James fue lo suficientemente rápido para tomar a Draco y a Thomas que por su postura podrían caerse y azotar sus rostros contra el piso. Casi de inmediato le pasó a su engendro a Malfoy para después cargar a sus propios engendros.

—Cada vez me la ponen más difícil ustedes dos. — reprochó el moreno ante las dos miradas de sus hijos. —Ya verán en unos años, encontraré la forma de vengarme de todo lo que me hacen pasar.

—Y lo que te harán pasar. — se burló el rubio. —Tus genes más los genes O'Malley no son precisamente una combinación tranquila. ¿Recién sacaron a tu cuñado de la cárcel?

James suspiró antes de asentir. —Elías explotó el coche de su profesor. — explicó. —Eso lo tuvo detenido tres días y por fin el señor Evans lo pudo sacar.

El Slytherin no contuvo su risa ante aquello. —Elías... Un joven de 21 años ¿Decidió explotar el vehículo de su maestro? ¿Qué le esperará a la pobre profesora McGonagall si se atreve a reprobar a tus angelitos?

El moreno soltó un gemido de horror. —No quiero ni siquiera pensarlo.

—¡Oigan ustedes dos! ¡Ya bajen a los mocosos que ha llegado el pastel! — el grito de Bella desde la parte de abajo los hizo llamar.

—Ya escuchaste a tu cuñada, hora de bajar. — soltó James. —Y ustedes dos... ¡Más vale que no avienten a sus primas al pastel! — ambos niños fruncieron el entrecejo molestos, pero no pudieron hacer ningún berrinche porque seguían petrificados. —¡Y si las avientan se quedarán petrificados todo el día!

—¿Ves eso Draco? Son palabras vacías de un hombre que promete en vano. — le explicó a su hijo el rubio a sabiendas de que el moreno no iba a cumplir su palabra. —Cuando tú digas algo, cúmplelo. Si dices que le vas a cortar la cabeza a alguien, se la cortas.

—¡¿Qué clase de educación le estás dando a tu hijo, Malfoy?! — exclamó.

—La de un verdadero Slytherin, por supuesto.

James negó antes de sonreír ligeramente. Una vez en el primer piso, bajó a su par y les quitó el hechizo que los mantenía congelados. —Ya les dije, más vale que se comporten a la hora del pastel. Su tía Petunia y su tío Peter se tardaron mucho haciéndolo como para que ustedes lo arruinen igual que el año pasado. ¿Quedó claro?

Los gemelos se voltearon a ver para después chasquear la lengua. —Sí, pá. — respondieron con parsimonia antes de salir corriendo en dirección al salón en compañía de Draco.

—Ya te ponen los ojos en blanco y te chasquean la lengua, Potter. Son todos unos O'Malley.

—Igual de antipáticos que Erick. — admitió el moreno.

—Apuesto mi hermoso cabello a qué eres incapaz de decirle eso a tu cuñado en la cara.

—¡Por supuesto que no! Valoro lo suficiente mi vida.

—¡Prongs! ¡Mira esto! — la voz emocionada de Remus lo llamó desde la cocina.

De inmediato la serpiente y el león se fueron hacia allá para encontrarse con lo que tenía tan emocionado al hombre lobo.

—Por Merlín... — Silbo el rubio con total fascinación al ver aquel espléndido pastel sobre la mesa.

—¡Peter, Petunia! — James estaba incrédulo. —¡Por los calzones de Dumbledore! ¡¿Cómo hicieron ese pastel?!

El rubio sonrió de oreja a oreja mientras apreciaba su obra maestra. Y es que tanto él como su esposa habían hecho un excelente trabajo con aquel pastel con la temática de quidditch. Pero no cualquier quidditch, era ni más ni menos que el campo de Hogwarts con todo tipo de detalles, desde las gradas hasta las tribunas del comentarista.

SURVIVOR ✓ ➳ James PotterWhere stories live. Discover now