𝙎𝙐𝙍𝙑𝙄𝙑𝙊𝙍 || ❝ Solamente tenemos un único objetivo, no morir. ❞
James tuvo la desgracia de ir a casa de Lily a pedirle una cita. Por consejo de su amigo más sensato, se presentó de una manera romántica y formal.
Sin embargo, como siempre, las...
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¡SÍ!
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ERA INCREÍBLE LO MUCHO que alguien podía llorar, fue una suerte que Eleanor llevará consigo casi diez cajas de pañuelos, ya que todo el viaje en el expresso de Hogwarts, Stella, James y Sirius se la pasaron llorando como si no hubiera un mañana.
Inclusive Peter y Remus que eran los que aparentemente estaban más calmados, derramaron un par de lágrimas. Finalmente ese sería su último viaje de vuelta a casa.
Eleanor fue comprensiva en cada momento. Sabía bien que los merodeadores se habían conocido en Hogwarts y ahí se volvieron como hermanos. Incluso ella sentía un ligero pinchazo, ya que en ese lugar conoció a sus tres amigas rubias, y pudo conocer a excelentes personas, más sin embargo, seguía sin ser para tanto.
—¡Mamá! - Gritó emocionado James cuando él junto con los demás bajaron del tren.
Sin embargo la señora Potter corrió hasta el chico, pero lo hizo a un lado antes de lanzarse sobre la pelirroja y abrazarla entre lágrimas.
—¡Mi niña! - Lloriqueo la mujer mientras se encargaba de apretarla lo suficiente para impedirle respirar correctamente. —¡No tiene idea lo preocupada que me tuviste! ¡Estuve días con el alma en un hilo por tu culpa!
—¿Cómo te encuentras muchacha? Tu padre me comentó que tienes dolores de cabeza frecuentes a raíz del accidente, ¿Ya checaste eso con Madame Pomfrey? - Le cuestionó Fleamont el cual durante todo ese tiempo mantuvo una estrecha comunicación con Harrison.
James se quedó atrás, con los brazos dramáticamente abiertos debido al abrazo no recibido por ninguno de sus padres.
—Soy invisible, ya no soy nadie, no existo para ellos. - Se quejó indignado al ver cómo abrumaban a su novia con reproches y preguntas mientras que a él lo dejaban de lado como si fuera cualquier florero.
—Qué bueno. - Soltó Peter.
—Para que sientas lo que nosotros sentimos cuando tú y la Rojita están en su burbuja. - Le reclamo Sirius.
Remus suspiró, soltó por un instante la mano de su novia antes de darles un zape a cada uno de sus amigos.
—Fleamont, Euphemia, ya basta, de verdad les juro que me encuentro completamente bien. - Aseguró con calma. —Gracias por apoyar a mi padre en cada momento. - La joven hizo una pequeña reverencia con su cabeza ya que estuvo al tanto de todo el apoyo por parte de Fleamont. —Y gracias por su preocupación.
Euphemia aplanó sus labios en una fina línea, antes de abrazar nuevamente a la chica.
Fleamont suspiró, a sabiendas de que la mujer no soltaría a la pelirroja en un buen rato, se giró hacia los varones restantes. —Chicos, que gusto verlos de nuevo ¿Qué tal este último año?
