2- El contrato matrimonial

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Narcissa exigió ver a Astoria Greengrass, y el conde no tuvo más remedio que obedecerla. Draco se preguntaba en qué estaría pensando su madre, pues mientras seguían al conde se la veía ausente ¿Acaso se habría dado cuenta de que sus planes no servían para nada?

Lucius, por su parte, estaba muy serio, aunque todavía no había dicho nada. Su hijo le conocía bien, y supo interpretar su expresión. Quizá incluso la enfermedad de Astoria fuese una ventaja para ellos.

El conde se detuvo ante una puerta y golpeó con los nudillos. Una elfina muy mayor, con aspecto de matrona, les abrió la puerta, y saludó con una reverencia.

-Kali, los señores Malfoy desean visitar a Astoria -aunque por su tono de voz no parecía que estuviese haciendo ninguna petición.

-Pero señor, la señorita Astoria no puede recibir visitas -protestó la elfina.

-Podrá -Greengrass pasó por delante de ella, y los demás le siguieron.

Draco comprendió de inmediato que la historia de la enfermedad era cierta. La habitación estaba a oscuras, y sólo un par de velas dejaban adivinar la forma de los muebles y la presencia de los ricos tapices y cortinajes que adornaban las paredes y tapaban las ventanas. Hacía un calor sofocante, y olía a medicina, a sudor y a enfermedad. La estancia era en sí misma un sitio claustrofóbico y agobiante, y Draco pensó que él también se moriría si estuviese encerrado allí.

La joven Astoria yacía en su cama, completamente tapada. Con la tenue luz apenas se distinguían sus facciones, aunque el color marchito de su piel indicaba que la enfermedad se encontraba muy avanzada. Narcissa se acercó a ella y le tomó el pulso y la temperatura, con el ceño fruncido. Cruzó una mirada con su marido, y ambos parecieron entenderse en silencio.

-¿De verdad cree que no hay solución? -preguntó Lucius, con voz grave.

-Hay pocas esperanzas de que sobreviva, y aunque así fuera, le quedarían secuelas de por vida -respondió el conde.

-Tonterías, esta chica está más fresca que una rosa -protestó Narcissa, con tal seguridad que Draco volvió a mirar a la enferma, por si no había visto algo importante-. Además, es joven, y eso cuenta a su favor. La juventud es la mejor medicina ¿Cuántos años tiene? ¿Quince? ¿Dieciséis?

-Diecisiete -corrigió el conde. Miraba a Narcissa, como si estuviese esperando para ver cómo se desarrollaba la conversación. Ella volvió a cruzar una mirada con Lucius, y este volvió a tomar la palabra.

-Sebastien, eres demasiado ligero al decir que tu hija no vivirá -dijo-. Yo no veo ningún motivo para creer eso. Seguro que en unas pocas semanas está completamente recuperada.

-Ojalá sea como vosotros decís

-Tonterías, estás siendo demasiado pesimista -insistió Lucius-. Deberíamos seguir con las negociaciones -sugirió, señalando hacia la puerta. El conde y Lucius salieron de la habitación, y Narcissa aprovechó para interrogar a la elfina.

-Dime ¿cuánto tiempo lleva tu señora enferma?

-La señorita Astoria cayó enferma tras acabar sus estudios -respondió dócilmente, agachando la cabeza.

-¿De pequeña era muy enfermiza?

-¡No, señora Malfoy! La señorita Astoria siempre ha gozado de buena salud. Tenía una salud de hierro, señora. La señorita Astoria era una joven muy vivaz y alegre. Kali se entristece al ver así a su señorita.

-No me cabe la menor duda -murmuró Narcissa-. Pero dime ¿alguien más de la familia ha contraído la misma enfermedad?

-La señora condesa falleció hace años, por causas similares.

Matrimonio de conveniencia (Draco x Astoria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora