

—Lo se, pero eso no me impide querer cada cosa de ti, no tienes idea de cómo te veo y me gustaría que lo hicieras.

—Lo entiendo porque de la misma manera te veo a ti.

De acuerdo, no esperaba una respuesta como esa. No sabía que decir, es la primera vez que le dicen algo como eso y no sabe cómo reaccionar. Eso es lo que sucede cuando eres un emo gran parte de tu vida.

¡Pa, ya acepta a mi novio!Where stories live. Discover now